La planta de Audi ante el T-MEC

  • Atilio Peralta Merino
Décadas después el célebre manager de Chrysler Lee Iacocca revertiría la bancarrota de la compañía

El Decreto de fomento a la maquila en la zona fronteriza, del año de 1965, el primero en que tuvimos déficit en la balanza comercial agrícola después de años; ensamblaba la terminación de bienes cuyos insumos habían sido importados d ellos Estados Unidos, y se reexportaban cotizando en la aduana norteamericana tan sólo el valor agregado y no el clásico impuesto “ad valorem” propio de los aranceles aduaneros.

Décadas después el célebre manager de Chrysler Lee Iacocca revertiría la bancarrota de la compañía, empleando tal esquema de manera intensiva con miras, en aquel momento, Bush senior despachaba en la Casa Blanca, de competir agresivamente con las compañías automotrices japonesas.

El 11 de abril de 1989 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto de Modernización y Fomento de la Industria Automotriz, abriendo paulatinamente las fronteras mexicanas a la importación de vehículo en contrapartida de la exportación de autopartes, documento que se erigiría en la antesala de los rubros a negociarse en las disposiciones del Tratado de comercio Libre para la América del Norte que entrara en vigor el 1 de enero de 1994.

El mercado ampliado del norte, suscrito como excepción a la clausula de “la nación más favorecida” del GATT en los propios términos del acuerdo, se extendía a los suscribientes de acuerdo a un determinado contenido nacional.

La suscripción del TLC se erigió en una arma de negociación diplomática formidable que ayudó a los Estados Unidos  a destrabar los nudos de negociación de la denominada “Ronda Uruguay” a cuyo términos se suscribirían los “Acuerdos de Maraquech” constitutivos de la Organización Mundial de Comercio.

Pese a que el TLC se enmarcaría en el pleno despliegue de intereses estratégicos de los Estados Unidos como puede desprenderse de la lectura d ellos textos de Samuel Huntington, las firmas automotrices estadounidenses no lograron salir de la tendencia decreciente que sus respectivas utilidades demuestran en sus informes financieros y balances anuales.

En contrapartida, durante la vigencia del TLC; la firma alemana VW asentada en Puebla desde los tiempos del gobierno de Aarón Merino Fernández, observó una tendencia de mercado favorable, a grado tal de que, AUDI, una compañía hermana fue invitada a establecerse en el territorio de la entidad en fechas recientes.

El triunfo electoral de TRUM y las negociaciones del T-MEC ratificado ya por el Senado de la República, cambia no obstante las reglas del juego al haber elevado notablemente el grado de contenido nacional en la producción como requisito sine cuan non para hacerse beneficiaria del mercado ampliado libre de aranceles.

En el pasado reciente, al margen de las negociaciones diplomáticas tendientes a la suscripción de instrumentos de regulación del mercado mundial, la planta VW asentada en Puebla obtuvo beneficios legítimos, y sus directivos otros de carácter “ultra vires”, como los que obtendría Martin Josephi como partícipe importante de la exportación de café en contraprestación por haber contribuido a esquirolear al sindicato independiente que asesoraba Juan Ortega Arenas.

 La ampliación del contenido regional que se contempla en el M-Tec, siempre y cuando sea surtida por compañías mexicanas, traerá consigo la detonación del desarrollo para una basta del país, pero ¿eran esos los planes de negocio de los directivos de AUDI al establecerse en San José Chiapa?¿ o acaso sus directivos tendrían el perspectiva algún otro beneficio?

albertoperalta1963@gmail.com

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava