Mujeres en el “horizonte político representativo”

  • Marcela Cabezas
La representación política de la mujer resulta multifactorial

Recientemente en Colombia y México la presencia de mujeres en cargos político- representativos ha tomado vuelo, diversas politicas públicas y reformas electorales al interior de estos países dan cuenta de esto. Aunque se ha avanzado en el camino participativo, la presencia de mujeres en la política electoral continua siendo un reto en términos de equidad de género.

La representación política de la mujer resulta multifactorial: la movilización social y el activismo feminista, el debate académico, el pronunciamiento de organizaciones internacionales y los hacedores de politicas públicas latentes en las últimas dos décadas(1).  Por tal, aunque ahora efervescente éste fenómeno no resulta novísimo.

 A tono con la demanda representativa por parte de diversos grupos minoritarios, entre ellos indígenas, afrodescendientes, jóvenes, etc.; las mujeres han sido incluidas por medio de acciones afirmativas (afirmative actions) en la contienda electoral países como Argentina, Ecuador, México,  Colombia y otros.  Interesa discutir los últimos casos en mención.

Hay que aclarar que las mujeres no son minorías en igual termino que los grupos anteriormente aludidos. Su presencia en términos porcentuales equivale al 50% del peso demográfico, y en ocasiones supera esta cifra. Por tal, se trata de minorías excluidas sistemáticamente de la esfera política; esto, desde la incubación de la democracia representativa ateniense a nuestros días.

Bajo este contexto, México ha experimentado un notable avance en la participación electoral de las mujeres, mientras que en Colombia, a pesar de la praxis inclusiva, no se ha presentado un avance significativo en la real politik.

En el país azteca dos instrumentos se han implementado para el objetivo: la ley de Cuotas y la de Paridad(50/50). La primera introducida desde 1993 y la segunda sancionada en el 2014, han tenido efectos importantes en el horizonte de blindar la participación de las féminas en la competencia electoral.

En Colombia por su parte, solo hasta la reforma del 2011 a partidos políticos y la de “equilibrio de poderes” del 2015 introduce por primera vez la ley de cuota para que las mujeres accedan a escenarios representativos en la cámara alta y baja, estimada ésta en un 30% de representación.

A primera vista se nota el desface respecto a la introducción del tema en el país cafetero, mientras que México tendrá ya un trayecto recorrido en términos de ingeniería constitucional.

Si bien es cierto, previo a dichas reformas electorales, las mujeres participaban solo excepcionalmente de acuerdo a la “voluntad política” de los partidos tradicionales (el PRI, el PAN y PRD en el caso mexicano y el Conservador y Liberal en el de Colombia), la ausencia de mecanismos de tipo regulador y obligatorio en el primero a diferencia del segundo marca un segundo aspecto que le da ventaja a la experiencia política de la mujer mexicana.

Por su parte, la presencia efectiva de las mujeres en el senado y cámara si evidencia que aun con avances – en el caso de México- hay  que trabajar mas en la tarea, dado que postular no es igual a conquistar curules.

Una mirada comparada del proceso permite ver que ha sido notoria la presencia de mujeres en las cámaras representativas en México y Colombia, pero aun dista del piso mínimo – cuota- y la paridad – presencia de hombres y mujeres en equivalencia en el ámbito político-.

En México la presencia de mujeres en cifras absolutas paso de 89 a 117 diputadas a nivel federal del 2012 al 2015 en distritos uninominales, mientras que en distritos plurinominales constituye un 34% de 200 curules repartidas.  De forma que la presencia si aumentó, aunque no en la forma prevista , si tenemos en cuenta el propósito de la paridad.  

En Colombia, por su parte, el momento de llegada de las mujeres se presentó en las elecciones del 2015 tras entrar en vigencia la cuota de género. Lograron 23 curules de 102 en el Senado, ósea un 23% , y 28 curules de 161, es decir un 17%. En ninguna de las cámaras las mujeres ocuparon el 30% de representación como piso mínimo establecido por la cuota.

En adelante la situación no será diferente, aunque resulta de interés las elecciones inmediatamente posteriores a sancionarse estas reformas, dado que las mismas tendrían un efecto significativo en torno a la dinámica electoral de movimientos y partidos políticos.

Así las cosas, desde una perspectiva histórica si existe una mejora de la participación política de las mujeres en México y Colombia, dado que como el adagio popular “algo es mejor que nada”.

Mas, se evidencia que, mientras que en México se ha dado la batalla en dos frentes: cuota y paridad, solo la primera se ha hecho efectiva, por lo que falta trabajar en la segunda. En Colombia por su parte, no se alcanza la cuota, y de lejos se prevé la introducción de la paridad; ósea ni lo uno ni lo otro. Además, no existe una institución que vele por el cumplimiento de la reglamentación a favor de las féminas en Colombia, y en México el Tribunal Electoral posee facultades en este propósito.

Por tanto, la representación procedimental de las mujeres en México si resulta un ejemplo a seguir en Colombia, con la intención de que el horizonte político de la mujer resulte blindado desde la institucionalidad ¡no poca cosa!

No sobra mencionar que persisten otro tipo de problemáticas ligadas a la participación de las mujeres y su bienestar en términos macro: feminicidios, maltrato intrafamiliar, represión, acoso y demás, todos involucrados en la presencia y participación efectiva de las mujeres tanto en México como en Colombia. Mismos que serán abordados en una reflexion próxima(…)

Notas

1. Jones, M, Santiago Ales “y” Carolina Tchintian “Cuotas de Genero, leyes electorales y

elección de legisladoras en América Latina”. Santiago, Revista de Ciencia Política ,

Volumen 32. 2012.

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Marcela Cabezas

Magíster en Ciencias Políticas y politóloga colombiana. Catedrática y columnista en prensa independiente.