Trump y la ola antiinmigrante
- Norma Angélica Cuéllar
Como se habrá enterado, Donadl Trump inició su campaña rumbo a su reelección a la Presidencia de Estados Unidos casi con la misma estrategia que lo catapultó a la victoria en 2016, centró su discurso en la política antiinmigrante; pero hoy viene remasterizado y dispuestos a agarrar a México como su piñata de posada para atacarnos todas las veces que sea necesario para elevar su raiting y su posición en las encuestas electorales.
En 2016, centró su discurso en tres elementos: seguridad, protección y gran economía, sí recordará que nos blandió con su espada cuantas veces pudo para obligarnos a pagar su tan ansiado muro, usando el tema antiinmigrante como causa de todos sus males y con ello, encender los ánimos viscerales de su base electoral.
Y las caravanas, que se iniciaron en abril y octubre de 2018, no pudieron darle un mejor enemigo para erigirse como el salvador. Luego llega nuestro querido presidente Andrés Manuel López Obrador alentando que daría visas humanitarias a las oleadas migratorias, pues ahí tiene, todo se le dio como regalo
La polémica generada por la presión que ejerció el gobierno de Donald Trump a México para contener las oleadas migratorias que comenzaron a llegar en caravanas durante 2018 ha tomado un cariz xenofóbico preocupante.
Mire, se lo voy a decir de una manera sensata y humilde. Los centroamericanos que entraron a nuestro país y que seguramente se quedarán varados en algunas ciudades de la ruta migratoria, no vienen a quitarles nada.
Somos un país con una tasa bajísima de extranjeros. A penas el 1 por ciento de la población, según los censos de Población y Vivienda del INEGI, nacieron en un país diferente a México. La cifra es de poco más de un millón.
Y no hablemos de refugiados. Ahí las cifras son verdaderamente vergonzantes.
La excesiva comentocracia de este país, está generando un clima de animadversión a los migrantes , un pretexto para diseminar posturas xenofóbicas que sólo han provocado la división social, con el pretexto de buscar más culpables a quienes atribuirles la ausencia de oportunidades.
En el centro del debate se ha colocado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador como responsable de la llegada de miles de centroamericanos y se cuestiona el endurecimiento y las políticas de contención y criminalización de migrantes, criticando a Andrés Manuel por comprometerse con Trump a procurarles salud, educación, y oportunidades laborales.
Y el argumento más socorrido para desacreditar toda esta estrategia es que no se da las mismas oportunidades a mexicanos, entonces gran pecado, ofrecerles a los extranjeros.
Y el debate está dado; la consecuencia ha sido que la sociedad está respaldando la estigmatización de lo extranjero y exige que se les aplique mano dura. Un odio sembrado.
Opinion para Interiores:
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Periodista egresada de la UNAM, especializada en política, derechos humanos, religión y migración, con artículos publicados en revistas y diversos medios nacionales. Doctora en Sociología por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP.
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