Dos continuidades

  • Víctor Reynoso
Crear condiciones para que las personas no se vean obligadas a migrar.

Profesor de la UDLAP

El presidente López Obrador ha señalado en varias ocasiones que a partir de 1982 nuestro país erró el rumbo. Con sus decisiones de los últimos días, sin embargo, nuestro presidente da continuidad a dos de las políticas o actitudes que empezaron ese año: favorecer el comercio internacional, eliminando aranceles, y reconocer los diversos vínculos entre nuestro país y los Estados Unidos: "no somos vecinos distantes", dijo, y presentó argumentos y datos para fundamentar su dicho.

Ningún presidente norteamericano había maltratado tanto a un gobierno mexicano como lo hizo Donald Trump la semana pasada. Dentro de los estrechos límites que tenía, el gobierno mexicano respondió. Aceptó condiciones, y recordó estrecha relación entre los dos países. La causa de la antidiplomática actitud de Trump parece haber sido la actitud del gobierno mexicano, que dejó pasar y hasta apoyó caravanas de migrantes centroamericanos hasta la frontera con Estados Unidos.

Nada justifica la patanería del gobernante vecino, pero tampoco se justifica permitir el paso de miles de personas sin la documentación adecuada y permitir que presionen la frontera de México con Estados Unidos. El reclamo era de esperarse, pero lo deseable era la vía diplomática, presentando argumentos, con la discreción debida. No la amenaza ni el chantaje de aumentar los aranceles, ni la forma prepotente propia de un patán.

Nos guste o no, vivimos en un mundo con fronteras. No respetarlas puede traer serios problemas. Una cosa es que nuestra frontera sur sea porosa, y otra que nuestro gobierno permita y hasta apoye el éxodo de centroamericanos a la frontera con Estados Unidos.

La solución, ciertamente, es crear condiciones para que las personas no se vean obligadas a migrar. Nada más deseable que funcione el proyecto propuesto por López Obrador para que los habitantes de Centroamérica tengan las condiciones económicas y de seguridad para que puedan vivir con dignidad en el país en el que nacieron. No se ve fácil un proyecto así, pero el plantearlo, diseñarlo e intentarlo es la solución de fondo.

Quizá un mitin, el recurso favorito de nuestro presidente, no es medio más ortodoxo para plantear lo que López Obrador planteó. Pero el planteamiento fue adecuado. Aunque tenga tintes neoliberales: fomentar el comercio internacional evitando aranceles. Aunque continúe el reconocimiento de que Estados Unidos no es nuestro enemigo histórico, sino nuestro principal socio comercial, nuestra relación más importante, con mucho, con el mundo.

Nadie desea tener que tratar con el presidente Trump. En forma y fondo su actitud ante el gobierno mexicano fue deleznable. No había salida fácil, más si el gobierno mexicano había cometido un error con la migración centroamericana. Pero la forma como se salió, por ahora, del problema, parece haber sido la adecuada.

Lo que se debe reconocer es que esto el gobierno mexicano actual continúa la política de los últimos 36 años: favorecer el comercio exterior y ver en los Estados Unidos un aliado. Sano realismo, con consecuencias positivas, más allá de discursos.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.