El colmo de la educación

  • Nyx Diahann Sánchez Fierro
Exigir a los docentes rigurosidad y restricción; como padre no exigirse ser mejores personas.

Como parte de una perspectiva social y el mejoramiento continuo, se han proyectado diferentes posturas educativas y también se han puesto en práctica distintas modalidades con la intención de mejorar: consejos técnicos, examen de permanencia, cursos y capacitaciones docentes, acreditaciones, actualización de programas educativos, entre otras alternativas, sin embargo, no se ha logrado totalmente un método efectivo que favorezca a la integración de los padres en la educación, no es un tema que se derive de la profesión, educación, edad o cuestión económica, más bien, es necesario considerar que los padres de familia reflejan cierta aprensividad que condiciona el desarrollo de sus hijos ¿Qué transmiten los papás a sus hijos? Estilos de vida, que pueden o no favorecer al propósito que se tiene para ellos, esto generalmente es causado porque existe una idea generalizada de lo que “debe” hacerse en una escuela y no se enfocan a las características, deseos, habilidades y capacidades propias de sus hijos, se convierte en un plan personal la formación, más que en el acompañamiento de vida de un ser independiente.

La labor docente refleja un estímulo que generará el interés pertinente para que un estudiante amplíe la percepción sobre la vida,  se hace de lado (en el ámbito escolar) la educación tradicional, pero no se puede desarraigar esa cultura, ya que es una condicionante con la que muchos maestros y padres crecieron, se sigue en la búsqueda de calificaciones, de tareas, de aceptación por parte de un profesor, de lo que se “tiene” que hacer más que de lo que se “quiere”. La rigidez con la que se educa es condicionante de lo que se cree que puede funcionar,  sin tomar en cuenta el estímulo que se requiere para generar nuevas ideas de trascendencia, ya sea a través de la educación formal como medio para ser entusiasta y llegar al éxito o a partir de otro medio.

El colmo de la educación es querer formar hijos estables, independientes, inteligentes, con iniciativa y valores claros, cuando en el entorno familiar se vive lo opuesto a ello; es exigir a los docentes rigurosidad y restricción y como padre no exigirse ser mejores personas, abiertos al aprendizaje; es pedir a sus hijos que haya un buen comportamiento y ser personas testarudas.

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Nyx Diahann Sánchez Fierro

Licenciada en Psicología Social UAT. De 2011 a la actualidad se ocupa en la labor docente en distintos niveles educativos, debido a esta trayectoria estudio la maestría en Pedagogía en la UPAEP