Cinco paradojas electorales del 2 de junio

  • Juan Luis Hernández Avendaño
Enrique Cárdenas ganó también con contundencia los 5 distritos de la zona conurbada Puebla- Cholula

Morena ganó pero perdió. El nuevo partido “atrapalotodo” consolidó su crecimiento electoral en Puebla al llevarse la gubernatura, con sus aliados, por 11 puntos sobre el PAN y sus aliados. Una victoria incontrovertible. No obstante, Enrique Cárdenas ganó también con contundencia los 5 distritos de la zona conurbada Puebla- Cholula, apenas 11 meses después de que en ese mismo territorio Morena se llevara el carro completo en las alcaldías. Morena no gana la gubernatura como decían las encuestas por 20 puntos, no fue un día de campo ni tampoco una victoria festejada copiosamente en la calle. Morena tendrá que llevarse a su ejercicio gubernamental una buena autocrítica que le permita sostener una posición de diálogo permanente con la oposición y con ciudadanos críticos, de tal manera que no se le “atragante” la victoria.

El PAN primera fuerza política, pero será oposición. Si analizamos el rendimiento partidario sin aliados, el PAN fue el más votado en la entidad. No es poca cosa para un partido huérfano de morenovallismo, dividido y poco convencido de jugársela con todo al lado de un candidato ciudadano. El PAN aparece en ésta elección extraordinaria como el único referente ideológico que captura el malestar y la movilización de una clase media conservadora identificada claramente con el perfil del candidato Cárdenas. Los votos del PAN, en esta ocasión, recuperan la movilización ciudadana del viejo PAN, más por convicción que por acarreo. Los votantes panistas del domingo pasado ya no fueron movilizados por la operación electoral morenovallista sino por un conjunto de convicciones en torno a una “cruzada” ciudadana contra lo que está representando Morena y López Obrador. En ese sentido, el PAN se consolida como el único partido opositor a la 4T.

López Obrador suma y resta para Morena. Desde que tomó las riendas de la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México hace casi 20 años, Andrés Manuel López Obrador trazó un camino de agregar/rechazar para hacer política nacional. Es un político que no sabe y no cree en las narrativas de la “unidad nacional”, “ahora gobernaré para todos” y todos esos senderos que supuestamente tendría que recorrer un jefe de estado. AMLO sigue y seguirá polarizando con la intuición de que al final esa estrategia le permite sumar más que restar. En Puebla se pudo apreciar ya un pequeño “referéndum” sobre los primeros seis meses de López Obrador en la presidencia. Los votos hacia Barbosa siguieron obedeciendo a esa ola López obradorista que decrece pero que aún alcanza para obtener victorias. Pero también los votos hacia Cárdenas, consolidado en un voto urbano y altamente escolarizado, es un voto anti AMLO que crece y se potencia con cada mañanera del presidente.

Barbosa se alzó con mucho poder con pocos votos. Tres de cada diez poblanos fueron a votar y por lo tanto 1.5 de cada diez poblanos le dieron todo el poder a Morena y Barbosa. Las elecciones en México cansan, y en Puebla en poco tiempo hemos tenido tres procesos comiciales, de los cuales, el del año pasado supuso un trauma social y político para los poblanos. La violencia, los muertos y los heridos en una jornada que se supone debió ser una fiesta cívica, mostró lo difícil que es recuperar la confianza ciudadana en la participación electoral cuando ésta ha sido violentada. Afortunadamente en términos generales no tuvimos el pasado 2 de junio episodios que mancharan los resultados electorales, pero la poca asistencia a las urnas pone de relevancia que el nuevo gobierno poblano necesita pronto construir columnas de legitimidad que en lugar de ahondar en la distancia entre políticos y ciudadanos se construyan puentes de gobernanza, es decir, gobernar con la gente, y no contra ella, como nos ilustró el morenovallismo.

Ganar con el Partido Verde, ¿cambiar para seguir igual? Los Verdes le dieron a Barbosa 128,396 votos. En estricto sentido, con los votos del PT (163,044) Morena de cualquier manera derrotaba al PAN/PRD/MC. Pero agregar al Partido Verde a la coalición “Juntos Haremos Historia” es probablemente la mayor paradoja del movimiento de AMLO. El Partido Verde es el mejor ejemplo en México del antiguo régimen, del partido mercenario que pone sus votos a disposición del mejor postor, en su momento a Cuauhtémoc Cárdenas, a Fox, muchos años al PRI. En distintos momentos ese partido ha enfrentado a nivel nacional movimientos para que le retiren el registro pues varios de sus icónicos liderazgos han sido atrapados con millones de pesos en efectivo, negociando moches y representando muy bien lo que es un partido familiar. Morena se hizo de una narrativa para cambiar lo que tiene hartos a la mayoría de los mexicanos, es decir, la kakistocracia (el gobierno de los peores) y el Partido Verde ha sido pilar de esa forma de gobierno. ¿Qué significa la suma de los Verdes a la coalición liderada por Morena? ¿Que el cambio es para seguir igual? ¿que el viejo régimen se reciclará en el nuevo gobierno? En todo caso, pocos o muchos, los mexicanos en las urnas van cada vez con más ánimos justicieros y sus votos son crecientemente votos de castigo. Por el bien de Puebla el antiguo régimen debería quedar perfectamente enterrado.

Politólogo. Director del Departamento de Ciencias Sociales de la Ibero Puebla

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Juan Luis Hernández Avendaño

Politólogo, director general del Medio Universitario de la Universidad Iberoamericana Puebla y profesor-investigador de Ciencias Políticas por la misma institución.