“En el resultado de toda elección inciden muchos factores, desde el perfil del candidato, las estrategias articuladas, los temas de la campaña, los recursos invertidos y hasta el contexto y la circunstancia de la elección”.

Andrés Valdez Zepeda

A escasos días de la elección, el nerviosismo comienza a apoderarse de quienes ya se sentían ganadores desde el primer minuto de la elección extraordinaria.

Todo indica que la cómoda ventaja de 30 puntos sobre el segundo lugar no es tal y que hay lugares perdidos o muy competidos entre Barbosa y Enrique Cárdenas, como la capital y su zona conurbada y algunos municipios importantes como Tehuacán y Atlixco, por mencionar algunos casos.

En redes sociales vemos eventos masivos de un candidato pero en realidad son “acarreos masivos”, con personas que en su mayoría no son originarias de las poblaciones visitadas. En muchas ocasiones, ni siquiera tomaron en cuenta a los líderes naturales, regionales o locales.

Por eso hay nerviosismo, por eso hay incertidumbre. No todo lo que se ve en redes, es.

Un dato que no se manejó en el debate del pasado domingo 19 de mayo pero que bien vale la pena señalar es que la mayoría de los operadores del morenovallismo hoy están con Barbosa y seguramente aplicarán las mismas estrategias de “movilización” el día de la elección. Es lo que saben hacer, independientemente de dónde venga el recurso. Hoy ese recurso económico lo detenta Morena y la operación se hará.

Luego entonces, la oposición a Morena deberá poner observación electoral en aquellos municipios y zonas alejadas o poco accesibles para los medios de comunicación, como son la Sierra Norte y Nororiental, la Mixteca y la Sierra Negra.

Difícil tarea pero no imposible de realizar.

Los candidatos han hecho su tarea. Bien o mal han tratado de convencer al electorado que está cansado de ser convocado a las urnas en menos de un año y que amenaza con no ejercer su derecho al voto en aproximadamente un 50%.

En esta elección, además de los candidatos y sus equipos de campaña, existen otros factores que también pesarán en el ánimo de los electores, que en un nada despreciable 20-25% se declaran indecisos. Entre esos factores se encuentran:

1. La mala calificación de las autoridades municipales emanadas de Morena. Claudia Rivera encabeza la lista con: falta de obras, disminución en la calidad de los servicios públicos, desorden en la ciudad, ambulantaje, entre otros.

2. La creciente inseguridad en el estado. El gobierno estatal híbrido que se formó después de la muerte de Martha Erika Alonso no ha dado resultados en materia de seguridad pero los reflectores se han centrado en la capital. Desde que Claudia Rivera llegó al cargo, se han incrementado los delitos en un 22%.

3. El efecto AMLO. Con el paso del tiempo, la euforia por el Presidente ha ido disminuyendo, además de no ser un actor principal en esta elección. Barbosa no es AMLO, vamos, ni siquiera propone lo mismo que el Presidente como combatir la corrupción o disminuir los sueldos. Al contrario, se ha hecho rodear de personajes que representan un pasado que no se ha ido y que representan “más de lo mismo”.

4. La definición del PRI y el priísmo. Si bien Jiménez Merino ha dicho que no va a declinar por Cárdenas, lo cierto es que los cerca de 10 puntos que el PRI va a obtener, bien podría sumarlos en un sentido de voto útil. La invitación está hecha.

5. Participación. Si las y los poblanos se convencen de ir a votar, en un acto de responsabilidad, podrían mover las tendencias. Ante el crecimiento de una ola ciudadana, las estructuras de movilización poco pueden hacer.

Si bien el resultado de toda elección es multifactorial, no queda duda que Morena apostará una enorme cantidad de recursos para mover estructuras de poder e intereses, dejando buena parte de la elección en manos de los mercenarios de siempre. ¡Vaya cuarta transformación!

Mtro. César Marcelino León Ochoa