Los descubrimientos de fósiles de la estirpe humana son fascinantes. Esta semana se publicó un trabajo sobre los hallazgos realizados en una cueva en la isla de Luzón, la más grande isla del archipiélago de las Filipinas. Las piezas recuperadas corresponden a dos huesos de los dedos de la mano y dos del pie, una porción del hueso de la pierna y de manera importante siete dientes con una antigüedad de al menos 50,000 años; este hallazgo se une a un pie encontrado previamente en el mismo lugar de unos 67,000 años de antigüedad. Hace algunos años se describió un nuevo miembro del género Homo que habitó en la isla de Flores, en el archipiélago de Indonesia, el cual fue denominado Homo florinensis, el cual tenía como característica una talla baja, por lo que se homologó al Hobbit de la saga el Señor de los Anillos.

Los investigadores proponen que los Homo de la isla de Flores estén emparentados con los de Luzón, ya que también tienen talla baja. Los dedos encontrados son curvos lo que sugiere que tenían capacidad prensil y que por lo tanto trepaban a los árboles, y a partir de estudios de antropología se ha determinado que el pie perteneció a una mujer de alrededor de un metro de alto. De manera relevante los molares tienen de dos a tres raíces lo que los acerca a los Homo erectus, antecesores de nosotros, y que apoyaría un cambio en la dieta en estos habitantes de Filipinas.

Estos hallazgos se unen a fósiles que se han encontrado en el sur de China de una antigüedad de 80,000 a 120,000 años y que permiten la reconstrucción de la migración humana, desde las sabanas africanas a poblar el sudeste de Asia y las islas aledañas. Ahora se procederá a obtener el material genético de los dientes encontrados y con el ácido desoxirribonucleico (ADN) poder elaborar el árbol evolutivo genético de este rompecabezas humano.