Obrador: 100 días vs 30 años

  • Julio Broca
Normas políticas transgredidas por su comunicación

El teleprompter que virtualmente gobernó México durante el peñanietismo quizá dirige ahora los diálogos en algún escenario. Era fácil hacer noticia y caricaturas sobre errores de lectura, de lógica, de falta de cultura. Antes, en el calderonato, se tuvo que criticar el alcoholismo y el descaro de un psicópata que no usaba teleprompter pero algo peor, su iniciativa. Por algo dijo Fox: "me van a extrañar", ocurrencias y chistoretes sustituyeron al discurso político. La más grande contribución de Zedillo a la teoría política fue bautizarnos como globalifóbicos… ¿es Obrador diferente?, ¿en qué sentido cien días pueden verdaderamente representar un cambio de rumbo? Las formas del presente gobierno rompen, para bien o para mal, nuestras costumbres políticas; el actual presidente se para temprano, informado, sobrio, no toma Prozac, ni usa teleprompter.

 

Maniqueísmo periodístico

Ya es tradición saber cuál será la pregunta más inútil o tramposa en la conferencia matinal, incluso ya se pueden hasta prever ciertos discursos políticos de Obrador ante peguntas gastadas del tipo: "esta persona habló mal de usted y ahora trabaja en su gobierno". La conferencia matinal adolece de preguntas inteligentes. Las hay, pero pocas. Por el contrario, la norma es la polarización que intenta salir bajo el brazo con una nota maniquea, amarillista. El ejemplo más claro fueron las "calificaciones" de organismos internacionales privados sobre temas de economía nacional. Las preguntas fueron y son hechas por periodistas que burdamente buscan respuestas extremistas con provocaciones del tipo "¿es decir que no le importa lo que digan las calificadoras internacionales?"... Obrador responde con pedagogía y explica que las correlaciones que usan las calificadoras pueden ser manipuladas, que ninguna evaluadora internacional tiene en cuenta entre sus correlaciones la corrupción y que los números no son infalibles como para convertirles en dios. 

 

¿Hasta qué grado el chismorreo a lo Paty Chapoy ha permeado el periodismo? porque tener que poner a un presunto periodista a leer la constitución para que entienda lo anticonstitucional de su pregunta —exigiendo al presidente opinar sobre Venezuela— es paradigmático de la nula preparación de mucha gente con gafete de prensa.

 

Es necesario decir que una generación de periodistas que hoy estarían logrando investigación trascendental, fue asesinada en sexenios anteriores. Además, el show político derivó en una esquizofrenia informativa: a página siguiente del reportaje, se mostraba propaganda gubernamental que era, paradójicamente, la fuente de recursos para el reportaje. Muchos medios medianos y pequeños, apenas sobrevivieron; hoy tienen la posibilidad de regresar a la cancha si son capaces de dar verdaderamente noticias y generar perspectiva desde la opinión pero sobre todo, rendir tributo a la memoria de los caídos, desde el cuestionamiento inteligente, no desde el amarillismo maniqueo.

 

Golpe al chayote

La vieja correlación de fuerzas mediáticas ha sido totalmente reconfigurada y los monopolios noticiosos desfigurados. Millones de personas han mudado el origen de sus creencias de la televisión a YouTube, que es, por cierto, una forma líquida de la manipulación, tan líquida que da paso a la disolución de la verdad televisiva por la legitimidad virtual. Tv Azteca y Televisa que, en otros tiempos, bastaba se pusieran de acuerdo en la misma mentira para que fuera verdad ahora tienen que competir con YouTube, incluso, se ven obligadas a ser un canal más de este medio. La muerte de los convenios chayoteros gubernamentales con la presidencia se debe a la rendición de cuentas mañanera, en vivo y en directo. Aunque este cambio aun no alcanza a todo México, ni a todos los medios.

 

Obrador aprendió de las derrotas pasadas, su ignorancia absoluta del poder mediático de internet, antes le costó cara, pero parece haber renacido como el indiscutible rey de los youtubers. No creo que haya otro presidente más visito por iniciativa propia de la gente. Les apostamos que los influencers hoy sueñan con ser Obrador... o, cuidado, ser Guaidó.

 

El ejemplo como símbolo 

Cuando se preguntó a Obrador cómo acabaría con la corrupción y respondió “con el ejemplo”, demostró ser capaz de sostener un discurso simbólico y práctico radical. Predicar con el ejemplo plantea una krisis —con “k” por ser griega la palabra— al doble discurso que es filosofía de la corrupción. Bajarse el sueldo es un potente acto simbólico que hace eco en el corazón de millones que sostienen con trabajo explotado la expansión de la brecha entre ricos y pobres, obviamente frente a esos millones, hay cientos de fifís que desaprueban eso de bajarse el sueldo, comenzando por los magistrados. Es un acto que alarma a los adictos al poder y al dinero, pero dinamita toda una serie de onerosos privilegios.

 

Incomprensión epistemológica del problema Obrador

El Análisis del Discurso y la caricatura fueron lo único que nos fue quedando frente a los sexenios anteriores, pero hoy son insuficientes. Un presidente formado como científico político, interpela intelectualmente a desarrollar herramientas de análisis, valoración y medición de los horizontes de las acciones políticas del gobierno. Pero en estos cien días, muchas veces se reducen los Estudios Comparados a comparaciones sin estudio, por ejemplo, que Obrador es un Chávez; para un café el comentario es picante pero es patético oírlo en labios de “gente pensante”. El problema del maniqueísmo afecta quizá con mayor gravedad a la intelectualidad, que recibe un trato privilegiado que le aleja de forma práctica de la pobreza del país mientras "le da voz” a esa misma pobreza. Faltaba a más. Podríamos calcular los miles de pesos que les han pagado cada vez que escribieron la palabra "revolución" y que pretenden cambiar hoy por "Obrador autoritario nuevo gerente del capital".

 

Para que los mismos procedimientos de análisis que se utilizaron como "crítica científica" contra Salinas, Nieto, Felipillo, y Fox sigan "sirviendo", —porque !cómo sirven¡— es necesario tratar a Obrador como un mesías, porque deja al analista en la cómoda posición de descalificarlo desde la crítica al mesianismo y le permite opiniones tan huecas como “el nuevo PRI”. Se recicla la estructura de opinión, con la vergonzosa pobreza de imaginación que esto implica. Al igual que el chayotero, el intelectual que comprendió cómo hacer crítica y convertirla en privilegio durante los sexenios anteriores, se encuentra ante la crisis de renovar su aparato analítico o polarizar de forma extremista la política compleja contemporánea para reciclar su epistemología.

 

Combate no espectacular de la corrupción: ¿limpiar la basura o matar ratas?

Si hay ratas en tu casa, ¿qué haces? Depende quién seas. Si eres Salinas, les entregas la casa, para eso se estudia en Harvard; si eres Fox, trabajas para ellas; si eres Calderón, te empedas, les pones un cuello blanco mientras acusas de rata a la señora de la limpieza, al taxista, al albañil, al magisterio y los masacras; si eres Peña Nieto te preocupas por abastecerles de basura para que se reproduzcan. El combate a la corrupción como espectáculo nos entretuvo mientras éramos bolseados y saqueados por los dueños del circo. 

 

Obrador ha decidido abrir la puerta de la casa y sacar la basura. Opta por combatir el basurero. Las ratas se irán a buscar basura a otro lado porque las ratas no tienen patria, no les duele México ni país alguno. Lo que más extrañan los “conservadores” es la política como espectáculo e insisten que así siga. El otrora Sr. López, renuncia a tenernos al borde de la silla con espectaculares propuestas de combate a la corrupción como atrapar al Chapo, dejarlo escapar, volverlo a atrapar; la guerra contra el narco; sacar al PRI de los Pinos; el Chupacabras, etc.

 

Si usted no se regocija con ninguna muerte, con ningún espectáculo de persecución, entenderá que dejar de acumular basura —combatir la corrupción— es la forma más limpia y efectiva de combatir la plaga. Es proyecto de largo aliento y, aunque por el momento afecta a la cúpula de poder, aún quedan miles de basureros que todavía gozan de estabilidad para las ratas locales como la corrupción entre autoridades y proveedores en las universidades autónomas del país, por poner un ejemplo. En ese sentido adquiere pertinencia la denuncia ciudadana, modesta, nada espectacular pero imprescindible.

 

Denuncia del neoliberalismo 

Los movimientos sociales llevan décadas denunciando el neoliberalismo mientras los presidentes acuñaron contra estos movimientos el epíteto globalifóbico (Zedillo). La palabra más buscada en internet después de la toma de protesta de Obrador fue neoliberalismo. Es decir que millones de personas no sabían lo que era, lo que indica que millones de personas ignoran las luchas sociales. Esta ignorancia es producto del cerco informativo y la opresión económica pues antes es la lucha cotidiana por sobrevivir a la diabetes cocacolesca, a los triglicéridos de Bimbo y LaLa, está la terrible lucha contra el precio de las medicinas, y sesenta millones que luchan todos los días por el plato de comida en la mesa. Lo que es un hecho es que de los labios de ningún presidente a partir de Salinas, había salido de forma explícita el nombre del paradigma que nos ha sumido en la barbarie de la modernidad: el neoliberalismo.

 

Adictos al meme. De no saber leer, al neologismo

¿El mexicano se ríe de todo, hasta de la desgracia? No está claro si estas declaraciones son realmente expresión cultural o constructo mediático. Lo que está claro es que la risa llegó a convertirse en válvula de escape ante la impotencia. Siempre nos queda reírnos del "estamos a tres minutos, no, menos, como a cinco"; pero se ríe más el corrupto, cada carcajada a sus costillas le reporta ganancias jugosas. Una especie de adicción al meme, a la caricatura, ha alcanzado niveles que rayan en la evasión de la realidad y la simplifican dándonos la idea de que entendemos lo que pasa sin mayor esfuerzo. 100 días de gobierno no van a  cambiar eso, de hecho, provocan ira y molestia porque produce ira y molestia que nos saquen de nuestra zona de confort mental. Pasamos de presidentes incapaces de leer bien, a uno que domina el lenguaje y es capaz de crear nuevas palabras. Hay capacidad inventiva en Obrador y la risa que produce tiene siempre fuertes componentes políticos y de clase: Riki Rikin Canallín es ya una obra maestra de la picaresca política y el rap.

 

Consultas dispares: Atenco y Huexca

La consulta es una figura política antigua pero siempre innovadora. Utilizada por Crimea para separarse de Ucrania y anexionarse a Rusia, por Grecia y Reino Unido para intentar abandonar la Comunidad Europea, la consulta juega un enorme papel legitimador. Sin estar exenta de vicios, implica un riesgo enorme para el poder pues es bajar a ras de suelo, recoger la vox populi y vincularla con mecanismos reales de política ejecutiva. Es un ejercicio de democracia directa. Los cien días comenzaron con la consulta que canceló el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, NAICM, y terminaron con la aprobación de la termoeléctrica de Huexca. Contradictorio. Este fenómeno requiere un análisis microsociológico extenso. Aunque no lo haremos ahora, podemos decir que ambos proyectos representan evidentes disparates ecológicos, aunque económicamente fuesen más o menos justificables según el lado de la cancha en que se estuviera. 

 

Hemos de señalar que las consultas tienen un carácter metafórico de examen sorpresa, en el caso de el NAICM, los más de quince años de lucha de Atenco, dieron resultados, y a pesar de lo abrupto de la consulta, el resultado fue congruente con una lucha sería, intensa, de décadas. Atenco ha sabido auto definir sus mecanismos de lucha y de creación de conciencia como ningún otro pueblo. Eso les ha permitido recibir ayuda sin perder su autonomía de lucha. No es el caso de los pobladores de Huexca que, desgraciadamente, se ha  dejado invadir por ONG's, organizaciones oportunistas, y pseudo-caudillos vividores a costillas de la buena voluntad de las comunidades. El camino para Huexca es largo y desafiante aún, pues Atenco lo anduvo a sangre y fuego contra lo peor del neoliberalismo. Con Atenco, Peña Nieto se volvía el candidato perfecto para los poderes neoliberales, alguien presto a mancharse las manos de sangre por defender los intereses económicos del gran capital. Huexca y Jantetelco —llevados de la mala guía de los seudo-caudillos, que Obrador definiría como conservadores— tiraron a la basura el canal de diálogo que implicó la consulta, se auto marginaron del debate. No es casual, quienes les "asesoran", tenían que llevarlos a esto, a rechazar la consulta pues, la consulta demostraría que en lugar de una lucha estructurada desde la rigurosidad y complejidad más allá del corazón solamente, por el contrario, se han dedicado a un tipo de activismo exactamente de sombrerazos y jitomatazos, activistas con premios por organizaciones norteamericanas, de fotos en el periódico, pero no de verdadera lucha. Estos intermediarios entre el gobierno y los pueblos, florecieron con los sexenios anteriores y hoy, con las consultas, ven amenazada su parasitaria forma de vida.

 

Consulta de consultas

Es interesante que los modos políticos que Obrador rehabilita, los ejecute sobre él mismo. Parece dispuesto a arriesgar su posición de poder para legitimarla aun más. Entender esto implica no dejar de lado que Obrador ha recorrido el país completo en por lo menos tres ocasiones. Mientras localmente se le puede reclamar por no atender las demandas de todos, nadie que localmente lo desapruebe, puede negar que él conoce una realidad mucho más amplia y por lo tanto, tiene elementos de toma de decisiones que no tiene ningún otro político o ciudadano. A medio sexenio, ha prometido someter a consulta popular su desempeño y por lo tanto, su continuidad. Es un planteamiento original, arriesgado y en esto está la nota principal de Obrador, no durante estos cien días, sino de su carrera política en general: el riesgo. Analizado con más detenimiento, el planteamiento es un candado importante que el presidente se aplica a sí mismo pues, día a día se auto impone mantener una alta legitimidad. ¿Alguna vez le importó esto un pepino a algún otro presidente? Por lo pronto, es un buen ejercicio de pensamiento comenzar a entender a quién y a qué se refiere Obrador con su término más usado: los conservadores; títeres neoliberales que llevan treinta años lucrando con el poder. 

 

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Julio Broca

Artista gráfico y sociólogo, investiga fenómenos culturales de disrupción y rebelión. Diseñador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”-BUAP.