AMLO, 70 días de errores, arbitrariedades, ocurrencias y estupideces

  • Raúl Espejel Pérez
Violenta, implacable y feroz persecución y cacería de servidores públicos no sindicalizados.

Raúl Espejel Pérez

La cuarta transformación de López, se tropieza con las equivocaciones, abusos, ocurrencias y tonterías que frecuentemente comete el presidente de la república.

El pueblo sabio que nunca se equivoca, se equivocó al elegir un presidente de la república que está tomando decisiones erróneas que perjudican no sólo a quienes no votamos por él, sino también a quienes al votar por él, consciente o inconscientemente, desperdiciaron treinta millones de votos, convirtiendo el país en una zona de desastre.

Una encuesta telefónica efectuada por el diario El Financiero, entre el 31 de enero y 1 de febrero de 2019, reveló que López Obrador ha alcanzado elevados índices de aprobación nunca antes logrados por un jefe del ejecutivo federal desde que se efectúan estos sondeos de opinión pública.

Ochenta y seis por ciento de las personas encuestadas aprueba el trabajo que está realizando Andrés López como presidente de la república. En tanto 13% lo desaprueba. En cuanto al “combate al huachicoleo (robo de gasolina)” que emprendió AMLO 80% está de acuerdo y 12% en desacuerdo.  

Respecto a la realización de sus conferencias de prensa matutinas, 72% de la muestra entrevistada manifestó su aprobación y 8% las reprobaron. El 64% manifestó muy buena o buena opinión sobre la venta de vehículos oficiales blindados que efectuará el gobierno de López en la Base Aérea Militar de Santa Lucía. En contra de este insólito tianguis automovilístico se pronunció 12% de las personas consultadas.

La actitud asumida por López Obrador en el caso Venezuela,  mereció la aprobación del 54% de la población interrogada, mientras que 17% de ella, se pronunció en contra.

Sorprende y además encoleriza, que dentro de la opinión pública se hayan elevado los niveles de aceptación del presidente López Obrador, cuando en los primeros setenta días de su gobierno ha cometido diversos errores que causarán grandes daños al país.

Asimismo es increíble que haya incrementado su popularidad a pesar que ha violado sistemáticamente  los derechos constitucionales de millares de trabajadores que laboran en de la Administración Pública Federal y no forman parte de la burocracia dorada que se propuesto combatir.

La estupidez que cometió al cancelar el programa de estancias infantiles y violar el derecho que tienen miles de niños a recibir la atención individualizada que mandata el artículo cuarto constitucional, tampoco afectó el alto nivel de popularidad de López.

Errores.- El primer error que cometió Obrador al asumir la presidencia de la república, consistió en cancelar la construcción del que hubiera sido el más funcional y moderno aeropuerto de México, no sólo de la capital del país. Obra pública  que al momento de  cancelarse  presentaba un avance de 32 por ciento y una inversión de 120 mil millones de pesos. Dinero aportado por los contribuyentes que irá a parar al bote de la basura por una decisión presidencial equivocada.

Para justificar la cancelación del nuevo aeropuerto, López, sin presentar la menor prueba que avalara su dicho, declaró que tomó esa determinación al descubrir que un grupo de empresarios corruptos pretendía construir un nuevo Santa Fe en los terrenos del obsoleto aeropuerto Benito Juárez. No dio a conocer un solo nombre de los empresarios que acusó de deshonestos.

El NAIM habría colocado a México entre los países que cuentan con terminales aéreas de primer mundo y hubiere sido un importante impulsor del crecimiento de la economía nacional.

La gravedad de este error, adquiere mayor dimensión porque López no tenía -y todavía no tiene- un proyecto alternativo  para sustituir el proyecto integral que apoyó la obra del aeropuerto de la CDMX en la región de Texcoco.

Otro error no fue emprender la guerra contra el robo de gasolina, sino emprenderla sin contar previamente con una estrategia idónea. López se lanzó a la aventura de declarar su fallida guerra al huachicoleo a tontas y a locas.

Dio la indicación de cerrar los ductos conductores de gasolina para evitar, según su particular punto de vista, que los huachicoleros la sustrajeran, ocasionando un inesperado desabasto de combustible que en pocas horas se convirtió en una escasez que afectó a gran parte del país. Escasez que después de mes y medio todavía no termina en diversos puntos del territorio nacional. 

Octavio Romero, director de Pemex, declaró que el “29 de enero el robo de combustible registró una de las cifras más bajas, (porque) se detectó la sustracción de sólo 3 mil barriles de hidrocarburos, frente al promedio de 56 mil barriles diarios contabilizados en 2018”.

Súbitamente López dio por terminada la guerra que declaró a los huachicoleros, sin informar quien resultó triunfador en esa efímera batalla y quién cargó a cuestas con la invisible derrota.

Lo cierto, lo evidente, lo que todo mundo ve y sabe, es que López no logró desmantelar ninguna de las múltiples bandas implicadas en el huachicoleo. Tampoco dio a conocer ni un solo nombre de los delincuentes roba-gasolina que las autoridades federales debieron aprehender y procesar durante la supuesta guerra antihuachicolera.

Arbitrariedades.- Con la finalidad de cumplir el propósito del presidente López Obrador de reducir el 70% del personal de confianza que labora en la Administración Pública Federal, en todas las dependencias del sector público, los altos mandos del gobierno lópezobradorista están atropellando los derechos laborales de trabajadores que tienen esa categoría.

Llevan a cabo una violenta, implacable y feroz persecución y cacería de servidores públicos no sindicalizados.

Tanto en la Presidencia de la República, como en las secretarías de Gobernación; Economía; Hacienda y Crédito Público; Bienestar Social; Agricultura y Desarrollo Rural; Energía; Comunicaciones y Transportes; Medio Ambiente y Recursos Naturales; Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano; Comisión Nacional del Agua, institutos Mexicano del Seguro Social y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores, como en un largo etcétera, etcétera.     

En la Segob se abolieron las estructuras orgánicas y se hizo caso omiso de los organigramas. Se implantó un régimen de terror y acoso laboral. Se suspendieron las vacaciones correspondientes al segundo semestre de 2018. Las jornadas laborales de 8 horas se extendieron arbitraria e ilegalmente a  10, 12, 14 y hasta 36 horas. Obligando al personal a trabajar los días de descanso obligatorio que marca la ley.

Han llegado infinidad de personas, que nadie sabe el puesto que presuntamente van a ocupar, que dan instrucciones al personal para que efectúen labores que nunca han realizado y no están establecidas en los manuales de funciones.

A los trabajadores que decidieron renunciar a su empleo se les obligó a presentar su dimisión en un formato que se les entregó previamente. Donde se establece, en un texto mal redactado, que su renuncia es voluntaria e irrevocable y que les “fueron cubiertas todas las prestaciones”  (vacaciones, aguinaldo, seguro médico, ayuda de despensa, etc.). Ese documento también refiere que el gobierno patrón no adeuda cantidad alguna al trabajador renunciado, por lo que éste no se reserva “acción ni derecho alguno de carácter civil, penal, laboral o administrativo que ejercitar en contra de la Secretaría de Gobernación ni en contra de la Administración Pública Federal.”

En dos unidades administrativas de la Segob, por instrucción de los nuevos titulares, los directores generales adjuntos, subdirectores de área, jefes de departamento, enlaces administrativos y operativos, dejaron de efectuar las labores que les marca específicamente el Manual de Organización, para realizar trabajos de espionaje callejero frente al Palacio Nacional, cámaras de Senadores y Diputados, así como en los sitios donde organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos efectúan plantones y manifestaciones públicas.

La titular de una de esas dos unidades administrativas, utiliza su oficina como guardería de tres perros de su propiedad.

Ocurrencias.- Después que AMLO se dedicó durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto a criticar que ambos gobernantes utilizaran a las fuerzas armadas como policías para combatir el narcotráfico y de acusar al Ejército Nacional de asesino, ahora, siendo presidente de la república, lo utiliza como si tratara de uno de esos medicamentos, falsamente milagrosos, que con la misma facilidad que se utilizan para tratar de curar una diarrea, se usan para atacar una enfermedad de origen cancerígeno.

Ahora López pretende que las fuerzas armadas, cuya función consiste en defender la integridad, la independencia y la soberanía del país, asuman la responsabilidad policíaca de perseguir delincuente, a través de la guardia nacional que está en vías de constituirse para este fin.

Otras ocurrencias. Durante una de sus conferencias de prensa matutinas, López anunció que ”E Ejército va a construir el nuevo aeropuerto de Santa Lucía”. Para en seguida advertir que la dirección y administración de esa terminal estarán a cargo de la secretaría de la Defensa Nacional. Así como la operación de las nuevas pipas que distribuirán gasolina en sustitución de los gasoductos que clausuró López para combatir a las bandas de huachicoleros.

Estupideces.- Constituye una estupidez del presidente  Andrés Manuel López Obrador, la cancelación del programa de estancias infantiles, que hasta diciembre de 2018, atendía aproximadamente a cerca de 400 mil niños de hasta cinco años de edad, hijos de madres que trabajan y de padres solos, argumentando que se descubrieron actos de corrupción que no se han comprobado y tampoco demostrado.   

Si fuere cierto la existencia de la corrupción a que se refiere López, lo que debió hacer es denunciar penalmente a quienes incurrieron en ella, a efecto que sean castigados en los términos que marca el Código Nacional de Procedimientos Penales y no afectar a esa cantidad de niños al suspenderles, arbitraria y abusivamente, la atención que se les proporcionaba a través de las estancias infantiles, donde recibían, por cuenta del Estado mexicano, alimentación y cuidados adecuados a su edad y realizaban actividades idónea para impulsar su desarrollo individual.

Ahí, los niños aprendían a convivir e interactuar de manera independiente. Se les enseñaba a socializar, participando colectivamente en actividades y juegos organizados, bajo la conducción de personal especializado.

La ONU considera que este es uno de los mejores programas sociales. AMLO piensa lo contrario. Por eso es factible que, en uno de sus tradicionales desvaríos, acuse a ese organismo internacional de fascista, conservador, neoliberal y de incurrir en actos de corrupción.

Otorgar 3 mil 600 pesos mensuales y atención médica en el IMSS, a  2  millones 300 mil jóvenes, de entre 18 y 29 años de edad, que no estudian ni trabajan (no obstante que muchos de ellos no quieren hacer ni una ni otra cosa) y ofrecer la entrega de 800 pesos mensuales a los abuelos de los aproximadamente 400 mil niños de hasta cinco años de edad que resultaron afectados por la cancelación del programa de estancias infantiles, a cambio que cuiden a sus nietos (como lo sugirió el secretario de Hacienda Urzúa y lo avaló el  presidente López), además de ser una mega estupidez de éste, constituye un  agravio  de quien pretende efectuar la cuarta transformación de México.

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Raúl Espejel Pérez

Ha colaborado como articulista en la revista Jueves de Excélsior, El Universal de México, El Universal Gráfico, El Universal de Puebla, El Día, Nueva Era de Puebla y la revista Momento de Puebla (versión impresa y digital).