¿Gobierno eficaz o popular?

  • Marcelino León Ochoa
¿Permanecerá constante este nivel de aceptación y por cuánto tiempo?

La semana pasada se presentaron algunas mediciones que indican que la popularidad de Andrés Manuel López Obrador roza las nubes y está muy cerca de alcanzar el cielo.

Aunque el arranque del sexenio ha sido el peor de los últimos tiempos, dicen algunos analistas como Enrique Krauze o Héctor Aguilar Camín –no sin razón-, es de reconocerse que ha sido exitoso en términos de aceptación ciudadana.

La pregunta es: ¿permanecerá constante este nivel de aceptación y por cuánto tiempo? ¿Qué factores harían esto posible?

La reasignación del presupuesto para el ejercicio 2019 ha sido un primer paso, quizá el más importante. Porque una política sin recursos está condenada al fracaso y aunque a algunos nos parezcan ocurrencias,  errores o patinadas del Presidente, la verdad es que tiene bien medidos los costos pero sobre todo los beneficios de los “apoyos” que estará entregando a lo largo de los meses por venir.

Los objetivos de Andrés Manuel son claros:

Primero: ofrecer apoyos directos a segmentos de la población perfectamente identificados, en el menor tiempo posible. Y lo está cumpliendo.

Segundo: refrendar y ampliar la base social que le dio el triunfo en la presidencia, para el siguiente compromiso electoral, que es el 2021.

30 millones de electores cautivos o más si es posible, con recursos públicos a su disposición, harían de Morena y sus candidatos un partido prácticamente hegemónico.

Algunos han querido comparar este modelo de gobierno con Cuba o Venezuela. Me parece que no debemos ir muy lejos. Basta con revisar la experiencia del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, para comprender que los nuevos programas sociales serán muy efectivos para consolidar una red de intereses y beneficios que costará trabajo desmontar en el corto o mediano plazo.

Estaremos presenciando en los próximos meses el peligro de la “historia única” como lo menciona Chimamanda Ngozi Adichie, quien comenta: “la consecuencia del relato único… priva a las personas de su dignidad… Enfatiza en qué nos diferenciamos en lugar de en qué nos parecemos”.

La narrativa maniquea de las cosas nos estará distrayendo de temas fundamentales como el desarrollo económico, la seguridad y paz social, el cambio climático, etc. mientras los objetivos de la cuarta transformación avanzan y se arraigan en el pueblo.

¿Es posible hacerle frente a esta ola avasalladora?

Aunque suene descabellado y hasta ingenuo, me parece que las voces críticas no deben callar y aunque sea ensordecedora la aclamación popular, siempre debemos apelar por los equilibrios.

No porque AMLO tenga tanta aceptación, está haciendo bien las cosas.

Es plausible que las redes sociales se llenen de quejas permanentes a las decisiones unilaterales del presidente. Espero que el cansancio no mate esas críticas.

Nuestro país está transitando en sentido contrario a como lo está haciendo gran parte del mundo, al rechazar los gobiernos de izquierda. Sin experiencias de gobiernos populistas en el pasado inmediato, nos toparemos con pared en unos años –espero que no sean muchos- y será muy doloroso.

México es un país tan generoso que a pesar del gobierno, del crimen organizado, la violencia, la corrupción y la impunidad, genera riqueza gracias al talento, la voluntad y el esfuerzo de millones de mexicanas y mexicanos que todos los días nos levantamos pensando en un futuro mejor.

César Marcelino León Ochoa

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Marcelino León Ochoa

Politólogo. Maestro en Gestión Pública. Coordinador de asesores del grupo de regidores PAN.

Catedrático en UPAEP. Ex regidor del Ayuntamiento de Puebla 2011-2014