La policía de la verdad

  • Ana Teyssier
La verdad digital parece haber superado la verdad real

Las redes sociales son las nuevas plazas públicas con la diferencia de que en un plaza pública se puede observar quién es quién e incluso se le puede identificar pero en la fabulosas redes los perfiles pueden ser reales o ficticios, pertenecer a críticos y opinadores genuinos o ser parte de un ejército digital creado exprofeso.

Las publicaciones, tendencias, opiniones y la viralidad en redes sociales son una mente colectiva que permean la vida pública y privada de las personas, existen subredes que son contenidos generados en las redes y son comunicados en forma oral a las personas que no tienen acceso a estas con una enorme carga de subjetividad. También existen usuarios de redes sociales e internet que se han autoerigido policías de la verdad y se han convertido en violentadores digitales, revisan minuciosamente las publicaciones, las contrastan y corroboran en fuentes disponibles en el abanico de internet que es un gran contenedor de contenidos sin filtro; opinan, critican, interpretan y juzgan, están ansiosos por capturar y compartir fotos y videos que evidencien a otros sin aportar el contexto completo o la verdad histórica, lo que importa es visibilizar y exponer mediáticamente cualquier situación sin importar si se contraviene la privacidad, el honor o la dignidad de las personas (terceros) en situaciones donde las autoridades competentes deberían ser las primeras en intervenir.

La autoerigida policía de la verdad es una fuerza letal, escandalosa, ociosa y sin rostro que pretende contener las conductas de los otros amparándose en la libertad de expresión y derecho a la información a modo pero discriminando, escrutando, tergiversando y contraviniendo los derechos de terceros, la mayoría de las veces no disciernen entre las figuras públicas y los particulares, tasan por igual. La policía de la verdad no tiene un mando, surgen y operan espontáneamente, no se les atribuye responsabilidad alguna por su conducta, la verdad digital parece haber superado la verdad real; otrora ante cualquier comentario que atentara contra una persona, ésta tenía la posibilidad de encarar al emisor por erigirse su juez personal pero en las redes sociales las opiniones, críticas y aportaciones son subjetivas, yacen en el mundo del deber ser del otro sin considerar el deber ser propio y la mayoría de las veces son facciosas, viscerales, dolosas, maliciosas, ultrajadoras, mordaces y parciales.

La policía de la verdad está preparada para encarnizar, violentar, emular, ridiculizar, cosificar, etiquetar y esgrimir juicios de valor sumarísimos, a veces es efectiva en situaciones de seguridad colectiva y prevención de conductas ilícitas dadas las condiciones actuales donde las personas ante la fallida seguridad ciudadana deben ingeniar medios para proteger su integridad personal y su patrimonio.

Afortunadamente en la legislación de algunos Estados de la República ya se considera la violencia digital como una extensión de la violencia real; la ciberpersecusión, difamación, suplantación y hostigamiento virtual, stalking, violación de datos personales, insultos electrónicos y exclusión digital, entre otros, han sido enumerados en el Violentómetro Virtual del Frente Nacional para la Sororidad que busca tipificar la violencia digital en la modalidad de violencia sexual cibernética y ciberacoso, el primero contraviene la intimidad y el segundo la privacidad.

Muchas de estas conductas devienen del desconocimiento de los límites de la conducta interna y externa, incluido el espacio virtual, la falta de educación emocional y digital, y en general de la falta de cultura jurídica que permita conocer los alcances de nuestros derechos y obligaciones. Cuando ejerza o arguya sus derechos considere también los de los otros.

Si alguien le cuestiona o inmiscuye en algún asunto de su ámbito privado real o virtual pregúntele: ¿acaso eres un #PolicíaDeLaVerdad?, aléjese, cuénteselo a quien más confianza le tenga y si es posible, hágalo del conocimiento de la autoridad competente.

anateyssi@gmail.com

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Ana Teyssier

Escritora emergente, emprendedora social e investigadora independiente. Se desempeña como periodista cultural, narrativa y de opinión. Premio Municipal de la Juventud y el Galardón Poblano Distinguido. Trotamundos y otras manías.