El gobernador interino y el Congreso de Puebla

  • Miguel Ángel Rodríguez
No hay peor sordo que el que no quiere escuchar.

El ominoso caso de Lydia Cacho, reconocido por el Comité de Derechos Humanos de la ONU como detención arbitraria, violencia diferenciada de género y víctima de delito de tortura, por el cual el Estado mexicano hubo de ofrecer disculpas públicas, reconociendo ampliamente la barbarie de la fuerza policiaca contra ella -como mujer y como periodista- por órdenes de Mario Marín Torres, ex-gobernador de Puebla, se volverá contra la legitimidad del congreso y de los legisladores por el nombramiento de Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino. 

No encuentro por ninguna parte un argumento, solo uno, de comunicación política eficaz, inteligente, legítimo, para los partidarios verdaderos de la democracia y la defensa de los derechos humanos en Puebla, feministas y periodistas incluidas, en la designación del longevo abogado prriísta como gobernador interino de Puebla.

No hay peor sordo que el que no quiere escuchar. 

Los diputados del bloque morenista, la mayoría del congreso local, al parecer no comprenden bien los mensajes de Andrés Manuel López Obrador, quien apenas el domingo repitió el sentido de la Cuarta Transformción cuando de manera enérgica tronó: "No luché, ni me apoyó la gente para llegar aquí para convertirme en alcahuete de corruptos. Cero corrupción, cero impunidad.”

Ciertamente la caballada estaba famélica, pero figuraban alternativas con una trayectoria política más moderna y demcrática, como la de Enrique Cárdenas, exrector de la UDLAP y Abraham Quiroz, excandidato a gobernador por Morena.

Como es sabido, la comunicación política se mueve en el amplio arco que va de la violencia a la libertad. Mario Marín Torres no lo pensó mucho y eligió el de la salvaje violencia contra Lydia Cacho. Por ese entonces Pacheco Pulido-"el Gober Cacho", pues sólo estará cinco meses- se desempeñaba como Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Puebla.
La desagraviada periodista es un referente internacional en materia de derechos humanos y Guillermo Pacheco Pulido será muy pronto deslegitimado política y moralmente por la crítica de la opinión pública local y nacional, justo por su participación activa en el proverbial coscorrón del gober precioso a Lydia Cacho.

Creo que tendremos un gobernador muy vulnerable y débil y eso es muy mal augurio para los próximos procesos políticos  dadas las turbulentas y huachicoleras aguas políticas que corren bajo los puentes de Puebla.

La próxima elección de gobernador podría complicarse severamente por esa polémica elección que bien podría considerarse el primer acto de los diputados de Morena contra el espíritu kantiano, moral, de purificación de la vida pública, que se propone Andrés Manuel López Obrador.

En la designación del gober interino los diputados de Morena mostraron una olímpica carencia de imaginación política, volvieron a las viciadas prácticas del antiguo régimen, con las mismas conocidas alianzas de intereses políticos y económicos, casi con los mismos actores del marinismo y morenovallismo.

Los nuevos legisladores de Morena aprendieron hoy que, por encima de la crítica moral, se encuentra la sumisión gris a la disciplina del partido, pues los más buzos y buzas, que los hay, tuvieron que cerrar los ojos e ignorar, tragar amargo e ignorar el caso Lydia Cacho a la hora de emitir su voluntad con un voto aprobatorio, pues también ellos, pero sobre todo ellas, comparten la indignación por el miserable gesto de barbarie del Estado mexicano contra la periodista.

Desde mi punto de vista la mayoría de los legisladores y legisladoras de Morena en el Congreso tuvieron que renunciar por primera vez, de un solo golpe, tanto a la ética de la convicción como a la ética de la responsabilidad. ¿De qué manera?

En primer lugar dieron la espalda al proyecto moral de la Cuarta Transformación que consiste en la purificación de la vida pública nacional y, en segundo, y quizá más lamentable, las consecuencias sociales de su elección, de sus votos, podrían resultar desastrosas no solo para la estabilidad política de la entidad sino para la unidad y el futuro del Movimiento de Regeneración Nacional en Puebla.


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Miguel Ángel Rodríguez

Doctor en Ciencia Política y fundador de la Maestría en Ciencias Políticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Investigador y filósofo político. Organizador del Foro Latinoamericano de Educación Intercultural, Migración y Vida Escolar, espacio de intercambio y revisión del fenómeno migratorio.