Rafael Segovia

  • Víctor Reynoso
En agosto de este año murió Rafael Segovia Canosa, profesor emérito de El Colegio de México.

En agosto de este año murió Rafael Segovia Canosa, profesor emérito de El Colegio de México. Recientemente esta institución realizó un homenaje en su honor. Participaron 13 oradores, entre quienes se encuentran algunos de los más destacados académicos de la Ciencia Política en México, como Rogelio Hernández Rodríguez, Francisco Gil Villegas, Soledad Loaeza, Luis Medina Peña y Lorenzo Meyer.

Segovia fue de los pocos intelectuales mexicanos destacados que defendió al sistema hegemónico del PRI. Su perspectiva para esta defensa parece ser clara: él, su familia, su país vivieron el drama de un auténtico “Estado fallido”, la Segunda República Española.

Al profesor Segovia le gustaba definirse como un mexicano nacido en Madrid. Nació en la capital española en 1928 y llegó a México en 1940, expulsado por la guerra civil. Cualquiera que sepa algo de esa guerra no puede más que sentir horror frente a lo que los seres humanos podemos hacer a otros seres humanos. Toda guerra es cruel, pero se dice que las más crueles son las civiles. Una combinación de miedo y odio al otro generó la destrucción brutal de un estado y enorme sufrimiento.

En contraste, Segovia llegó en 1940 a un país estable. Desigual, heterogéneo, atrasado, injusto, pero estable. ¿Puede haber algún otro bien público sin la estabilidad? Llegó a calificar al sistema del PRI del siglo pasado como “pragmático y sapientísimo”. Un sistema capaz de resolver los problemas políticos con una sabiduría extraña, heterodoxa, ajena a cualquier manual.

Su perspectiva era "políticamente incorrecta". En lo personal no la compartí ni la comparto. Pero no puede negarse que tenía un fundamento. No el único fundamento posible, pero sin duda una visión atendible, a la que hay que considerar, con la cual hay que dialogar si queremos entender el mundo de la política, sus límites, riesgos y posibilidades. ¿Cómo se pierde o se mantiene la estabilidad política? ¿Cómo puede llegar un Estado a fallar al grado de producir la tragedia de una guerra civil? La perspectiva política de Segovia puede ayudarnos a pensar estas preguntas.

El problema con el PRI en el sexenio que termina (2012-2018) es que estuvo lejos de ser pragmático y sapientísimo. Para resolver nuestros múltiples problemas se entiende. No leyó bien la realidad actual, no fue capaz de enfrentar los problemas de inseguridad, y no fue sensible ante el rechazo de la mayoría de la población contra la corrupción. Estuvo lejos de ser el PRI del que escribió el profesor emérito de El Colegio de México, el mexicano nacido en Madrid.

Creo que Segovia tuvo pocos seguidores. Creo que casi todos tuvieron con él un contacto personal estrecho: alumnos, colegas, colaboradores. No era popular defender al PRI. Mi trato con él fue puntual pero cálido. Era un conversador extraordinario. A pesar de nuestras diferencias políticas (mi director de tesis era entonces Juan Molinar, a quien Segovia identificaba como panista, y por tanto como su adversario) hubo entre nosotros una cercanía personal que he tenido con pocos profesores.

Su obra escrita no es extensa, pero sí, en cierto sentido, extraordinaria. Su libro más importante, La politización del niño mexicano, es un estudio empírico y serio sobre la forma como se socializaban a los niños en nuestro país y las consecuencias políticas de esta socialización. En un medio intelectual donde prevalece la especulación y centrado en unos pocos temas, esta investigación puede considerarse extraordinaria.

Pero su obra académica más importante estuvo sin duda en su trato con sus alumnos. Algo que no queda en el currículum ni cuenta para el SNI. Algo que se limita a la relación personal. Eso fue lo que se vio en el homenaje de El Colegio de México. Casi todos los que hablaron fueron primero sus alumnos y luego sus amigos. Todos reconocieron la sabiduría y la amplia cultura de Segovia. Pero todos pusieron en primer término su relación personal. Quizá lo único que quede de nosotros, o al menos lo más importante, es el cariño y la amistad que somos capaces de dar a otros.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.