En letargo

  • Mario De Marchis
La estupidez humana es la única cosa que nos da una idea del infinito (Ernest Renan) (1823-1892)

Esta semana China inauguró un puente de 55 Km que atraviesa el mar y conecta Hong Kong con Macao. Después de 8 años de trabajo y una inversión de 20,000 millones de dólares y un túnel submarino de 8 km., está diseñado para soportar terremotos de 8 grados, y conecta las tres grandes metrópolis, Hong Kong-Zhuhai-Macao, una megalópolis de 60 millones de personas. Antes se tardaba hasta 4 horas y con la nueva estructura se redujo a menos de 30 minutos. Se utilizaron 420,000 toneladas de acero, 1,08 millones de metros cubicos de cemento, 14 mil obreros y una flota de 100 barcos. El valor es también político:

Xi Jinping quiere integrar más a la excolonia británica a estatuto especial y hacerla más dependiente del poder central.

Erdogán, en Turquía, inauguró el nuevo aeropuerto de Estambul, el más grande al mundo.  El aeropuerto, remplazará completamente el viejo aeropuerto “Ataturk” en dos meses. El Mega hub representa una inversión de 10,200 millones de euros, con un tráfico potencial de 150-200 millones de pasajeros, en unos 10 años, mientras que ahora puede atender a mas de 90 millones de clientes. El gobierno espera recaudar mas de 22,000 millones de euros en una década de operación. La infraestructura tiene una superficie de 77 millones de metros cuadrados, 175 veces más grande que la Ciudad del Vaticano, y 53,000 se usaran para operar el Duty Free más grande del mundo. Se podrán realizar 3,500 despegues y aterrizajes diarios. El estacionamiento tiene una capacidad de hospedar a 25,000 coches, los Gates son 114 y posee 9,000 cámaras de seguridad para supervisar las operaciones y creerá mas de 225 mil fuentes de trabajo.

¿Y nosotros? En letargo.

Turquía es un poco más de un tercio de la superficie de nuestro país y cuenta con 80 millones de habitantes contra los 123 millones de connacionales, nosotros ocupamos el 11º lugar en el PIP a dólares PPA mientras que el país de Erdogan ocupa el lugar 13º.  Somos una potencia mundial en turismo: en el ranking de la Organización Mundial de Turismo, OMT, de 2017, ocupamos el octavo lugar, mientras que Turquía esta posicionada en el décimo lugar.

¿Es posible que estemos aún discutiendo sobre el nuevo aeropuerto, mientras los demás países avanzan, se modernizan, construye nuevas obras, crean nuevos puestos de trabajo y riquezas? Pero aquí el “Pueblo sabio” ya dio su veredicto: no al nuevo aeropuerto, no a la modernidad. ¡Viva el cambio! En lugar de haber atrasado una hora el sábado al reloj, están atrasando al país de 40 años.

Pero, para sentirnos peor, hace más de 2,000 años Herodes, gobernante marioneta de los Romanos, quiso que Israel contara con el puerto más grande y moderno del mundo, pero Israel no tiene bahías apropiadas para un puerto, entonces decidió de realizar uno artificial, el puerto de Caesarea. Los Romanos ya habían inventado el cemento, gracias a que el Vesubio proporcionaba la ceniza puzolana, piedra volcánica que era el ingrediente indispensable para que fraguara el cemento, hasta bajo el agua. Se usaron más de 28,000 metros cúbicos de cemento, para construir el puerto que podía albergar a 300 barcos en una superficie de 70,000 metros cuadrados. El rompeolas de 800 metros con una profundidad de 15 metros, empequeñecía a cualquier otra construcción marina. Había un enorme mercado, donde se comerciaban los productos que venían del este y eran codiciados por los senadores romanos que mandaban a conseguirlos en Caesarea. Con la caída de Roma, esta tecnología se perdió y tuvimos que redescubrirla en el siglo XVIII.

¡Que bueno que Herodes no consultó a su pueblo sabio, si no, probablemente no tendríamos puerto, ni Coliseo ni Pantheon, que nos permiten admirar lo adelantado que estaban hace más de dos mil años!

Acertadamente el Dr. Gurría, presidente de la OCDE, decía que no hay nada que discutir, dado que terminar el aeropuerto costará 80,000 millones de pesos y cancelarlo 100,000 millones. Sabia decisión del pueblo sabio y de su líder al cancelar el proyecto de Texcoco.

Como nos recordaba el poeta Schiller: “contra la estupidez los mismos dioses luchan en vano”.

 

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Mario De Marchis

Ingeniero Químico de la UAEM, con maestría en computación del ITESM, Campus Morelos. Posteriormente cursó un Doctorado en Administración en el Programa del ITESM, Campus Ciudad de México y la Universidad de Texas en Austin.

Es profesor del ITESM, desde 1985.

Ha recibido en varias ocasiones la distinción de profesor mejor evaluado en el Campus Morelos, Ciudad de México, Monterrey y Santa Fe y en la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín, Colombia.

Es fundador del Campus Santa Fe, donde fungió como director de la División de Negocios y Posgrado.

Ha sido consultor en diferentes Instituciones, tanto públicas como privadas, tales como  IMTA, GFT, la ONU-Méx, Línea Bancomer, Confitalia, Canacintra, Coparmex, Inophos e Infonavit, entre otras.

Es autor del libro “Yo, el Director” de Editorial Océano y fue reconocido por la revista “America Economía” como el segundo mejor libro de gerencia en español del 2010 y primero en Latinoámerica.

Actualmente es profesor de tiempo completo del Departamento de Administración de Empresas en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).