Caravana de migrantes centroamericanos

  • Norma Angélica Cuéllar
Huyen de la pobreza y la violencia. Pasarán por México. Trump les niega entrada.

Como se habrá enterado, desde la semana pasada salió una caravana con más de mil 500 migrantes hondureños con destino a los Estados Unidos, lo que se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades guatemaltecas, las mexicanas y claro, para el gobierno de Donald Trump, quien ya amenazó al presidente de Honduras que si la caravana de personas que se dirige a los Estados Unidos no se detiene y regresa a Honduras ¡no se dará dinero ni ayuda, con efecto inmediato!

Y no es por desearles mal, pero le aseguro que esta caravana ni se regresará ni se detendrá ni será la última porque la situación en Centroamérica es insostenible. El problema es que los países del Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA), es decir Honduras, Guatemala y El Salvador están atrapados en una espiral de pobreza y delincuencia.

La imposición del modelo económico neoliberal ha propiciado una creciente descapitalización de los sectores productivos, deterioro del campo y del ambiente, lo que ha generado un aumento en la expulsión de miles de personas que no han encontrado ya la manera de asegurar su subsistencia en sus lugares de origen.

En el siglo XXI, la zona ha sido declarada una de las violentas del mundo y en virtual crisis humanitaria, con gobiernos débiles incapaces de atender las demandas más apremiantes de la población como son paz social, justicia y empleo. Informes oficiales y de organizaciones de la sociedad civil han reportado un alarmante aumento a partir de 2014 de migrantes provenientes del TNCA que tratan de cruzar las fronteras mexicanas para llegar a Estados Unidos. Desde ese año, se calcula que al menos 400 mil centroamericanos ingresaron anualmente de manera irregular a México rumbo al vecino país del norte.

Honduras ocupa el puesto número uno de los países de la región con mayor porcentaje de población en condición de pobreza, con 60 por ciento; seguido de Guatemala con 54 por ciento y El Salvador tendría un 36.5 por ciento.

De acuerdo con los informes de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) de 2015, la aplicación de programas de asistencia social, sólo han aumentado las desigualdades sociales, una característica histórica y estructural de las sociedades latinoamericanas.

Además, el empobrecimiento de Centroamérica está directamente relacionado con el Cafta, como se denomina el Tratado de Libre Comercio que Estados Unidos firmó con estos países en el año 2003, cuyas multinacionales interesadas en la minería, la agricultura y los recursos naturales han depredado la región provocando un panorama desolador.

El otro gran culpable de la fuga de miles de migrantes forzados son las maras y pandillas. Surgidas después de la guerra civil y por las deportaciones masivas desde Estados Unidos, las maras son las responsables de los mayores actos de violencia en Honduras. Con un número de alrededor de 60 mil miembros en los tres países, son una de las principales causas de terror.

El panorama en Centroamérica es complejo y mientras no cambie lo que les he relatado, pues no hay manera de frenar esas mareas de familias, hombres, mujeres y niños que están buscando hacer la vida en otro sitio.

Mientras tanto, ayer y a pesar de que el gobierno de Jimy Morales, les advirtió que no podrían entrar en el país si no cumplían sus requisitos legales, los caravaneros logran cruzar la frontera de Guatemala y no sólo eso, parece que en el camino han ido sumando más y más personas. Algunos a pie y otros en vehículo con ayuda de activistas.

 

México intentará cerrarles el paso

Y como es normal, el tema de la caravana parece que no le ha caído nada bien al gobierno mexicano, que como ya sabemos, se ha dedicado a hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos desde que impusieron su seguridad nacional como el gran tema de la agenda internacional. Allá por 2001, después del atentado a los World Trade Center.

En un comunicado, el Instituto Nacional de Migración advirtió que los integrantes de la “Caminata Migrante” que partió de San Pedro Sula, Honduras, el pasado 13 de octubre de 2018, deberán cumplir los requisitos que marca la ley para poder ingresar al país por los puntos de internación de la frontera sur de México y “quienes no los cumplan, no se les permitirá el ingreso”.

Remataron diciendo que la ley no prevé ningún permiso para acceder al país sin cumplir con los requisitos y posteriormente dirigirse a un tercer país.

Así las cosas, no sé cómo los piensan frenar.  Algunos medios publicaron que policías federales y agentes del INM reforzarán la seguridad y vigilarán la frontera para evitar el paso de la caravana, cosa que dudo mucho que ocurra, pues tendrán la mirada de las organizaciones internacionales de derechos humanos y de la prensa encima.

La semana que entra continuaremos con este tema. Seguramente ya estarán en México.

Si tiene alguna molestia, queja o comentario, escríbame. Me interesa su opinión. norcudi@gmail.com

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Norma Angélica Cuéllar

Periodista egresada de la UNAM, especializada en política, derechos humanos, religión y migración, con artículos publicados en revistas y diversos medios nacionales. Doctora en Sociología por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP.

 
 

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