¿El fin de la reforma educativa y la caída del INEE?

  • Oscar Barrera Sánchez
La presente legislación y el futuro gobierno federal tienen una serie de compromisos

Sin lugar a dudas, el mayor compromiso de la actual legislatura y el futuro gobierno federal a cargo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y su líder, Andrés Manuel López Obrador, fue derogar la mal llamada “reforma educativa”, que lo único que provocó en los últimos años fue injusticia laboral y desigualdad educativa en el país. El verdugo, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) quien ahora suplica a quien puede, no sólo que le resten su autonomía, sino que no lo desaparezcan.

La presente legislación y el futuro gobierno federal tienen una serie de compromisos con la ciudadanía que los hizo llegar al poder. Las “reformas estructurales” del gobierno de Enrique Peña Nieto significaron la venta de la patria, privatizándola a los mejores postores. Sin embargo, hay una de estas reformas privatizadores que es urgente derogar, la mal llamada “reforma educativa” que sólo fue laboral y administrativa y cuya finalidad fue castigar a los docentes del país, mermar las fuerzas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y golpear a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), así como aumentar las brechas de desigualdad educativa entre estudiantes de los niveles preescolar, primaria, secundaria y media superior. Neoliberalismo educativo.

El INEE, por su parte, lejos de cumplir con una función autónoma verdadera, se convirtió en el esbirro de Peña y los empresarios mexicanos no sólo contra los docentes, sino contra la educación en el país. Bajo el supuesto de una calidad educativa, el organismo trabajo al servicio del mercado y mostró una actitud servil a los intereses de las empresas y del mezquino gobierno de Peña Nieto, empuñando la evaluación como instrumento para violar derechos humanos: laborales y educativos.

La desesperación de los dirigentes de la institución de evaluación es evidente, como lo muestra el correo electrónico de la consejera del INEE, Sylvia Schmelkes, enviado el día 13 de septiembre, a las 13:41 horas, a distintas organizaciones exintegrantes del Consejo Social Consultivo de Evaluación de la Educación (CONSCEE):

“Estimados exintegrantes del CONSCEE:

A nombre de la Junta de Gobierno, les informo que Martí Batres está por subir al Senado una iniciativa que incluye la derogación del INEE y del SNEE (fracción IX del Art.3º). El punto está subido a agenda para tratarse el día de hoy, pero el documento no está disponible. Nos estamos movilizando por donde se nos ocurre. Si ustedes tienen alguna idea de cómo proceder, será bienvenida”.

Muchas gracias,

Sylvia Schmelkes”

El temor de la llegada del Andrés Manuel López Obrador se hizo patente todo el tiempo en el INEE, porque sabían que podría frenar la reforma educativa, sobre todo después de la brutal represión sufrida por profesores de los estados de Michoacán, Guerrero, Chiapas, hasta la crueldad de Nochixtlán, Oaxaca. Sin embargo, siguieron con su posición de privilegios, sirviendo a la Secretaría de Educación Pública (SEP), incumpliendo con las propias obligaciones y sus calendarios que habían construido, con modificaciones a resultados educativos, entre muchos otros actos de vil servilismo al gobierno federal. El INEE se convirtió en un elefante blanco, muy caro y sin ningún resultado importante para el pueblo mexicano y, por el contrario, traidor a él.

La movilización magisterial y un pueblo que ve en el gobierno de Enrique Peña Nieto represión, desde su llegada hasta este momento, claman por la derogación de la reforma educativa (al igual que todas las reformas) y por la extinción de instituciones que sólo sirven para parasitar de los recursos públicos generados por los trabajadores de este país.

La reforma educativa, la evaluación docente y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, no sólo deben ser suspendidos o minimizados. Si este gobierno quiere lograr legitimidad debe derogarlos y dejar en claro que las demandas sociales son su fundamento moral. De no hacerlo, serán la misma gata, pero Morena.

Picaporte

Rememorar el 68, pero no panfletariamente. Recordar que de ese movimiento surgieron grandes cosas, como grandes canallas que ahora responden a los intereses de la derecha en México o brincan de ideología, según su conveniencia: pueden estar en INEE o pueden ser parte del cambio contra el INEE, como don Gilberto.

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Oscar Barrera Sánchez

Doctor en Ciencias Sociales y Políticas por la UIA. Comunicador y filósofo por la UNAM y teólogo por la UCLG.