¿Qué hemos hecho mal?

  • Guadalupe Carrasco
Acerca de la falta de consciencia ecológica.

Hace unas semanas leía un post en una red social que decía, parafraseándola, “ya ganó AMLO, ¿ahora en qué van a ser expertos?” y pensé que, más allá de expertos, la búsqueda es de voces que opinen y den forma a un discurso que por nada del mundo debe ser lineal ni único, y mucho menos sometido al poder. Todo lo contrario, este ejercicio se trata de dar pluralidad y dirigir el apuntador a todas las caras de la polifacética labor de gobernar y de ejercer el poder pues gobiernos van y vienen y las cosas en México cambian muy lentamente, principalmente las que son para bien del país y su población, porque las que son males, se conservan o empeoran.

Al respecto escribiré hoy sobre el tema de la basura. ¡Vaya tema! La cobertura de la educación básica es casi del 100%, es decir, llega a casi todos los rincones de nuestro país, pero eso no ha significado que la gente, tanto mayor como menor, haya accedido a una consciencia de la importancia del manejo de la basura que producimos. ¿Por qué? ¿Será que no se trata de algo que se aprenda en la escuela? ¿Se aprende en casa? ¿Quién tiene que enseñar? ¿O será acaso que todo lo debemos al capitalismo consumista que nos hace generar más basura que tres décadas atrás? ¿O es que en nuestros cerebros no puede entrar la idea de “depositar la basura en su lugar”? ¿Será que las neuronas de la población mexicana no dan para ello? ¿Las bondades de nuestro medio ambiente nos hacen pensar que la naturaleza lo va a resolver todo? ¿Si no lo veo, no existe? Y es que no hay carretera o camino en México que no tenga basura, mucha o poquita pero siempre presente. Basta ver un estadio o algún lugar donde se celebre un evento público o no tan público, un concierto por ejemplo. En cuanto la gente desaloja el lugar, comenzamos a ver basura por todos lados, sin importar la ciudad. Vas al cine, la sala está limpia, al finalizar hay basura por todos lados. Un día de tianguis no se diga. Al final de una manifestación. Al término de una fiesta. Cada día de escuela.

De acuerdo con la SEMARNAT (Fuente: Constructorelectrico.com) Generamos diariamente 117 mil toneladas de basura al día y, un gran porcentaje está por ahí, tapando alcantarillas, contaminando los campos, siendo foco de infección y acumulación de fauna nociva, flotando o hundiéndose en los mares, convirtiéndose en alimento de peces y aves, en pocas palabras, ensuciando cada rincón de México.

Se trata de dos problemas: cuánta basura generamos y dónde la depositamos. ¿Y el sistema educativo ha tenido injerencia en alguna de estas dos problemáticas? Al parecer no. Sólo medidas locales o promovidas por la Sociedad Civil han tenido algún eco, pero hasta ahora sólo son temporales. Hace algunos años se comenzó la campaña para prohibir las bolsas de plástico que dan en los supermercados y negocios, sin embargo, la medida no prosperó, sólo sirvió para justificar el cobro de las bolsas y casi nadie objetó tal cobro. Recientemente comenzó otra campaña para dejar de usar popotes, la cual está teniendo éxito en múltiples negocios que ya no están proporcionando este instrumento al servir bebidas, aún no sabemos el impacto que tendrá, pero eso sí, no sólo se trata de dejar de usarlos, sino dónde termina cada popote utilizado.

¿Qué medidas necesitamos implementar que sean de largo plazo y que nos dé frutos? ¿Cómo evitar seguir contaminando nuestro México? ¿Cómo crear en la población mexicana una cultura de reducción de desechos y manejo sustentable de los mismos?

Yo creo que nos tiene que costar… Aquí y ahora. Porque para mucha gente es muy fácil deshacerse de sus desechos y olvidarse de su destino, dejando todo el trabajo al municipio y al Estado, convirtiéndonos sólo en usuarios de un servicio. Algo dentro del proceso nos debería tocar, ya sea pagar por el servicio o que nos multen por el exceso de basura. Tal vez una cultura verdaderamente ecológica, es decir, pensada, reflexionada y que tenga un peso más allá de quejarnos de todos los males que la basura produce.

También deberíamos tener educadores en el hogar, para que nos enseñen el manejo de la basura, hasta crear verdadera consciencia que logre que las personas no tiren basura en un lugar que no sea su lugar y que además, genere la menor cantidad posible.

¿La escuela tendrá un papel en este proceso? Definitivamente tiene que tener uno.

 

Fuentes:

Constructor Eléctrico Energy Management. Sin autor. Septiembre 11, 2017 (ver aquí el documento) Consultado el 15 de agosto de 2018. 

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Guadalupe Carrasco

Licenciatura en Psicología de la Universidad de Londres. Psicoterapeuta en consulta privada, Orientadora Educativa