Efectos de la “Tolerancia cero” en Estados Unidos

  • Laura Carreto Tirado
Los juicios que enfrentan algunos niños separados de sus padres los hace más vulnerables.

Hace unas semanas, en el artículo titulado “Niños migrantes: separados de sus familias” escribí acerca de lo que era parte de la política migratoria: “Tolerancia cero”, la cual separaba a los padres de los hijos al momento de su detención, afortunadamente esta parte se revirtió y ahora las familias son mantenidas juntas. Sin embargo sigue habiendo molestia por las prácticas inhumanas que siguen existiendo y la falta de responsabilidad y sensibilidad del gobierno estadunidense al tratarse de un tema que sigue involucrando a menores de edad.

Esta política vigente desde el pasado mes de abril, considera como “delincuentes” a quienes lleguen de manera indocumentada a Estados Unidos; como consecuencia, las personas entran a un proceso legal. Además los niños que fueron detenidos sin sus padres siguen compareciendo ante un juez, sí, aunque parezca increíble, niños de 5 años o menos tienen que enfrentar una audiencia, situación que han condenado las ONG´s y que ha sido documentada en el corto “No acompañado, sólo en América” (“Unaccompanied, alone in America”) dirigido por la estadunidense Linda Freedman, donde se muestran dramatizaciones de esta realidad. Una cifra reciente de 102 niños, 75 solamente tienen posibilidades de regresar con sus padres, 27 no, pues las autoridades afirman que los progenitores tienen antecedentes penales.

Los abogados y jueces de inmigración han descrito las audiencias como “vergonzosas” ya que los niños son incapaces de completar una oración, hay llantos y desesperación en éstas. La abogada Laura Barrera narra en un “tuit” que su “clienta”, una niña de 5 años, no sabe ni de qué país viene y ha tenido que dibujar unos pandilleros que esperan afuera de su escuela, ya que la mayoría de los niños provienen de países centroamericanos, donde se vive mucha pobreza y violencia, ya que los “Mara Salvatrucha” se han apoderado y han hecho cumplir su ley en algunos lugares de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Cabe recalcar que, aunque en menor número, también hay casos de niños mexicanos y de otras nacionalidades.

Como se mencionó anteriormente ya se suspendió la separación de padres e hijos, una orden ejecutiva (una modificación a la ley) obliga a detener a las familias juntas. Anteriormente los niños, eran separados de sus padres y puestos en centros de detención infantil, ahí, permanecían en jaulas, hubo casos donde eran encerrados hasta 20 menores; los niños eran arrancados de los brazos de sus padres, una situación bastante delicada; en estos lugares había ausencia de personal, no había quién vigilara a los infantes, mucho menos para cambiarles el pañal.

En junio pasado, la visita de Melania Trump a uno de los centros de detención en McAllen, Texas, en la frontera con México, causó controversia, ya que portaba una gabardina con la leyenda “Really don’t care, do you?” (“La verdad es que no me importa ¿a ti?”) Aunque Donald Trump la defendió diciendo que su esposa está a favor de la reunificación de las familias, el mensaje era claro.

Aún quedan pendientes los casos anteriores, es decir 2,000 menores que fueron separados de sus padres entre abril y mayo de este año, y que aún no se conoce de su paradero, la pregunta es: ¿dónde están? Se trata de una política fallida, empezando por su trato inhumano a los niños pero también en su ejecución, ya que faltó coordinación entre las agencias involucradas: Aduanas y Protección Fronteriza, Seguridad Nacional, Salud y Servicios Humanos: encargada de los niños; y el Servicio de Inmigración y Aduanas: responsables de la detención de los adultos. No hay un sistema que planeara la reunificación de las familias, y no existe una estrategia de cómo volver a unirlas. Será difícil volver a reunir a padres e hijos, pues deberán someterse a una prueba de ADN, entre otros requisitos.

A pesar de los reclamos de los líderes religiosos, ONG´s, pediatras, abogados, que han condenado esta situación, el gobierno de Estados Unidos está convencido que los niños son un instrumento de disuasión para la inmigración indocumentada y a menos que lo ordene un juez los niños seguirán siendo enjuiciados como si se tratara de adultos. Es una cuestión condenable por donde se le vea. Esta situación dejó en la vulnerabilidad a más de 2,000 niños, quienes no podrán reunirse con sus padres por lo menos a la brevedad. Recordemos una vez más que la gente que migra, la mayoría de los países centroamericanos va huyendo de la violencia que azota a sus países, quienes viven en la inseguridad y al capricho de los “Mara”.

Por otro lado es increíble la pasividad de nuestras autoridades; hace unas semanas cuando apenas se sabía de este tema, un “tuit” de la cantante mexicana Sasha Sokol hizo reaccionar al Canciller Luis Videgaray, en este le cuestionaba al burócrata, la emoción por el mundial que expresaba en “Twitter” y la omisión ante los casos de las familias separadas; tras la presión, el funcionario, apresurado condenó esta política a través de un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores; evidenció que este tema no estaba dentro de sus prioridades.

Estas prácticas políticas en Estados Unidos no se habían visto en los años recientes, Barack Obama desde 2005 tenía la política de capturar y retornar a los migrantes indocumentados y sólo se les criminalizaba al ser reincidentes en el cruce ilegal, en todo momento esto implicaba mantener a las familias unidas. Actualmente existen padres deportados a sus lugares de origen con hijos en territorio estadunidense y viceversa. En los tribunales algunos padres luchan por reunirse con sus hijos, unas familias tardarán más que otras en volver a verse. Se torna una situación compleja, una política que no fue planeada, no hubo estrategia, ni responsables. Ahora, aunque no del todo, es cuando se trata de enmendar un poco la situación gracias a las presiones de los grupos civiles y políticos demócratas.

Sólo la historia condenará a quienes están a cargo de estas prácticas inhumanas. Ojalá todos los casos de familias separadas puedan reencontrarse.

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Laura Carreto Tirado

Licenciada en Relaciones Internacionales, Maestra en Ciencias Políticas ambos grados por la BUAP. Especializada en temas migratorios y en la Relación México-Estados Unidos. Ha investigado y escrito al respecto en libros y revistas