Ni una menos

  • Brahim Zamora
Ante los feminicidios recientes todos guardan silencio: el gobernador, la fiscalía, Martha Erika.

Las mujeres en el tango, el tango en las mujeres y las mujeres del tango, podría parecer de repente que hablamos de lo mismo, sin embargo son cosas distintas, en las cuales me iré deteniendo más adelante en el tiempo.

El género puede engañarnos por su ambiente masculino casi en absoluto en cuanto a compositores, cantantes y ejecutantes se refiere, pero si algo ha ayudado a la música ciudadana a sobrevivir y reafirmarse como un género popular que goza de cabal salud en todo el mundo, es su impresionante capacidad de renovarse, reinventarse y adaptarse a los tiempos que la historia le marca. Y las mujeres de hoy tienen mucho quehacer dentro de la escena milonguera actual.

China Cruel es una orquesta única, conformada en su totalidad por mujeres (fundada y liderada por Verónica Bellini y Viviana Scarlassa) resalta en la escena por componer sus letras y música en código de tango y proponer desde ahí una mirada fresca y feminista de los aconteceres recientes.

No podía ser de otro modo, si algo ha distinguido la lírica tanguera es precisamente el abordaje de la vida cotidiana de las ciudades y el mundo, la reflexión profunda, la postura crítica frente al poder, a la violencia, a la pobreza, al cinismo, a la corrupción. China Cruel no apuesta por la canción engolada o impostada en un añejo lunfardo, busca a través del humor y la crítica directa una lírica social que esté presente en su tiempo.

Y claro, el terrible fenómeno del feminicidio no podía ser ajeno a ellas, por ello en su disco “¡Ni una que sepamos todos! (2016)” tocan el tango, que casi es un himno, “Ni una menos”. Un tango al que, sobre todo los hombres, deberíamos poner particular atención.

 

¿Qué pasa con vos? te veo perdido

y quién lo diría, casi arrepentido.

Te quedaste solo, quien lo iba a pensar

por fin te ganaron el último round.

 

Nada es para siempre te doy la noticia

en algún momento llega la justicia.

La que vos creías de tu propiedad,

la que maltrataste sin sentir piedad…

 

Por fin dijo basta y levantando vuelo

buscó la salida y ya no el consuelo.

Por fin se dio cuenta de que no era amor

lo que tantas veces le causó dolor.

 

Pudo levantarse sin pedir permiso

y pudo alejarse de quien no la quiso.

Te dijo hasta nunca y sin mirar atrás

siguió su camino y no volvió jamás.

 

Ahora estamos juntas ninguna está sola

lastimando a una, nos herís a todas;

porque ya no existen dolores ajenos

hoy nos duele a todas, no habrá ni una menos.

Gritaremos fuerte por las murieron

por las que callaron, las que no pudieron

escapar a tiempo, juntar el valor

ver que era posible una vida mejor

 

Sabés, me das pena porque te enseñaron

todo dado vuelta, todo equivocado;

confundís violencia con virilidad,

confundís paciencia con debilidad.

 

Esta historia oscura aquí se termina

sentirte más hombre golpeando a una mina,

si pensás que es tuya que te pertenece

cuidado que nada es lo que parece.

 

¿Qué tanto puede interpelarnos una orquesta de Buenos Aires que tienen apenas 11 años de existir, a los habitantes de Puebla con este tema?

Yo pienso que mucho, porque no sólo se trata de la condena a la violencia feminicida, de los seis asesinatos de mujeres perpetrados en cuatro días durante la semana pasada, contabilizados por el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos AC aquí. O del informe especial que presentó el mismo Odesyr con Ovigem y Cihuautla en el 70 Periodo Ordinario de Sesiones de CEDAW en Ginebra, Suiza a principios de mes sobre la situación en Puebla, cuyo discurso se puede leer aquí.

Se trata del silencio. El tema se pondera, como en la canción o se omite.

Es insultante que quienes tienen que hablar sobre esta situación brutal se guarden en el ominoso silencio. Hablo del aún gobernador de Puebla, Antonio Gali, que no ha exigido públicamente a la Fiscalía (que coincidentemente fue la peor evaluada por Impunidad Cero) que se apliquen los protocolos pertinentes y sancione a los funcionarios públicos que dilaten el acceso a la justicia de las víctimas. O que no ha llamado a cuentas a su secretario de Seguridad Pública para hablar sobre el tema y las nulas políticas preventivas.

El silencio de quien más lucró con el tema de la violencia contra las mujeres, “porque es mujer” y que selectamente escoge sus batallas por la paz y contra la violencia, y la violencia feminicida que se vive en el estado que probablemente gobernará, no es digna ni siquiera de un tuit. Son seis mujeres. Seis nombres que no merecen ser dichos por Martha Erika Alonso.

El silencio de un fiscal rebasado por su propia institución desnuda de recursos humanos y financieros, que sobrevive ante la violencia criminal y que ha dejado en la impunidad la enorme mayoría de los casos de asesinatos de mujeres en Puebla.

El silencio del Tribunal de Justicia, de su titular Héctor Sánchez y de su inoperante sistema de administración de la justicia cuando de mujeres víctimas se trata. La omisión de una justicia con perspectiva de género.

El silencio de la gran mayoría de personajes electos que harán gobierno en un estado en el que están matando a las mujeres sin miramientos.

La exigencia es clara y el reto también: la vida y la seguridad de las mujeres debe estar al centro de la discusión pública, de los presupuestos, del combate a la corrupción y de la impunidad.  Tendremos por primera vez un Congreso y cabildos realmente paritarios, probablemente una gobernadora. No puede ser de otro modo. Es lo más importante, es también lo más urgente.

Ni una menos, pues.

 

El tango

Ni una menos (2016).

China Cruel:

Verónica Bellini: Piano, arreglos y dirección. Cindy Harcha: Bandoneón. Amanda Irarrázabal: Contrabajo. Natalia Robacio: Violín. Laura Tappata: Guitarra. Viviana Scarlassa: Voz

Lo escuchas aquí: https://youtu.be/-cz5Tnk3pC4

@elinterno16http://twitter.com/@elinterno16

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