La sorprendente visita de la comitiva enviada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a México para entrevistarse con el recién electo presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo tan llena de simbolismos como de incertidumbre. No sólo porque se produjo a 13 días de la elección, sino porque fue integrada por sus más altos funcionarios, como el mismísimo secretario de Estado, Mike Pompeo; el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y su yerno y asesor, Jared Kushner, de quien se dijo, hace meses, que tenía una añeja amistad personal con el peñista Luis Videgaray.

De alguna manera, los analistas vieron en este encuentro algo así como que el viejo refrán: “Si Mahoma no va a la montaña… la montaña va a Mahoma”.

Y no es para menos, pues con un 53% de votación a cuestas, con la mayoría que tendrá en las Cámaras y en los gobiernos de varios estados, Andrés Manuel se erige como el presidente con mayor poder y legitimidad del México moderno.

La duda aquí es si ¿estaremos frente a una nueva etapa de la relación bilateral? La respuesta rotunda es que sí. Recordemos que las tres últimas administraciones de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón y del Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, no pudieron atinar a ofrecer una política migratoria que, uno, frenara el éxodo de mexicanos hacia el vecino país del norte y, dos, limitara la injerencia estadounidense en nuestra política migratoria a través de instrumentos como la Iniciativa Mérida o el Plan Frontera Sur.

El haber enviado a Jared Krushner a dialogar a la Casa de Transición de López Obrador fue como un “ay muere con el peñismo” y mostrarle el ángulo más bonito de la diplomacia estadounidense al nuevo ejecutivo mexicano, quien los recibió con un lindo cuadro de Benito Juárez en el fondo del salón de la reunión

Y vaya que el encuentro fue tan excepcional que tuvieron llevar sillones y mobiliario de la embajada estadounidense a la Casa de Transición porque simplemente no había dónde se sentaran los funcionarios estadounidenses.

Creo que el triunfo de la izquierda mexicana, sin lugar a dudas, hizo sonar todas las alarmas del Imperio.

Ya antes de que el INE saliera a dar los resultados del conteo rápido, el pasado 1 de julio, Donald Trump dedicó un efusivo tuit para felicitar al futuro presidente de México. Al día siguiente, se supo que sostuvieron una conversación de media hora donde hablaron de la cooperación binacional.

Y sí, algunos pensarán que siendo uno de sus dos vecinos, Trump tendría interés en estar cerca del vecinito que ha actuado siempre como patio trasero. Sin embargo, no podemos soslayar el hecho de que AMLO ha prometido un cambio profundo en el tipo de políticas que han trazado los últimos gobiernos, en los rubros político, económico y social.

Creo que Trump ha visto con buenos ojos el enorme capital social de López Obrador para frenar la corrupción y para generar la anhelada prosperidad y bienestar para los mexicanos. Cosas, que desde luego, reducirían la migración binacional.

Lo que no está claro es el papel que Trump querrá seguir dando al gobierno obradorista para frenar la migración proveniente de Centroamérica. Recordemos con en los últimos 18 años, el territorio mexicano había funcionado como puerta trasera de freno a los migrantes provenientes, principalmente, del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras).

Por lo pronto, Marcelo Ebrard, quien fue propuesto para ser canciller el próximo sexenio, informó que López Obrador entregó a Pompeo un documento de cuatro puntos que sienta las bases de entendimiento con la administración de Trump para los próximos años.

Estos son los puntos básicos que trata, aunque su contenido será revelado hasta que Trump los dé a conocer.

1. El comercio y la renegociación del TLCAN

Ambas delegaciones coincidieron en “avanzar de manera constructiva” en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994 entre Canadá, Estados Unidos y México. Hay que recordar que la renegociación del TLCAN lleva ya varias semanas estancada y, como anunció AMLO tras su reunión con Peña Nieto el pasado 3 de julio, las negociaciones se darán de manera conjunta entre los equipos del presidente constitucional y el virtual.

2. Migración

El tema migratorio se incorporó a último minuto, de acuerdo con Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación. De acuerdo con la agencia Reuters, se dejó por fuera la propuesta de Trump de levantar el famoso muro para detener la migración ilegal y el tráfico de drogas.

3. Desarrollo de Centroamérica

Para reducir la migración de mexicanos y centroamericanos hacia Estados Unidos, AMLO propuso atender sus causas, como son la violencia y pobreza, con ayuda estadounidense.

4. Seguridad

El próximo canciller mexicano dijo que la propuesta incluye establecer un diálogo muy fructífero, en el futuro en materia de seguridad.

No sé qué piense usted, pero pensar que a Trump le preocupa el rumbo que dará AMLO a la relación bilateral, me resulta halagüeño.

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