Doger, piensa mal y acertarás

  • Carlos Figueroa Ibarra
Las actitudes del ex candidato en la campaña, en el debate y en los últimos días.

Un aforismo que he escuchado en repetidas ocasiones a lo largo de todos estos años  en que he estado participando en política, reza así: “En política, piensa mal y acertarás”. El refrán alude al hecho de que en la política, es decir la lucha por el poder, los adversarios pueden hacer uso de recursos perversos y es común que esto suceda. Por ello para poder caminar con buen paso en ese terreno lleno de deslealtades, es necesario pensar con malicia porque seguramente la tienda de enfrente está obrando con malicia. Esto fue lo que observé a lo largo de la campaña electoral por la gubernatura  de Puebla. La mayoría de los medios de comunicación  no se cansaron en hacerle la guerra sucia al candidato Miguel Barbosa y los recursos fueron variados: el monto de sus propiedades, sus credenciales universitarias, su precario estado de salud, el pasado turbio de uno de sus voceros.

Diariamente los principales diarios de la entidad repitieron de manera incansable estas aseveraciones con el objetivo de lograr que  la percepción ciudadana viera en el candidato del movimiento lopezobradorista, una persona digna de poca confianza. Desde la vocería de Barbosa, fueron lanzados dardos que eran de mucho mayor peso: el involucramiento de algunas universidades en la versión poblana de la estafa maestra; la sobrefacturación de los motocultores que evidenciaba un desfalco de millones de pesos; los contratos ocultos del teleférico; las propiedades de Doger. Los periódicos, algunos de ellos, sacaban la noticia  en páginas interiores el día que se daba y en los días posteriores había un silencio absoluto. En cambio la perfidia de Luis Miguel Barbosa era noticia de primera plana de manera cotidiana. No me quedó  más que pensar mal: la gran mayoría de los diarios y portales de noticia de Puebla estaban siendo pagados por quienes veían a Luis Miguel Barbosa como el candidato que podía derrotar a la candidata de Moreno Valle.

A lo largo de la campaña pude percibir cómo uno de los candidatos, Enrique Doger, se fue rezagando en las preferencias electorales en un distante tercer lugar. Se mencionó que en este contexto de derrota, se reunió a comer  con Moreno Valle en algún restaurante en la Calzada Zavaleta. Pocos días después, el candidato del PRI y sus aliados, se convirtió en un implacable atacante de Luis Miguel Barbosa. En el único debate que el IEE permitió, de los 22 ataques que contabilicé contra Barbosa, diez provinieron de Doger.  Y así continuó el resto de la campaña, dándole algunos raspones a Alonso para que no pensáramos mal. El 3 de julio, dos días después de unas elecciones llenas de violencia y fraude, el candidato priísta se apresuró a felicitar a la candidata de Moreno Valle, recibiendo de parte de ésta una lisonja por twitter: “Valoro tu madurez política y la responsabilidad con la que asumes tus resultados”.  Al principio de esta semana, Doger acudió a darle el levantón de mano final a Alonso. El integrante del CEN del PRI y antaño candidato a la gubernatura de Puebla, Javier López Zavala, le recriminó el gesto: en lugar del besamanos, Doger debería haberse esforzado más (obtuvo 37% de menos votos que el propio López Zavala en 2010) y defender los triunfos del PRI que le han sido escamoteados por el PAN y por Morena. No me quedó más que pensar mal: probablemente hubo acuerdo en lo oscurito entre Doger y Moreno Valle.

Doger ha dicho que no descarta volver a ser candidato a la gubernatura. ¿Quién lo apoyará si en el propio PRI están pensando mal?

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Carlos Figueroa Ibarra

Sociólogo, profesor investigador de la BUAP, especializado en sociología de la violencia y política. Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Fue integrante del Comité Ejecutivo Nacional de Morena (2015-2022).