Las encuestadoras más importantes del país como las de Parametría, Reforma, Mitofsky, Masive caller y COPARMEX ubican a José Antonio Meade en un tercer lugar. Los resultados de las encuestas del mes de junio (en promedio) posicionan en primer lugar Andrés Manuel López Obrador con una preferencia electoral  del 46%; en segundo a Ricardo Anaya con 20% y finalmente a José Antonio Meade KuriBreña con 14%.

Las razones de la tercera posición son muchas: la principal es que ha sido funcionario veinte años, de manera precisa Meade ha sido secretario en cinco ocasiones, en dos administraciones: en la de Felipe Calderón Hinojosa y la de Enrique Peña Nieto, es evidente que no existía mejor persona que representara el sistema político tan desprestigiado que ha gobernado nuestro país. Meade ha sido señalado como el candidato de la continuidad. El peso de los resultados de las dos administraciones en las que fue secretario deslegitimaron su campaña.

Los principales errores no fueron dentro de la campaña, sino en los gobiernos que representa: En el sexenio de Vicente Fox Quesada el narco se extendió a territorios donde existía paz. En el gobierno de Calderón les hizo frente y les declaró la guerra, factor que desencadenó los homicidios, secuestros y desapariciones. A los militares se les empoderó, pero el sacarlos a las calles con el fin de enfrentar a los criminales no fue la solución, esta política fracasó.

La estrategia de seguridad de Peña Nieto tampoco ha rendido frutos, nuestro país tiene altos niveles de violencia. Son 34,000 desaparecidos (Telesur, 2018); 2017 fue el año más violento con 70 personas asesinadas diariamente (El País, 2018).

Las Reformas dentro su gobierno han despertado enojo en la población, como la Energética por la intervención extranjera en el manejo de los recursos naturales, lo cual no favoreció al precio de la gasolina, sino lo contrario; la Penal Acusatoria que liberó a más 13 mil internos de las cárceles y que elimina al inculpado de la prisión preventiva (Nexos, 2018) además de la Educativa que ha generado incertidumbre y rechazo entre los docentes al estar constantemente en juego su puesto laboral. 

La gente ya no cree en los políticos de la vieja guardia, desconfía de las instituciones; una encuesta de Reforma evidencia que el 86% de los mexicanos reprueba la gestión de Peña Nieto (Animal Político, 2018). 

Si bien podemos decir que la desigualdad es algo histórico en nuestro país, los gobiernos han hecho caso omiso para cerrar esa brecha, 70% de los indígenas continúan en la pobreza (Sin embargo, 2018). Los programas de la Secretaría de Desarrollo Social en la que estuvo a cargo Meade, no rindieron frutos; existen 53 millones de mexicanos en la pobreza (Forbes, 2017). El candidato del PRI no ha dicho nada sobre “La estafa maestra” y el desvío de 3.4 mil millones de pesos.

Los cargos desempeñados en las dos administraciones fueron su mayor carga en la contienda electoral. Las promesas de campaña están descalificadas per se cuando la gente sabe que Meade ocupó cargos de primer nivel en dos sexenios que no cumplieron lo prometido.

Durante su campaña existieron errores considerables: Meade, al igual que los otros candidatos atacaron a López Obrador y dejaron sus propuestas en segundo término. Esto lejos de golpear al candidato de MORENA lo fortaleció, salió bien librado. Anaya promovió los libros del tabasqueño durante los debates, incluso le copió algunas de sus propuestas: como las conferencias matutinas, reducir el IVA en la frontera y gobernar con austeridad, entre otras (Huffington Post, 2018).

Uno de los desaciertos fue no haberse acordado del nombre de su libro en un programa de televisión, el texto llamado “El México que merecemos. Mi visión para transformar nuestro país con orden y rumbo” fue presentado un par de semanas después, aunque desacreditado por la evidente falla.

Una polémica declaración fue la del ex presidente del PRI: Enrique Ochoa Reza quien llamó “prietos” a los seguidores de MORENA. Un poco más mesurado el coordinador de la campaña Aurelio Nuño ha hecho frente a los debates en la televisión entre los coordinadores o representantes de los candidatos, quienes le han subrayado el excesivo gasto de 2 mil, 700 millones de pesos que el ex funcionario federal ha invertido en promover su imagen y que dejó a un lado su cargo de Secretario de Educación Pública a sabiendas que muchas escuelas no han sido reconstruidas y los estudiantes no tienen clases o reciben clases en la calle.

Un grave error fue haber puesto como vocero de la campaña a Javier Lozano, famoso por el escándalo “O coopelas o cuello” y funcionario en administraciones panistas y priístas. El portavoz de José Antonio Meade se muestra impaciente, cae en la ira, como ejemplos están las peleas que tuvo con Tatiana Clouthier, coordinadora de la campaña de AMLO y con el actor Diego Luna.

Aproximadamente 14 millones de jóvenes votarán por primera vez, los llamados millenials (Sin embargo, 2018) para este público, los asesores de Meade crearon una serie de comerciales, destinados a Youtube. En uno de ellos, se burla del vitíligo que padece, pero no logra la simpatía necesaria, el comercial está mal encaminado, luce acartonado; en otro de preguntas y respuestas, agrupadas en un par de segundos, insuficientes para realmente transmitir un mensaje, tal vez pensando que los jóvenes son un público pragmático, tampoco cumple su cometido, en tan poco tiempo se debió enfocar a una sola propuesta.  

Podemos decir muchas cosas del candidato del PRI pero lo que hay que aceptar es que es honesto en anticipar su derrota, a pocos días de campaña sobre sus espectaculares se pegó la leyenda “estamos a tiempo”, el mensaje llama a recapacitar a los que apoyan al primer lugar en las encuestas: AMLO; y provocar incertidumbre en quienes no han decidido su voto.

Aunque en twitter se proclama en el segundo lugar (Excélsior, 2018) como se mencionó al principio la mayoría de las encuestas lo ubican en el tercero. Sus estrategas lucieron como sus principales enemigos: no promovió una imagen segura, ni tampoco se deslindó de Peña Nieto, al contrario, aseveró darle continuidad a sus políticas, factor que le afectó en su proyección.

Al comienzo de la campaña se sabía que AMLO sostenía una gran simpatía pero en la recta final superó las expectativas. Varios comunicadores y periodistas se asombran de las estadísticas que ubican con ventaja a los diputados federales y senadores de MORENA, algunos califican este fenómeno como peligroso, al no haber contrapesos políticos, aunque estos resultados los conoceremos hasta el día de la elección.

Esta travesía electoral deberá servir para que los partidos hegemónicos: PRI, PAN y PRD re organicen sus estructuras y que tengan dentro de sus prioridades combatir la corrupción, ya que esta es la razón que los aproxima a la derrota. Sólo nos queda esperar que la jornada electoral tenga resultados transparentes, y que en la realización de la misma no haya violencia.