Los retos internacionales del próximo presidente de México

  • Laura Carreto Tirado
Tendrá la asignatura de velar por nuestra dignidad y defender nuestros intereses nacionales.

Actualmente hay muchos asuntos pendientes en materia internacional y el próximo gobierno de la República tendrá que hacerles frente.

Una de las deudas más grandes es con los países centroamericanos y el trato que se les ha dado a sus connacionales en su paso por México, este tema fue abordado en el debate del pasado 20 de mayo. Es innegable la severidad e insensibilidad con la que son tratados los migrantes por parte de las autoridades migratorias mexicanas, es por eso que es urgente que se atienda este tema de derechos humanos. Al mismo tiempo Estados Unidos ha exhortado al nuestro para que tenga una política migratoria restrictiva, que sirva como filtro para que menos migrantes lleguen a la frontera México-EE.UU, así como para protegerla de “posibles terroristas”. Todo esto en conjunto ha debilitado nuestras relaciones con los países centroamericanos. Una tarea pendiente para el próximo gobierno será nutrir las relaciones con Latinoamérica y desde luego luchar por el liderazgo que se ha perdido.

Otro tema abordado en el debate fue la diversificación del comercio exterior, pues México históricamente ha tenido una fuerte dependencia comercial de Estados Unidos. Aunque cabe mencionar que este vínculo se ha ido transformando en los últimos meses debido a las nuevas políticas proteccionistas de Trump. Tras estas presiones, México ha tenido que replantear sus relaciones con este país y Canadá. Desde su campaña Donald Trump amenazó con cancelar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte, y aunque actualmente siguen las renegociaciones, estas han resultado laboriosas, aunado a esto: a principios de junio el gobierno de Estados Unidos impuso aranceles al acero y aluminio provenientes de México, pero esta vez el gobierno mexicano no se cruzó de brazos y como respuesta impuso los propios en alimentos procedentes de EE.UU.

Actualmente existe una tensa calma con el vecino del norte, principalmente por dos temas, uno que ya se mencionó: el TLCAN y el segundo por la construcción del muro fronterizo. El disgusto de los mexicanos comenzó desde la campaña de Donald Trump, quien nos llamó “criminales” (CNN, 2015). Aún en su calidad de candidato, Trump fue invitado por el presidente Peña Nieto, visita que fue muy criticada por el comportamiento racista del mandatario, aquí en nuestro territorio reiteró su idea sobre el muro, algo que resultó ofensivo. Este hecho fue significativo porque a decir de muchos, entre otros los mismos candidatos a la presidencia, Peña Nieto no supo defender a nuestro país. El próximo presidente tendrá la asignatura de velar por nuestra dignidad y defender nuestros intereses nacionales.

Otro tema importante en esta relación bilateral es el futuro de más de 7 millones de indocumentados Actualmente hay aproximadamente 38 mil presos mexicanos en las cárceles de EE.UU (BBC, 2011) y 55 mexicanos condenados a la pena de muerte (Grupo Fórmula, 2017). Ante tales hechos es necesario ampliar el número de consulados y reforzar la asesoría legal, ya que estas oficinas se ven rebasadas debido a las problemáticas que enfrentan los paisanos, por esta razón es de suma importancia la especialización del personal.

Con Canadá hay dos asuntos pendientes: uno su relación comercial trilateral junto con Estados Unidos y el futuro del TLCAN, pero también el tema de los abusos de las mineras canadienses, ya que en Canadá estas empresas son responsables con las condiciones ambientales, laborales y sociales que se les exige, sin embargo en México pasa todo lo contrario, además de corromper a las autoridades para su beneficio. El documento denominado “El estudio de la minería en México”, elaborado por la Comisión del Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, detalla que las compañías mineras no pagan impuestos, no tienen restricciones ambientales suficientes y despojan a comunidades indígenas y campesinas por medio de sus líderes y autoridades, lo que no podrían hacer en su país. México es el primer lugar en producción de plata del mundo, tercero en bismuto, quinto en plomo, noveno en oro y undécimo en cobre, por lo que la inversión extranjera en el sector minero ha crecido vertiginosamente en los últimos 12 años. La explotación minera es causante de conflictos sociales, además de ser altamente contaminante (Proceso, 2013). El próximo gobierno tendrá como reto vigilar, sancionar o prohibir estas mineras que han dañado tanto el ecosistema de nuestro país.

Dentro de América Latina, Brasil es el primer socio comercial de México, los estudiosos del tema ven a este país sudamericano como un buen candidato para sustituir a Estados Unidos en la importación de granos, en especial el maíz amarillo, pues México es deficitario de este producto que consume en grandes cantidades al ser un elemento esencial en nuestra dieta. México le compra 10 millones de toneladas anualmente a Estados Unidos, mientras que a Brasil sólo 100 mil. México desea una mayor apertura a sus exportaciones de vehículos y autopartes. Nuestro país podría abrir el mercado de granos a cambio de mejores condiciones en exportaciones automotrices (El economista, 2018).

La Unión Europea es el segundo socio comercial de México, las exportaciones de México a Europa se basan en combustibles minerales, equipos de transporte, maquinaria equipos eléctricos, equipo de óptica (Milenio, 2018). La UE representa un contrapeso al socio mayoritario de México: Estados Unidos, es un reto que el próximo presidente saque mayor provecho de esta relación comercial, ya que representan un mercado con distintas necesidades.

Otra mención importante para las relaciones comerciales es China, que personifica a un productor importante de tecnología. Las empresas chinas están interesadas en invertir en nuestro país en el sector de la infraestructura y generación de electricidad pero también en la minería. México a su vez debe buscar una manera eficaz de entrar con sus productos al mercado chino (Noticieros Televisa, 2017).

Son muchos retos y muchos mercados importantes para diversificar las relaciones comerciales con Estados Unidos, situación en la que todos coincidieron en el segundo debate.

Para Andrés Manuel López Obrador su estrategia de política exterior se basa en un país fortalecido interiormente. Tiene como prioridad reducir la importación de gas natural a Estados Unidos, poner fin a la exportación de petróleo y dedicar 6 mil millones de dólares a la construcción de dos refinerías en México. Propone fortalecer económicamente las zonas expulsoras de migrantes.

Ricardo Anaya propone homologar los precios de la gasolina con Estados Unidos, le preocupa el tráfico de armas, ya que 80% de las armas con las que se cometen homicidios en México provienen de Estados Unidos (Cultura colectiva, 2018). Propone empoderar a las comunidades de origen mexicano en Estados Unidos y acciones para regularizar a los dreamers.

 José Antonio Meade, un hombre con veinte años en la burocracia, durante el segundo debate fue cuestionado por su papel como titular en la Secretaria de Relaciones Exteriores, propone asumir un papel de liderazgo en América Latina y América del Norte. Proteger a los migrantes con ayuda de las organizaciones civiles en Estados Unidos, además de continuar con el trabajo en materia diplomática de Peña Nieto (El financiero, 2018).

Otro de los temas importantes a nivel internacional es el cambio climático, para México debe ser prioritario su compromiso con este tema, disminuir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero, tal como se comprometió en el Protocolo de Kioto (2005) y promover una cultura más ecologista al interior de nuestro país además de tener una mayor participación en los foros internacionales donde se discuta al respecto.  

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Laura Carreto Tirado

Licenciada en Relaciones Internacionales, Maestra en Ciencias Políticas ambos grados por la BUAP. Especializada en temas migratorios y en la Relación México-Estados Unidos. Ha investigado y escrito al respecto en libros y revistas