¡La derecha colombiana reafirma su botín presidencial!

  • Marcela Cabezas
Los contextos previos a la primera vuelta. Los escenarios para la segunda vuelta el 17 de junio.

 Las elecciones más reñidas de los últimos años y las de mayor afluencia electoral, ¿qué viraje se vislumbra en el horizonte del país cafetero? La ratificación del triunfo de la derecha inamovible en los últimos periodos presidenciales, y, la sombra de una izquierda que decidió encauzarse en una doctrina retrógrada y perder la posibilidad  histórica de aunar a los desafectos y presentarse más progresista, dan un pequeño margen a los amores de los centristas que,  como bien se sospecha en la teoría política tiran más a derecha que a izquierda(…)El triunfo es por ahora, y , me atrevería a decir que continuará siendo del excongresista Iván Duque ungido por el hálito de Uribe Vélez.

  Tras una extensa campaña presidencial en cabeza de tres coaliciones: de derecha en cabeza del partido Centro Democrático,  de izquierda con la Colombia Humana y del centro con la campaña Coalición Colombia, dos candidato más:  Vargas Lleras por Cambio Radical y el candidato liberal Humberto de la Calle -casi invisibles ante las urnas-. La jornada del domingo resultó ser una suerte de atino de las encuestadoras que ya desde unos meses atrás atribuyeron el primer pase al candidato Iván Duque del Centro Democrático, y el segundo muy disputado por Gustavo Petro y el candidato de centro-derecha German Vargas Lleras, más lejos se veía a la fuerza del centro político.

Si bien es cierto le atinaron al triunfo del pupilo del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez (el congresista más votado en el pais el pasado 11 de marzo), de lejos quedó la expectativa electoral de Vargas Lleras,  y sorprendió -aunque no le alcanzó para pasar- la coalición Colombia en cabeza de Sergio Fajardo acompañado de diversas fuerzas políticas y que dieron un no rotundo a hacer coalición con Petro, quien si pasaría a segunda vuelta, - como se lo propuso- pero con una diferencia abismal respecto a Iván Duque (ver aquí).

       “El profe se rajo por poco, y con el la posibilidad de un rival fuerte a la derecha”

Tras de la contienda hay ganadores y perdedores. Iván Duque y el Uribismo reafirman su fortaleza y popularidad en el país, a pesar de recientes escándalos que se presumían impactar negativamente a la campaña del Centro Democrático. El 39. 14% de votos que logró en primera vuelta en Colombia le permiten darse amplio respiro de cara a la segunda vuelta, ya que su rival Gustavo Petro representante de la Colombia Humana,  quien repuntaba hasta ayer en la búsqueda de candidatos presidenciales en Google, y del que en redes sociales se presumía de mayor alcance electoral -insisto las redes sociales no votan-, logró pasar con un 25.08% de simpatizantes, distante del ganador.

  La gran sorpresa en cambio fue la alta votación obtenida por el profe y exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo,  fórmula de los centristas que obtuvo 4.586.841 votos, muy cerca de Petro, pero que no le alcanzó para pasar a segunda vuelta a pesar de la gran expectativa en torno a superar la polarización actual del país. También sorprendió, pero por la baja afluencia el candidato de centro-derecha German Vargas Lleras que se presumía contar con 3.800.000 electores, pero logró tan solo un 7.6% de votos.  (https://www.elespectador.com/elecciones-2018/noticias/politica/duque-y-petro-segunda-vuelta-articulo-791032)

Las cifras son contundentes . Iván Duque logró un 40% de votos válidos que dan apabullante victoria al expresidente Uribe y al Centro Democrático, primando aun la consigna mano firme : la Paz sí, pero no así;  y , ¿corazón oneroso?”

De estos resultados que dibujan el escenario para la segunda vuelta el 17 de junio podemos inferir varias cosas. Por un lado,  el gran logro fue el de la Democracia colombiana, ya que si bien es cierto el desarrollo de elecciones no es per se un reflejo de la calidad democrática de un país,  según Dieter Nohlen (1999), sí constituye un síntoma positivo de alternancia y de legitimidad del poder instituido  en la medida que el ciudadano decide y participa autónomamente por quien más le parezca. Algo que se convierte en un privilegio al tener al lado a la autarquía de Maduro en Venezuela.

 Bajo tal argumento la participación ciudadana en el proceso fue histórica, al superar el abstencionismo que ha rondado entre el  50% y 60% en las últimas presidenciables (ver aquí). Al tiempo que hubo también una participación masiva de los colombianos en el exterior  que superó en un 39%  a las cedulas registradas para las elecciones del 2014, y en un 14% mas a las parlamentarias pasadas. (Ver aquí).

   De otra manera, la maquinaria política no resultó tan influyente como sí lo fue en las legislativas, en consideración de las expectativas de Vargas Lleras que a pesar de mover sus gamonales en las regiones, obtuvo un resulto insuficiente. En cambio se visibiliza un creciente auge del voto de opinión (informado) aunque no tan contundente como el militante y simpatizante. Seguramente en la segunda vuelta el protagonista sea el voto útil , al tomar fuerza posibles alianzas entre las coaliciones, que aunque no se han pronunciado oficialmente las cabezas de las campañas ya se aventuran previsibles.

   Atendiendo a la dinámica de las fuerzas políticas previo a la jornada del domingo , el país sí está polarizado, no solo por el tema de la Paz y el modelo económico , sino por que lejos esta aquella “aparente disolución ideológica” entre fuerzas antagónicas de la que tanto se refiere contemporáneamente.  El próximo 17 de junio el apoyo de Vargas Lleras aunque minimo le bastaría a Ivan Duque para ratificar su triunfo (obteniendo alrededor del 47% de sufragios) ya que el voto de derechas siempre será de derechas – aunque el discurso trate de centrarse-  y Lleras no renunciará  a su manada.

 

  En caso de que el centro deje libre a sus electores la cosa quedaría así: Si el centro del profe Sergio Fajardo decidirá adherirse a alguna campaña -seguramente lo hará-  los votantes podrían tener mayor cercanía con Duque, dado que ya dejaron claro a los electores -seguramente eso les sirvió para aumentar su popularidad-  que no contemplan alguna coalición con Petro de quien  difiere buena parte de los integrantes de la Coalición Colombia, por considerarle entre otras cosas un “populista sectario ”, y un “llanero solitario”  tan peligroso (o más) que la derecha apabullante

  Por tal, preveo una posible  alianza más cercana con el candidato de la derecha – claro, si llegaran decidir hacer coalición- ya que entre Jorge Robledo senador del Polo democrático (partido central en la Coalición Centrista) tiene diferencias profundas con Gustavo Petro quien fuera miembro del Polo, y del que disiente también uno de sus ex camaradas de la guerrilla del M-19 y ahora senador Antonio Navarro Wolf. Además  Claudia López (formula vicepresidencial del profe) tiene menos desafecto por Martha Lucia (formula vicepresidencial de Duque) que afecto por el izquierdista Gustavo Petro.

 De no darse este escenario hipotético de alianzas, la teoría política empírica ha demostrado que los que se dicen ser de centro viran más hacia la derecha que a la izquierda, tal como lo demostró el resultado del plebiscito por la Paz. Refiere el politólogo italiano Norberto Bobbio que aunque los moderados (si son de izquierda  progresistas y si son de derechas conservadores) no se sienten atraídos en un inicio por los extremos en la relación amigo/enemigo de Carl Smith,  el debate sobre el lema de la “igualdad” y “libertad”  tiende a conducirse hacia la línea fronteriza de la diada. Es decir, no es posible llamarse moderado y no congrasear en el extremo Derecha o Izquierda.

  Entonces uno y el otro conducen a proyectos totalitarios “fascismo” “comunismo”, etc. Duque la tiene más fácil ya que históricamente la derecha colombiana ha detentado el poder, y si a algo se le teme desmedidamente en este país es a un proyecto comunista (a propósito de una posible alianza entre Petro y el partido de las Farc, la cual tuvo una derrota contundente en las elecciones legislativas). Y Uribe sigue moviendo sus fichas.

  Petro tendrá que reestructurar su campaña para lograr casi doblar la votación obtenida en tres semanas: ínfimo tiempo; mientras que a Duque le basta solo una alianza - o incluso ninguna – y concentrar la mirada en los  centristas “moderados”  y  terminar de convencerlos de su proyecto “Gobernar con todos, no odios ni lucha de clases” . Así se cumple mi hipótesis acerca de que Fajardo y compañía podrán cobrarse bien caro sus amores (y posiblemente lo harán) pero la silla presidencial ya se torna de derechas.

Notas:

Bobbio Norberto. 2000. Derecha e izquierda.

Nohlen Diether. 1999. Sistema de gobierno, sistema electoral y sistemas de partido.

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Marcela Cabezas

Magíster en Ciencias Políticas y politóloga colombiana. Catedrática y columnista en prensa independiente.