¿Las mujeres están preparadas para gobernar?

  • Nadia Navarro Acevedo
Poca presencia femenina pese al discurso de inclusión. Evitar la violencia de género, la gran tarea.

La imagen de una mujer pidiendo el voto es algo común y que posiblemente está lejos de significar algo extraordinario para la mayoría de la población. No obstante, hasta hace no muchos años el género femenino no podía votar en nuestro país, y hoy mismo, en pleno 2018, México solo tiene una gobernadora. Además, jamás ha existido una presidenta de la República.

De los 11 ministros en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, solamente dos 2 mujeres. De los 7 magistrados que integran el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, solo 2 pertenecen al género femenino. De los 50 aspirantes por las nueve gubernaturas en juego, únicamente 11 son mujeres. El rezago es evidente.

Sirva esta numeralia para recordar que las mujeres estamos lejos de tener una inclusión equitativa en la vida pública. Por si esto fuera poco, somos víctimas cotidianas de violencia de género durante nuestra participación política. 

Tan solo entre el periodo comprendido entre 2012 y 2016, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) reportó 156 casos de violencia política contra las mujeres.

En su informe sobre la atención de Violencia Política contra las mujeres, la Fepade advierte siete conductas delictivas contra el género, entre ellas: Obstaculizar o interferir en el desarrollo normal de las votaciones; impedir la instalación o clausura de una casilla y cometer actos que provoquen temor o intimidación en los votantes.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres enfrentamos dos tipos de obstáculos para participar en la vida política: “Las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias siguen limitando las opciones que tienen las mujeres para votar o presentarse a elecciones. Las brechas relativas a las capacidades implican que las mujeres tienen menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, los contactos y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces”.

A pesar de todos estos obstáculos, la participación política de la mujer ha demostrado un alto nivel de efectividad. En su documental ¿Qué invadimos ahora? (2015), el cineasta estadunidense Michael Moore explora los resultados de la inclusión del género femenino en la vida pública de Islandia. Se comprobó que en su gestión son generosas, tienen una mirada colectiva, son austeras, promueven el pacifismo y cuidan el erario como si se tratase de la economía de su hogar.

Por eso en México es indispensable eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública; tipificar en la legislación la violencia política contra las mujeres incluyendo facultades claras para las autoridades, órdenes de protección, acciones de prevención, sanciones y reparación integral del daño, así como promover que las campañas electorales se abstengan de reproducir estereotipos de género.

Aunque desde 1953 las mujeres podemos votar en México, es evidente que no hemos logrado una participación equitativa y que, cuando somos postuladas, sufrimos violencia por nuestro género.

Las mujeres tenemos una batalla que librar: Unidas, y de la mano de los hombres, formar parte de más y mejores gobiernos. Legislar y dar resultados para reducir el acoso, los feminicidios y la violencia económica. Porque votar y ser votadas es solo el principio del camino.

www.nadianavarro.com.mx

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Nadia Navarro Acevedo

Candidata al Senado de la República por la coalición Por México al Frente en el proceso electoral 2018.