Lo que odio de Amlo

  • Rafael Gómez Olivier
Una disertación de sensaciones, percepciones y proyecciones sobre lo que es y puede ser.

Odio a quienes te apoyan, me parece aberrante su idolatría, me parece estúpida su emoción esa emoción que solo es el disfraz de la pereza y el cinismo de no querer resolver los problemas por sí mismos.

Odio a quien te ve como un héroe, como un salvador, cuando lo único que eres es un humano, un poco más atrevido que algunos, un poco menos inteligente que otros, pero igual de incongruente, como todos y con todos no solo hablo de los políticos, hablo de todos los que respiramos.

Odio que te defiendan sin argumentar, con ideas secas y sin alma, con falacias que se han contado desde que el primer hombre pensante tuvo pensamiento y alguien le mintió hablándole de igualdad.

Odio que en ti vean la pelea y el esfuerzo que ellos no se atreven a tomar por falta de huevos, de carácter, de agallas o cualquier otro sinónimo que se acerque a la palabra dignidad.

Odio que disfracen su voluntad e ideales de la comodidad con la que les mientes cuando les hablas, odio que amen al héroe de las lonas y no se den cuenta de que el pendejo que los observa en el espejo podría hacer cosas más trascendentes por este país si se lo propusiera, solo necesitaría dejar de temblar e imaginar que moriría si se atreve.

Odio a quienes defienden tus ideas, que no son tuyas, más que a las que sus padres les han dado , odio a quienes ignoran tus errores, que sí son tuyos, con tal de no maltrechar a ese invencible de mucha lengua pero poca cabeza que se han inventado.

Odio que vean la sangre de este país y crean que tú tienes el poder de curar todas las cortadas, odio que no se den cuenta que ellos mismos son esos pequeños alfileres que a diario lo lastiman con su fanatismo y poco realismo.

Odio que pretendan defender una ideología que no sirvió cuando la crearon, no sirvió cuando la implementaron y no servirá cuando tú la lleves a cabo.

También odio y hasta con un poco de risa que saquen el pecho con gallardía por frases que a quienes las escucharon por primera vez les costó la vida por retarlas, les costó la identidad por no reconocerlas, les costó la patria y la familia por no amarlas.

Odio que defiendan un pensamiento que no viven, que no sufren, que no conocen y que no entienden, porque lo defienden con la ignorancia de un video, de un discurso, de una imagen, pero jamás con la sabiduría de algunos libros, de la historia, de la experiencia, de por lo menos haber leído las más de 400 páginas de tu insostenible proyecto de nación.

Odio que con tan poco logres tanto como cualquier político, pero a pesar de todo lo que he escrito, no te odio a ti , de cierto modo te admiro, en ocasiones deseo que ganes, por esa curiosidad de saber si estás hecho para lo que dices que estás hecho.

No pienso como tú, no lucho en la manera que tú lo haces, porque se me hace falsa, sin embargo te admiro, porque entiendo lo que quizás la mayoría de los que te sigue no entiende; y es que quizás sí quieras salvar al país, quizás sí tengas una gran y limpia trayectoria, pero lejos de ser por el bien de quienes hasta te ofrecerían, sus tierras, sus parejas, su oro y hasta su primogénito, porque así es como te ven, yo sé que lo haces por ti mismo, lo haces por el egoísmo de obtener algo para lo que naciste, lo haces para llenar y satisfacer lo que tú sientes y quieres, lo haces para ser feliz tú y solo tú.

Por supuesto no hablo del dinero, porque lo que sí entiendo de ti es que descifras perfectamente que en esta vida hay algunas y distintas especies de humanos; los que buscan ser ricos, los que buscan ser importantes, los que buscan ser poderosos, los que buscan ser irrelevantes, pero están otros, unos pocos que más allá de todo buscan ser “Históricos”, y ahí es donde estás tú y solo así explico tu ambición, tu terquedad, tu necedad, porque para lograr algo tan grande se debe ser así .

Y digo explico porque ese ideal a diferencia de todos los que propones, no puedo juzgarlo. Ese ideal es tan puro como lo son los sueños y cuando razono sobre ti, una parte de mí, aquella que lucha a diario por algo similar, aquella que entiende lo que es hacer todo de nada tantas veces cuando ya te sentías tan cerca, aquella que a diario se levanta con esa sensación de sentirse perdida pero con la certeza de que en algún momento encontrará su cima, y no será cualquier cima, esa parte de corazón quisiera que lo lograras, quisiera que llegaras ahí a donde te lo propusiste al inicio del camino, quisiera que fueras ese ejemplo de que aun en situaciones horribles y bizarras lo sueños llegan y  ojalá  llegues, decepcionando a todos como será seguramente, pero jamás al más importante, a ti, al que te acompañó, al que luchó junto a ti, a ti mismo carajo.

Esa parte sin razonamiento en verdad quisiera que lo lograras, quisiera ser testigo de un hombre histórico.

Esa parte y no todas las demás es por la única que debieran admirarte, aunque si lo hicieran, quizás no estarías tan cerca de lograrlo, populismo lo llaman algunos, hoy sin analizarlo quisiera llamarlo, un sueño, porque los sueños así se deben de hacer; reales y a costa de todo.

 

@RafaGoli

rafagoli@socialbusiness.mx

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Rafael Gómez Olivier

Presidente y CEO Social Business, conferencista sobre emprendimiento. Cocreador del concepto IdeasParty.  Creador del concepto Mundo emprendedor: Congreso que llevó educación empresarial a más de 12 municipios en Puebla. Creador de Unfollow