El ganador del debate fue el INE

  • Francisco José Anaya Rodríguez
El foro organizado por la autoridad electoral permitió confeccionar la nueva dinámica.

Si bien en la opinión pública no existe un acuerdo unánime sobre quién ganó el primer debate presidencial (como si se tratara de una carrera de caballos), sí existe una opinión más o menos unánime: el Instituto Nacional Electoral acertó al realizar cambios al formato de los debates. No obstante, pocos saben que a la base de esos cambios se encuentra el Foro Internacional Debates Electorales: el reto hacia 2018. Hasta la fecha, el único ejercicio de debate electoral comparado en nuestro país.

El foro se realizó durante los días 31 de octubre y 1 de noviembre del 2017, y fue organizado por el INE en colaboración con el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales. Durante el evento, consejeros electorales nacionales y estatales se reunieron con académicos, periodistas y organizadores de debates presidenciales tanto mexicanos como extranjeros -Estados Unidos, Argentina, Perú, Colombia y Guatemala-, para reflexionar e intercambiar experiencias sobre la organización de debates electorales. Las intervenciones de los conferencistas y panelistas pueden consultarse en el canal de youtube INETV.

Entre los participantes internacionales podríamos destacar a Janet Brown, directora de la Comisión de Debates Presidenciales en los Estados Unidos. En su intervención la norteamericana insistió en la importancia de los moderadores; actores primarios, aunque no protagónicos de un debate presidencial. Al respecto daba dos consejos: 1) que sean personas con una trayectoria consolidada (para que no pretendan utilizar el debate como plataforma de lanzamiento o acenso en sus carreras), y 2) que se les conceda libertad en la formulación de preguntas. Me parece que los consejeros del INE tomaron en cuenta ambas recomendaciones.

Y en verdad los moderadores tienen un arduo trabajo al encarar un debate de esta especie. Los debates presidenciales como el resto del proceso electoral se mueven en la lógica de un juego de suma cero. Para los candidatos y sus equipos de campaña toda la estrategia: a quién aludir, con quién ser indiferente, qué decir y qué no decir, cuándo y cómo decirlo, etc, son decisiones que se toman buscando aumentar o, al menos conservar, el tamaño de la porción que se cree tener de ese “pastel en disputa” que es el conjunto de los electores. Por lo que responder a los cuestionamientos, fijar posturas y delinear propuestas sólo interesa en la medida en que creen que suma o resta a su causa. Sin importar lo idóneo del formato, las dinámicas o la preparación de los moderadores, resulta improbable que en un debate electoral se realice un examen crítico de propuestas y contra propuestas; éste es más cercano a los ejercicios de deliberación publica, los cuales se mueven más en la lógica de un juego cooperativo que en la de un juego de suma cero.

Por otra parte, a nadie se le puede obligar a debatir o responder de manera directa a una pregunta directa. Lo que un buen moderador puede hacer es formular temas y preguntas importantes de tal manera que resulte evidente y, tal vez electoralmente costoso, el que no se debatan ni se respondan. Por otra parte, nada garantiza que el mejor polemista sea a su vez el mejor estadista. Pero que los candidatos polemicen entre sí nos puede revelar algunas características de ellos mismos que de otro modo no conoceríamos, en ocasiones características que preferirían no revelarnos.

Tal vez podemos señalar que, así como «la democracia es el peor de los sistemas de gobierno, con excepción de todos los demás» (Winston Churchill), los debates son la peor de las herramientas electorales para conocer a los candidatos, con excepción de todas las demás: spots, mítines, propaganda, etc. Esto se debe a la sencilla razón de que un verdadero debate electoral, a pesar de todas sus imperfecciones, no es un ambiente controlado por los candidatos y sus equipos de campañas. Esto se logró hacer ayer.

Por lo anterior, hago un reconocimiento público a los consejeros del INE, a sus colaboradores y a los moderadores del primer debate presidencial 2018. Aún queda mucho por avanzar en la organización de los debates presidenciales en nuestro país (por ejemplo, tener debates uno a uno), pero el foro, la organización y la moderación de ayer resultaron dignas de reconocimiento.

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Francisco José Anaya Rodríguez

Máster en Filosofía. Profesor universitario. Analiza la realidad social y política desde las Humanidades y las Ciencias Sociales. Además de en e-consulta escribe para el portal USMEXCHINA.