Los que hemos tenido una participación activa en las dos elecciones federales en donde Andrés Manuel López Obrador ha sido candidato a la presidencia de la República en nuestro estado, sabemos que el electorado de Puebla sí emite un voto diferenciado. Analicemos los resultados de la elección del 2006, donde el que escribe este análisis fue candidato a diputado federal por el distrito 11.

 Andrés Manuel tuvo 639 659 votos, siendo el segundo candidato más votado después de Felipe Calderón; las candidatas al senado Vero Mastretta y Benita Villa Huerta  con 480 mil 723  votos, casi 200 mil votos menos quedando en tercer lugar y fuera del Senado de la República y todos los candidatos a diputados federales sumamos 492 mil 516 votos donde no se ganó ni un  solo distrito.

  Veamos la elección del 2012. López Obrador tuvo 860 mil 038 votos y fue el candidato a la presidencia más votado en el estado de Puebla.  Los candidatos al Senado 681 mil 150. Fueron 180 mil votos menos quedando fuera del Senado por esta vía al quedar en tercer lugar y los que aparecieron en la boleta como candidatos a diputados en su conjunto 652 mil 084 no ganando ningún distrito de los 16 en disputa. En base a estas cifras en Puebla existe un voto diferenciado por lo que el candidato a gobernador Luis Miguel Barbosa no ganará con el impulso del puntero en las encuestas para presidente que es  López Obrador, por lo siguiente:

Primero. Sus contrincantes del Frente, los Morenogalicistas han hecho una muy buena ingeniería electoral en los municipios y los distritos locales. Los multicandidatos municipales, todos teniendo a Martha Erika Alonso como candidata a gobernadora. Todos los grupos locales quedaron contentos con su candidatura y todos le van a sumar a la candidata.

Segundo. Los seguidores de Andrés Manuel identificados con él desde la elección del 2006 que es el denominado voto duro del peje, solo votan por él y no votan por los candidatos al senado o diputados y en esta elección no lo harán por Barbosa y demás candidatos de la elección federal y local. Por lo que se tendrá el voto diferenciado antes analizado. Si piensan que éso no va a suceder en este 2018, pueden estar equivocados y darse cuenta de ese hecho un día después de la elección.

Tercero. Su temperamento. Luis Miguel ha demostrado que su área de confort es la vida interna de los partidos y posiciones plurinominales. Lo hace muy bien, es un maestro en la grilla interna y prueba de ello es su carrera política ascendente desde que fue secretario general del ayuntamiento de Tehuacán cuando fue presidente municipal Mundo Lado Sanz hasta coordinar a los Senadores del PRD y luego de MORENA y ahora la candidatura a la Gubernatura de Puebla. Se las sabe de todas, todas. Una elección constitucional en la que nunca ha sido candidato de mayoría relativa es diferente y no puede estar peleado con todo mundo. En el interior de los partidos es lo común y es lo más rentable. Fuera de ellos como lo es esta candidatura a Gobernador es al revés. Ahí se tiene  que conciliar con todos. Prueba de que no sabe cómo hacerle es la rebelión que acaba de suceder con Violeta Lagunes y acompañantes, se le salió de control, reaccionó tarde. Cuando todos sabemos de lo que es capaz la excandidata a la presidencia municipal de Puebla. Barbosa está convencido   que los contrincantes o quienes piensan diferente a él son sus enemigos. Éso que lo deje para la vida orgánica de los institutos políticos. En una elección tan competida y con el voto diferenciado y con los votos de toda la gente con la que se ha peleado que son votos e influyen en más votos que lo harán por Martha Erika o Doger y de la misma manera que a Martha Erika la ingeniería electoral le va a suma, a Barbosa este punto le va restar y aquí todo cuenta.