¡Todos emputados!

  • Alejandra Fonseca
¡No es el sistema! Es la lentitud, la incapacidad y la incompetencia total de esa oficina.

La fila era larga, salía a la calle donde era más larga todavía, y no avanzaba. El pasillo es corto y no cabe tanta gente aunque nos acomoden de viborita. Éramos demasiados acumulados desde temprana hora esperando atención de los funcionarios municipales para pagar y recoger nuestras placas y licencias.

Desde temprano pero la parsimonia, plática y chanzas entre los funcionarios hizo que se añadieran y añadieran y añadieran personas en la fila, en minutos, más de 100 en total entre la “Fila 1”, donde califican, y la “Fila 3”, donde entregan placas o licencias.

No avanzábamos y las caras de fastidio nos empezaron a identificar y comenzó la plática donde parecía que a todos nos habían timado: “Me estacioné donde está permitido y me quitaron la placa… Me quitaron la placa sin dejarme infracción… Me dejaron infracción porque una llanta estaba sobre la banqueta cuando mi coche da a ras de suelo, no sube… Vengo de fuera y me quitaron la licencia porque frené en zona peatonal… Me quitaron mi licencia de transporte público…”. Todos teníamos una historia que contar.

La gente en la fila seguía acumulándose sin avanzar y se unían a la plática ya que de todas maneras ahí estábamos varados. Al calor de las multas alguien dijo: “Les dieron orden de chingarnos porque necesitan dinero para las campañas”. Otro añadió: “Estamos aquí hace una hora y la cola no avanza, son unos inútiles, ¡rateros e inútiles!” Otro aclamó: “¡Además yo no voté por este Presidente Municipal!” Y uno más completó: “¡Nadie votó por él, nos lo impusieron sin que hubiera campaña!”

La gente seguía llegando y las filas no avanzaban. Dejé mi lugar apartado y fui a buscar al jefe del área, habían pasado 2 horas. Le señalé la cantidad de personas presentes, le pedí que saliera a la calle a ver las colas. Respondió que me quejara al 01 800 1 VIGILA.

Ni tardos ni perezosos todos y cada uno hablamos: una operadora dijo que iba a reportarlo; otro que diéramos nuestros datos; otra que ya quedaba asentado; otro que si podía hablar más claro porque no le entendía; una operadora que checáramos si era el sistema y el joven respondió: “Ese asunto es interno. Usted reporte mi queja. Yo me encargo de pagar mi multa y recuperar mi placa, pero ustedes tienen que resolver lo que nosotros no podemos hacer. ¡Y no es el sistema! Es la lentitud, la incapacidad y la incompetencia total de esta oficina. ¡No avanzan las filas! Encárguese de que se apuren, llevamos aquí 3 horas y no tenemos todo el día!” Había personas de tantos colores, edades y sabores, mezcla perfecta para levantar un censo.

Tuve la suerte de hablar con una Laurita, muy amable: le solicité fuera a ver las filas que salían a la calle sobre la 4 y 11; que en verdad teníamos 3 horas, ¡y que ya estábamos todos emputados!

Y sólo así, se pusieron a trabajar.

alefonse@hotmail.com

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Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes