El sistema educativo mexicano: ¿Es realmente inclusivo?

  • María José Zapata Moreno Valle
En América Latina 140 millones de estudiantes sufren exclusión. Necesario implementarla de facto.

La inclusión escolar surge como consecuencia ante una problemática social en donde  se ha  excluido y segregado a aquellos estudiantes que se caracterizan por presentar alguna desigualdad (étnica, física, intelectual, etc.) con respecto a los demás estudiantes. Es debido a lo anterior que las instituciones educativas han buscado estrategias orientadas a reformular el contexto en el aula, con la finalidad de proporcionar al alumnado una inclusión en donde cada individuo sea aceptado y atendido tomando en cuenta sus características y necesidades específicas.

  México, es uno de los países que ha buscado implementar dicha iniciativa en sus marcos educativos, proponiendo una normalización, en donde exista unificación pedagógica que propicie una adaptación apropiada del medio con respecto a los estudiantes; empero, es notorio que dicha propuesta no se ha logrado aplicar en su totalidad ni de forma exitosa en nuestro país, dado que muchas escuelas son carentes de los recursos materiales, así como capacitación y sensibilización docente que permita brindar una oportunidad de enseñanza-aprendizaje inclusiva a aquellos alumnos con necesidades educativas especiales.

 

En 1990, la UNESCO crea la Declaración Mundial para todos, cuyo principal propósito es buscar una educación universal en la cual se supriman los sesgos educativos, especialmente en grupos propicios a padecer exclusión y discriminación; a partir de esta declaración, es que comienza la preocupación por la inclusión, por lo que se empiezan a reconocer los derechos de las personas con necesidades educativas especiales. Según autores como Soto (2007), el término inclusión educativa se refiere al hecho de basarse en los principios de igualdad y equidad, para brindar a todos los estudiantes oportunidades de participación y acceso a una educación libre de exclusión. Sin embargo, a pesar de declaraciones e iniciativas como ésta, se sabe que en países como México, no se toman medidas que propicien la igualdad ni la equidad de forma homogénea en el sector educativo.  De acuerdo con la UNICEF (2016), se estima que 140 millones de estudiantes en el mundo, principalmente en países Latinoamericanos como México, se encuentran excluidos del sistema educativo debido a las barreras y necesidades educativas especiales que éstos presentan y que no son atendidas de forma adecuada.

 

 Lo mencionado anteriormente, comprueba que para países como México, significa un reto educar a niños con características y necesidades diferentes a las del grupo mayoritario, ya que al no contar con los elementos adecuados para propiciar una educación inclusiva, orilla a éstos estudiantes a matricularse en escuelas segregadas o verse inmersos en un aula en donde no se contemplen sus necesidades diversas.

 

Por otra parte, se sabe que la iniciativa inclusiva ha sido implementada en varios países desde mediados de los años 90; sin embargo,  México no ha logrado ponerla en práctica de forma exitosa. Un ejemplo de lo anterior, es el rezago inclusivo que tiene nuestro país en comparación con la atención que se le da en los países europeos a los alumnos con necesidades educativas especiales, en donde López-Torrija (2009) refiere que se cuenta con: un Marco Legislativo que si es aplicado en las instituciones educativas, identificación correcta y oportuna del déficit, concepción adecuada de las barreras educativas, financiamiento a políticas inclusivas, centros específicos de educación especial y apoyo a las familias de dichos estudiantes, entre otros.

 

De la misma manera, otra muestra ejemplar del contraste en la aplicación de la inclusión educativa en países extranjeros, lo constituye el modelo Islandés, el cual se ha encargado de regular y asegurar los recursos necesario para brindar atención a cualquier necesidad educativa especial; además, los estudiantes que se encuentren en el nivel pre-primaria y que presenten dificultades de aprendizaje, son previstos del apoyo necesario de especialistas que en conjunto con el profesor y el terapeuta, trabajan con total flexibilidad  utilizando los recursos precisos para favorecer el aprendizaje de cada uno de los alumnos.  Por otra parte, un aspecto importante a destacar (que México no ha contemplado ni aplicado en su totalidad) es el hecho de diseñar el currículo en función a metodologías individualizadas.

 

Asimismo, se puede decir que el Sistema Educativo mexicano tiene muchas carencias en lo referente a la inclusión educativa, dado que le falta desarrollar y tomar en cuenta aspectos como los recursos materiales, preparación y sensibilización del docente para lograr que realmente se ponga en práctica esta iniciativa. Es por esto que, frente a esta problemática, es labor de las instituciones educativas proponer y demandar cambios positivos que permitan desarrollar estrategias, conocimientos y destrezas que fomenten la inclusión y satisfagan de forma heterogénea las necesidades de los alumnos, tomando en cuenta que la enseñanza es la que tiene que adecuarse a las capacidades/requerimientos de sus estudiantes (y no de forma contraria).

 

De igual forma, es recomendable que en primera instancia los sectores educativos creen lineamientos en lo que respecta a la inclusión escolar. En segundo lugar, es pertinente que se diseñe e implementen diversas estrategias que promuevan la sensibilización en el sistema educativo de nuestro país. Por último, sería aconsejable romper el aislamiento tradicional del profesorado en su aula, volviendo la educación una práctica con la colaboración e implicación de los padres dentro del proceso formativo para que se tenga una incidencia más directa en la calidad de los aprendizajes de los alumnos. Si no se toman en cuenta los elementos necesarios para poner en práctica la iniciativa de inclusión escolar, ésta se quedará meramente en una idea utópica en donde esté contemplada únicamente en reformas, pero sin ser implementada de forma eficaz, lo que significará para México un rezago en el nivel educativo a comparación con otros países.

 

Referencias

   López-Torrijo. M (2009). La inclusión educativa de los alumnos con discapacidades graves y permanentes en la Unión Europea. RELIEVE, V. 15, No.1, p.1-20.

    Soto, N. (2007), ¿Diversidad-inclusión vs transformación?. El Ágora USB, 7 (2),322-332

  UNICEF. (2016), Un enfoque de la educación para todos: basado en los derechos humanos.  Francia: Fondo de las Naciones Unidas.

   UNESCO. (1990), Declaración Mundial de la Educación para todos. Nueva York: WCFA.

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María José Zapata Moreno Valle

Licenciada en Psicología, Máster en Pedagogía y Educación Especial. 

Docente de primaria, forma parte del departamento de Inclusión en el Colegio Humboldt; se ha desempeñado como terapeuta infantil.