Impunidad, corrupción y feminicidios

  • Miguel Barbosa Huerta
El círculo vicioso tolerado por el actual gobierno. Estándares internacionales que hay que seguir.

Los datos del feminicidio en Puebla hablan por sí solos. Desde 2013, año en que se tipificó este delito, el inventario de horror es el siguiente: en 2014, 60 mujeres asesinadas; 2015, 50; y 2016, 81. En lo que va del año, 90 mujeres más han perdido la vida. Tan sólo en abril pasado se registraron cuatro mujeres asesinadas violentamente en un periodo de 48 horas.

 

Ante estos hechos de violencia hacia las mujeres, la respuesta de las autoridades ha sido insuficiente, se sabe que en el 90 por ciento de los casos, las víctimas fueron asesinadas por sus esposos, novios o parejas; sin embargo, únicamente existen nueve detenidos, de los cuales tres se entregaron a las autoridades por su cuenta.

 

Pero no sólo hablamos de datos, cada feminicidio representa la pérdida irreparable para un padre, para una madre,  esposo o para los hijos. Estamos ante la presencia de un problema que nos pega en lo más importante, la vida de quienes ocupan un lugar fundamental en la integración de las familias: las mujeres.

 

Las causas del feminicidio pueden ser muchas, pero en Puebla podemos señalar que el crecimiento de este problema está relacionado con la ineptitud de servidores públicos y con la corrupción del personal de su fiscalía. Hablo de policías, ministerios públicos y fiscales deshonestos poco capacitados y de un fenómeno de corrupción que ha permeado a toda la administración pública estatal. La Fiscalía General del Estado es una de las peores evaluadas del país, en donde la constante es la impunidad, y es esta impunidad lo que les da confianza a los feminicidas para seguir actuando.

 

La Fiscalía de Puebla mantiene de manera sistémica una actuación en donde imperan dos constantes. La primera, la corrupción; la segunda, la fabricación de culpables. El resultado salta a la vista, nuestra sociedad se encuentra en estado de indefensión.

 

¿Qué hacer para romper el círculo vicioso de impunidad, corrupción y feminicidios? El fenómeno de la inseguridad en Puebla y en el país debe atacarse de manera integral. En el caso del feminicidio en Puebla, precisa además de integrar las mejores prácticas internacionales, por ejemplo, la que desde 2008 la ONU ha impulsado, cuyo objetivo principal ha sido precisamente poner fin a la impunidad y a la violencia contra las mujeres y las niñas.

 

No más impunidad significa, de acuerdo a la ONU, poner en marcha acciones para proteger a las mujeres y las niñas de la violencia, garantizando el acceso de las víctimas a la justicia en condiciones de igualdad y no discriminación, de manera que se sancione a los responsables de estos delitos y se tomen las medidas de reparación que correspondan.

 

Se trata de promover iniciativas para el cambio de actitudes, comportamientos y estereotipos para fomentar una sana convivencia en las relaciones personales y sociales entre mujeres y hombres; enfatizando el trabajo entre adolescentes, especialmente con jóvenes varones.

 

Desde el gobierno y desde la sociedad, debemos realizar una campaña de alta incidencia en la vida pública, considerando que la violencia contra las mujeres afecta a todas las personas y, por tanto, la responsabilidad de su eliminación corresponde a la sociedad en conjunto.

 

Ante la pasividad de las autoridades, o lo que bien podremos denominar como una omisión cómplice, la sociedad continuará exigiendo justicia y pidiendo a los servidores públicos el cumplimiento de sus responsabilidades. XXX TWITTER: @MBarbosaMX

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Miguel Barbosa Huerta

Ex dirigente del PRD. Senador de la República, vice coordinador del grupo parlamentario PT-Morena. Gobernador del estado de Puebla 2019-2024.