El Che Guevara y Morena

  • Carlos Figueroa Ibarra
Los motivos y los ideales del médico y guerrillero. La revolución de las conciencias.

Hemos conmemorado el 50 aniversario de la ejecución por órdenes de la CIA del comandante Ernesto Che Guevara. Se estarán preguntando los lectores  de esta columna, cuál es la relación de un comandante guerrillero con un partido que ha declarado que su lucha por un cambio de régimen se hace por métodos exclusivamente pacíficos. Sin embargo, el ideario del revolucionario argentino-cubano tiene muchos puntos de contacto con el planteamiento de Morena.

El derrocamiento en 1954 del gobierno revolucionario de Jacobo Arbenz en  Guatemala, hizo concluir a Ernesto Guevara que las armas eran sustanciales en la consecución  y defensa de un triunfo revolucionario. La experiencia cubana consolidó esa percepción y de su lectura de la lucha antibatistiana, el antiguo médico convertido en un mítico comandante revolucionario, construyó una nueva teorización de la revolución latinoamericana. En términos breves y esquemáticos, ésta contemplaba una subjetividad revolucionaria de masas desencadenada por una vanguardia político-militar que realizara acciones exitosas contra sus opresores, por ende un instrumento revolucionario concebido como una organización político militar y una revolución  que iría del campo a la ciudad. La teoría del foco revolucionario, marcaría a  una generación de revolucionarios en el planeta entero. 

Pero el Che Guevara no solamente fue un teórico de la revolución armada en América latina. También fue un adalid de la necesidad de articular la ética con la política, necesidad aún más perentoria en una organización o movimiento que busca transformar a la sociedad en un sentido progresivo. En la visión del Che, el dirigente debería marcar el paso con su ejemplo práctico y no solamente con sus palabras. Una sociedad nueva debería estar sustentada en una revolución moral que construyera “un hombre nuevo”, un ser desapegado de los bienes materiales, altruista y  por ello guiado sobre todo por el bienestar colectivo. En principios y estatutos de Morena esta ética que postuló el Che tiene resonancias significativas. El planteamiento ético del partido sustenta que sus militantes deben estar guiados por la necesidad de un cambio de régimen y es deplorable que alguien ingrese o permanezca en Morena por la ambición personal de ocupar cargos y privilegios. Se nos ha inculcado de manera reiterada que “no hay felicidad más grande para el ser humano que la felicidad del prójimo”. Ciertamente, es deplorable el que alguien se encuentre en sus filas porque anda buscando una candidatura.

No se confundan los que lean estas líneas. Quien las escribe no es un ingenuo idealista que no sabe en dónde anda. Con sus 2.5 millones de afiliados, es fácil admitir que en las filas del partido-movimiento encabezado por López Obrador, cabe la posibilidad de que haya personas que tienen motivaciones mezquinas e individualistas.  Pero si las hay, éstas estarán en un partido cuyos postulados pregonan lo contrario al apetito personal de poder, al oportunismo y al afán crematístico. El Che concibió su ética en el marco ideológico marxista. Pero en dicha ética, hay también un fuerte sustrato de humanismo cristiano que está presente en el discurso del principal dirigente de la única fuerza que puede cambiar a México. Explicando el nombre del más pequeño de sus hijos,  Andrés Manuel se ha declarado admirador de  Jesús y también de Ernesto Guevara. La ética guevariana no está desvinculada de la ética que guía a lo que llamamos  “revolución de las conciencias”. Será precisamente el lograr esta “revolución de las conciencias”,  lo que hará posible  lo que llamamos “cambio de régimen”.

Que no nos extrañe, pues, que alguien tan lejano a Morena, sea tan cercano a la ética que norma a su práctica política.

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Carlos Figueroa Ibarra

Sociólogo, profesor investigador de la BUAP, especializado en sociología de la violencia y política. Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Fue integrante del Comité Ejecutivo Nacional de Morena (2015-2022).