Septiembre de 2017 pasará a la historia de México por ser un mes trágico pero también por ser el mes en el que la sociedad mexicana se reencontró a sí misma. En un terreno hostil, impactado por huracanes, inundaciones, tormentas, y terremotos, que dejaron cientos de lamentables pérdidas humanas, floreció un desafiante humor social liderado por los jóvenes mexicanos. Ante las desgracias de los sismos del 7 y del 19 de Septiembre, la sociedad mexicana no sólo tomó las calles, tomó las redes sociales y dictó la agenda pública del país.

Los Milenials, “los apáticos”, “los egoístas”, “los ensimismados” rompieron su propio paradigma y le dieron una gran lección a todo México, sí tienen la suficiente motivación para movilizarse, sacuden al país.

Viví el sismo del 19 de Septiembre en la Ciudad de México, salí corriendo del edificio en el que me encontraba y ya en la calle pude ver frente a mí cómo otro edificio a unos metros se derrumbaba, nubes de polvo y escombros cubrían la calle, no habían pasado ni 10 minutos del temblor, para que empezara la segunda sacudida, la sacudida humana de gente tomando las calles. Apenas dejó de temblar pasaron corriendo por la calle  muchísimas personas, en su mayoría jóvenes, corriendo hacia el derrumbe para ayudar sin casco, sin palas, sin nada más que una voluntad inquebrantable, a los 30 minutos ya pasaban con cubetas y con carritos de un supermercado cercano para recoger el escombro, a la hora la calle estaba llena de gente que había llegado de quién sabe dónde y habían tomado la zona del desastre, apenas había unas patrullas pero la mayoría de los presentes eran civiles, el Ejército y la Marina llegaron 4 horas después, para entonces los jóvenes ya habían hecho una cadena humana para pasar escombro en cubetas, maestras de las escuelas cercanas habían cerrado la calle e impedían que personas pasaran fumando porque había una fuga de gas, voluntarios llegaban sin parar con botellas de agua, cascos y sogas, y para entonces ya se había instalado el primer centro de acopio de la zona. El Ejército, la Marina y la Policía, llegaron a ordenar esfuerzos, pero la imagen era impresionante, la gente se había volcado a las calles. Las redes sociales fueron un factor decisivo para lograr esta tremenda movilización, por Facebook, Twitter, Whatsapp y hasta Instagram, circulaban mensajes, fotos y videos pidiendo apoyos en las diferentes zonas afectadas, no había tiempo para selfies ni memes, había que salvar vidas.

Al anochecer y con la falta de luz en la mayor parte de la Ciudad, los esfuerzos no se intimidaron, gracias a la comunicación a través de redes sociales, las siguientes oleadas de voluntarios, ya llegaban con linternas, picos y palas. Fui a una tienda de esas que venden artículos y herramientas para el hogar, las cajas estaban saturadas, mucha gente casi todos jóvenes, estábamos comprando cascos, guantes y muchas linternas para que las labores de búsqueda y rescate no pararan.

A la media noche las zonas afectadas eran un hervidero de gente queriendo ayudar. No había servicio de luz pero había cientos de jóvenes siendo faros humanos.

Las labores de los siguientes días son por todos conocidas, las grandes televisoras hicieron crónicas de todo el día, pero las redes sociales demostraron en este momento su verdadero potencial, sirvieron como herramienta movilizadora de masas organizadas, mientras en televisión se hablaba de Frida Sofía, en las redes sociales no dejaba de circular información al minuto de diferentes fuentes, en diferentes puntos para que quien quisiera pudiera ayudar. Sí, los Milenials usaron la poderosa herramienta que han tenido por todos estos años en sus manos para una sola causa, ayudar a México a superar la tragedia.

La solidaridad es un valor que el ADN mexicano no pierde, estuvo presente en 1985 y está presente en 2017.  México volvió a encontrar a sus héroes patrios en el mes de Septiembre, y no sólo lo fueron los Milenials, lo fueron los hombres, mujeres, ancianitos, niños y hasta perros que fueron luz de esperanza en medio del caos.

El terremoto fue también un motor de cambio para la sociedad mexicana, que al menos por estos días dejó de ser espectadora y fue protagonista.

En el caso de los Milenials mexicanos demostraron que pueden ser la antítesis de todo lo que los marca como generación.  No sabemos todavía sí estamos frente a una primavera mexicana en la que la sociedad organizada sacuda al país de la inseguridad, la corrupción, la impunidad y la apatía; ojalá que este ánimo valiente, consciente, exigente, desafiante y solidario permanezca para reconstruir al país.

marisolcalva@gmail.com