Así, con Mayúsculas… ¡GRACIAS!

  • María de la Fe Torres Parada
A todos ellos. Por todas estas razones y por mostrar lo que es México.

A  quien esperó, a quien se aseguró de que todos sus alumnos estuvieran a salvo antes que él, a quien llevó a otro compañero a su casa cuando la ciudad era un caos, a quien organizó la logística en un centro de acopio, a quien se puso el casco y salio en bicicleta y moto para trasladar cosas a los lugares que las necesitaban, a quienes dieron servicios de flete sin costo, a quien puso un multicontacto en la puerta de su casa para que los demás pudiera estar cargando su celular, a quien se la pasó dia y noche en redes sociales organizando apoyo y dando mensajes de animo a los afectados, a quienes llevaron música en vivo o grabada a los centros de acopio y hospitales, a quienes prestaron y regalaron herramienta inclusive el inventario completo de su negocio, a quien llevó comida y agua a los voluntarios de rescate y centros de acopio, a quien llevó las lámparas de sus casas productoras de video para que no pararan las labores de rescate por la noche, a quien vació la alacena de su casa para llevar víveres a quien los necesitaba, a quienes dieron transporte a médicos y rescatistas de forma gratuita, ya fuera en avión, autobús, motocicleta, bici o taxi, a quien dejó de embotellar cerveza para envasar agua, a quien puso a disposición de extraños y conocidos cama y comida caliente, a quien mandó una o cientos de cajas a los centros de acopio, a quienes regalaron combustible para que los autos pudieran seguir circulando o las plantas de luz funcionando, a quien ofreció sus servicios como nutriólogo o estilista,  a cambio de material de curación para enviar a quien le hacia falta, a quien no cobró mensajes y llamadas de celular para que todo el país se mantuviera contactado, a quienes no cobraron comisión en los cajeros automáticos, a quienes, escribieron mensajes de apoyo en los víveres que enviaron a los damnificados, a quienes sacaron toneladas de piedras y tierra para abrir vías y/o rescatar personas, a quienes viajaron desde lejos para ofrecer sus servicios como médicos, enfermeros, arquitectos, ingenieros, o electricistas en las comunidades afectadas, a quienes recibieron comida ara prepararla y poderla llevar lista a quienes la necesitaban, a quienes hicieron impermeables con bolsas de plástico para repartirlas a los voluntarios en las calles, a quienes se la pasaron recogiendo la basura de las calles para evitar que eso afectara traslados y labores de rescate, a quienes sacaron el dinero de su alcancía para poder llevar algo de apoyo a los lugares que lo requerían, a quienes hicieron termos completos de agua, café y atole para dar a quienes llevaban horas trabando sin parar para mejorar la situación, a los estudiantes que se quedaron en la escuela para encontrar a sus compañeros atrapados en los escombros, a quienes pusieron a la venta cosas como pañales y cobijas al costo para que quienes quisieron ayudar pudieran hacerlo más fácilmente, a los médicos de la risa que rápidamente empezaron a visitar albergues y hospitales, a quienes se formaron para hacer “cadenas humanas” y así poder cargar y descargar camiones con ayuda, a quienes fueron traductores de diversos  idiomas, a quienes pusieron a disposición de la gente herramientas digitales para encontrar desaparecidos, mencionar lugares que necesitaban de ayuda u ofrecer rutas de traslado más ágiles y seguras,  a quienes llevaron baños móviles para que los voluntarios pudieran hacer uso de ellos, a quienes recabaron víveres para que a sus vecinos les fuera más fácil poder enviar ayuda, a quienes organizaron eventos para donar el dinero recaudado en las entradas, a quienes repararon autos grúas y hasta bicicletas para que se pudiera seguir ayudando a más personas, a quienes resguardaron a las mascotas que se encontraron sin sus dueños, a quienes pudiendo tomar un descanso prefirieron salir a cargar cajas, llevar medicamentos, levantar escombro, a quienes viendo un país lastimado por la desgracia causada por un desastre natural buscaron y siguen buscando la forma de sanarlo dando lo mejor de sí para demostrar que en este país la gente buena, entregada desinteresada y solidaria es mayoría, a todos ellos mi admiración y un GRACIAS de corazón, por devolver a este país la esperanza y las ganas de seguir adelante sin importar lo difícil que se presente el panorama, porque con su entrega están escribiendo un episodio de héroes en la historia del país y por demostrar con hechos la nobleza del corazón de México.

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María de la Fe Torres Parada

Docente universitaria egresada de la licenciatura en Ciencias y técnicas de la comunicación por la UNIVA y maestra en Gestión del talento humano por la  Universidad Panamericana, docente diversas materias en el área de comunicación, con experiencia en periodismo y comunicación organizacional y gubernamental. Crítica, directa, aficionada a la fotografía, fiel creyente de que se puede hacer de México un mejor país y del mundo un mejor lugar para vivir