Los olvidados no necesariamente son aquellas personas que han muerto, son las personas que han perdido de vista su sentido de vida y todo aquello que resta valor para los demás.

Es fácil, recurrente e incluso natural, que hayamos olvidado a todas aquellas personas que no nos han causado algún impacto o nos han hecho trascender e incluso conscientemente hemos decidido qué o a quién no queremos  recordar.

Se olvida lo que no sirve, lo que no nos ha transmitido algún sentimiento, lo que nos daña, lo que no tiene importancia, a quienes nos han defraudado, lo que lastima, quien no nos dio una lección de vida, con lo que no nos involucramos…

La idea primordial es saber ¿qué debo hacer para no ser una persona olvidada? Debo impactar, hacer las cosas de la mejor manera, ser una persona proactiva, resonar, y que cada acción que decida emprender cause un beneficio para la sociedad, no solo es mejorar como persona, se debe tener una amplia claridad de lo que se debe hacer en cuanto me convierta en la persona por la que me he esforzado en ser, es decir, ¿cómo voy a compartir mi plenitud con mi entorno? ¿Qué soy capaz de hacer?

 No es sencillo convertirse en una persona que valga la pena, puesto que no es una serie de requisitos que se deban de cumplir para dar el visto bueno, son habilidades que se tienen  que desarrollar o potencializar, es asumir un compromiso de manera permanente, ser una persona de calidad implica un proceso para mejorar, en el cual se debe de trabajar de manera constante, debemos tener en cuenta de qué manera se puede impactar a otros, a través de buenos hábitos, una plática prudente, acciones apropiadas, humildad, amor, congruencia, pertinencia, valores establecidos, felicidad, plenitud, y una inteligencia infinita en constante evolución. ¿Soy esa persona en la que yo confiaría?

Es por esta razón que a pesar de que algunas personas han muerto no son olvidados ya que su calidad de vida los hizo ser buenas personas y causaron algún impacto en los demás, eso es trascendencia; y personas que han dejado escapar la posibilidad de hacer las cosas correctamente han sido olvidados (consciente o inconscientemente).