La postura necia e intolerante del oaxaqueño Jorge Estefan Chidiac, Presidente del CDE del PRI, para permanecer en el cargo, lejos de cohesionar a la militancia, la está dividiendo. Decir que “pese a quien le pese” seguirá al frente del Revolucionario Institucional hasta después del proceso electoral del 2018, le está provocando una andanada de críticas de sus propios correligionarios, quienes opinan que su tiempo terminó y es hora de renovar al Comité Directivo Estatal para enfrentar con nuevos bríos lo que viene en el próximo año.

 Desde marzo del 2016, cuando tomó las riendas del Revolucionario Institucional y luego de la derrota electoral de Blanca Alcalá frente a Tony Gali, Estefan Chidiac se ha convertido en el ave de las tempestades. Está en contra de todo y a favor de nada. Su inseguridad para resolver los problemas y sus broncas con los también necios y descarados suspirantes a un cargo de elección popular, lo están llevando, al igual que a su partido, al despeñadero.

Su actitud nada conciliadora, le está generando la desbandada de priistas, entre ellos: Alejandro Armenta Mier, Fernando Morales, Ivan Galindo y otros militantes. Y aunque diga que no, la realidad es que el oaxaqueño tiene marcadas diferencias con Juan Carlos Lastiri y Javier López Zavala.

De allí que, por una parte la soberbia de Estefan Chidiac y por la otra la arrogancia y altanería de los dinosaurios priistas poblanos, que se creen con todos los derechos para imponer condiciones y exigir cargos de elección popular, están perfilando al Revolucionario Institucional al precipicio.

De hecho, el PRI hasta antes de la elección en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, ya estaba agónico, pero los dudosos triunfos electorales, le inyectaron oxígeno que pronto se terminará, simplemente porque la sociedad mexicana muestra un completo hartazgo al priismo.

Pero si somos justos, la animadversión social no solo es con el Revolucionario Institucional, sino con todos los partidos políticos, que generan generaciones de políticos corruptos. Dicen que el nivel de confianza es más favorable para un policía que para un político. Así las cosas. 

 LA RUMOROSA

NEGROS NUBARRONES.-El asesinato de Neztli Sarabia, hija del luchador social Rubén Sarabia, mejor conocido como Simitrio, no abona en nada para garantizar la paz y tranquilidad de la ciudad de Puebla, agobiada por tanta violencia. Por el contrario, no dude que arrecienn las manifestaciones de la agrupación “28 de Octubre” y entre sus integrantes, habrá una sed de venganza, que ojalá se mitigue con la aprehensión de los sicarios y los autores intelectuales del cobarde crimen…. VELETAS.-Javier López Zavala y Alberto Jiménez Merino, pero también otros políticos priistas convenencieros, chantajean al PRI. Coquetean con Morena y otros partidos, solo para sacar raja política. El originario de Pijijiaban, Chiapas, dice que él solo aceptará la candidatura al gobierno del Estado, y el oriundo de Tehuitzingo suspira también a la gubernatura, pero aceptaría como premio de consolidación la candidatura a senador o de a perdida a diputado federal. Todos quieren, todos se creen con derechos y hasta exigen. No cabe duda que son unos descarados… PERO QUE NECEDAD.-Primero fue Fernando Manzanilla Prieto, luego el senador Miguel Barbosa y finalmente Eduardo Rivera quienes señalan con índice de fuego a la administración morenovallista de haber adquirido equipo para espiar a sus adversarios, mejor dicho, a sus enemigos políticos, sin embargo, el diputado  Jorge Aguilar Chedraui, como siempre, sale a negar lo innegable. Decir que la práctica del espionaje son puras especulaciones, es un insulto a la inteligencia de los poblanos. Hasta ahora ni el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas ni el diputado federal plurinominal -el electorado no lo eligió-,  Eukid Castañón Herrera, no han salido a los medios de comunicación a fijar una postura, pese a ser un asunto muy delicado que pone en riesgo sus proyectos políticos. ¡Qué con su Pan se lo coman…!    SALUCITA DE LA BUENA.

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