Sobre Mario Benedetti

  • Eduardo Libreros
La obra del pensador. Literatura para todos. Sentido de lucha. Avanzar aunque sea poco

El pasado 17 de mayo se cumplieron 8 años de la muerte de Mario Benedetti. Nativo de Paso de los Toros, pero “absolutamente montevideano”, el escritor se ha instalado como uno de los grandes de la literatura latinoamericana. Militante y pensador de izquierda, Benedetti demostró que la lucha va codo a codo con el amor, dejando como uno de sus mayores legados el predominio de la sencillez (más no simpleza) de palabra y pensamiento en su imponente obra que incluye más de setenta libros publicados.

Como verdadero prodigio, el uruguayo comenzó a dar muestras de genialidad durante su paso por la educación primaria. En el documental “Mario Benedetti y otras sorpresas”, podemos ver al autor relatando su decisión de escribir poesía como reporte de los temas que le asignaban los docentes. El resultado era tan bueno que su padre muchas veces tuvo que firmar sus trabajos jurando que era el pequeño Mario quien los realizaba, ya que una de sus profesoras dudaba que un niño redactara así.

Benedetti siempre prefirió una escritura sencilla y sin rodeos, retratando magistralmente la cotidianeidad de los habitantes de la capital uruguaya. Nadie como él para hacer de la vida tras un escritorio una de sus fuentes de inspiración en “Poemas de oficina”; la transición del joven pasante al huraño burócrata en “El nuevo”, el gozo de la paga de fin de año con “Aguinaldo” y lo sufrido de esos “Lunes”, cuyas estrofas lo colocan como uno de los pioneros en versar la desesperanza del oficinista que cada semana postra su humanidad frente a una inmensa torre de papel.

Además de la poesía, el uruguayo abordó prácticamente todos los géneros literarios. Su talento como cuentista fluyó a través de temáticas juveniles y amorosas. Aunque locales, sus historias adquirieron validez universal gracias a esa forma única de retratar los enigmas de la naturaleza humana, personificados en cada uno de los habitantes de su amada Montevideo. En el prólogo de “Cuentos Completos”, José Emilio Pacheco menciona que Benedetti “ha actualizado la totalidad del ejercicio literario que practicaron los grandes escritores de otros siglos y ha sabido crear un público que lo sigue en muchas partes”, esto gracias a la curiosa mezcla que consigue realizar de la prosa/poesía, restaurando como vanguardia la novela en verso y anticipándose en dos décadas al retorno del poema narrativo.

El exilio deja una marca indeleble en su literatura. En 1973 abandona su país perseguido por la amenaza de la dictadura cívico-militar. Tuvieron que pasar más de 10 años para que el hijo pródigo regresara después de una travesía por varios países, plasmada simbólicamente en los cuentos de “Geografías”, obra que expone un favorito personal: “Puentes como liebres”.

En 2004 el escritor publica su libro “Memoria y esperanza”. Todo aquel que trabaje con jóvenes haría bien en acercarse a la visión de un octogenario Benedetti que paradójicamente expone la necesidad de hacerle lugar al “inconformismo de la juventud”. En la actualidad, y en una época en que posturas de ultraderecha comienzan a adquirir peso en distintos círculos alrededor del mundo, acercar a los jóvenes al pensamiento de personajes como el querido “poeta del exilio” resulta necesario para contrarrestar los efectos de una visión xenófoba, violenta y discriminatoria que tanto daño le hacen a nuestra sociedad.

En una entrevista publicada por el diario “El País”, Mario Benedetti menciona que “en los jóvenes está la esperanza de que este mundo cambie un poco”. Ante la pregunta de que pueda considerarse una huida encargarle sólo a la juventud que mejore el mundo, el escritor responde: "En todas las generaciones, la juventud ha tratado de cambiar las cosas. Algunos se corrompen, por supuesto, pero en general al joven le cabe creer en las utopías y si el mundo ha mejorado en algo ha sido por eso. Aunque se realice sólo un 10%, con ese pedacito de utopía se avanza". A 8 años de su partida, y ante la situación que se vive en nuestros días, una de las cosas que el mundo necesita con urgencia es empezar a creer en varios de esos pedacitos de utopía.

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Eduardo Libreros

Docente que aprende de sus estudiantes. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Administración de Instituciones. Imparte materias relacionadas con la literatura, comunicación e investigación y es colaborador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede México en la autoría de libros de texto para el Telebachillerato Comunitario