Evaluar es entender

  • Nyx Diahann Sánchez Fierro
Objetivos, resultados, evaluación continua. ¿Qué quiero? ¿Qué tengo? ¿Qué debo hacer?

Todos en algún momento hemos sido evaluadores, ya sea de manera formal o informal, evaluar se entiende como medir y aprobar lo que está bien, medimos basándonos en resultados y este proceso lo aplicamos para cualquier rol que se desempeñe, evaluamos a nuestros hijos, empleados, pareja o familia, gobierno, entre otros, y se hace en base a logros obtenidos, experiencias, fracasos; sin embargo eso no es todo, para poder evaluar a una persona o situación es indispensable entender el proceso que los condujo a los resultados que se tienen.

¿Qué es lo que hay de por medio en el fracaso o en la mala conducta de una persona? ¿Qué falto para concretar el éxito en alguna situación? Nada es casualidad, lo difícil es analizar las causas, no como justificación al hecho sino como base para entender el momento en el que se desvirtuaron las intenciones; si nos referimos a personas es preciso considerar que aunque haya un mismo acontecimiento el impacto que este cause no va a ser igual, por ejemplo, un mal gobierno, para este caso no sería de ayuda calificar el acto como malo, pero si analizamos y entendemos las causas que condujeron a una mala dirección podríamos utilizarlo como referencia para tomar medidas de prevención; cabe aclarar que una mala decisión y sus resultados de años no se cambian solo con tener la intención de hacerlo, sino de  entender la estructura y la parte que le corresponde a cada ciudadano para dar inicio a un cambio cultural que en próximos años podría reflejar un cambio de gobierno basado en los resultados que hoy nos perjudican.

Evaluar no es competir por obtener una calificación mayor o por ser mejor que otros, es tener la oportunidad de valorar lo que se está haciendo y reforzar las áreas de oportunidad que se presenten, da posibilidad de comprender lo innecesario para mejorar la efectividad, este concepto no es algo que debería generar temor, al contrario sería pertinente entenderlo como una examinación (individual o en grupo) de la lógica aplicada hacia diferentes ideas, un requisito indispensable para la evaluación es que se entienda y se asuma con responsabilidad y transparencia (sin engañar o evadir las deficiencias), asumiendo entonces que evaluar nos da la posibilidad de mejorar la toma de decisiones y con ello lograr mayor efectividad y eficacia.

Para evaluar de manera segura consideremos tres puntos necesarios: evaluación de objetivos (como parte inicial: ¿Qué se debe lograr?), evaluación de resultados (como parte medular: ¿Qué se puede seguir mejorando? y la evaluación continua (como parte subsecuente y permanente: ¿Cuál es la oportunidad que se tiene para seguir perfeccionando el plan de manera constante?), de esta forma será más práctico el cumplimiento de expectativas: ¿Qué quiero? ¿Qué tengo? ¿Qué debo hacer? Evaluar no es calificar conocimientos acumulados sino reacciones ante diversas situaciones y no es el final de algo (de un sexenio, de un curso escolar, o de un contrato), es incluso el monitoreo que existe en el proceso del desarrollo para que haya intervenciones oportunas que garanticen rutas de mejora; los resultados que una evaluación arroja deben ser difundidos para conocer los obstáculos que impidieron un mejor desempeño y que conduzca a la autoevaluación y reflexión pertinente para superar nuestros propios resultados.

Autoevaluémonos y construyamos un mejor prototipo de vida.

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Nyx Diahann Sánchez Fierro

Licenciada en Psicología Social UAT. De 2011 a la actualidad se ocupa en la labor docente en distintos niveles educativos, debido a esta trayectoria estudio la maestría en Pedagogía en la UPAEP