¿Por qué somos torpes?

  • Nyx Diahann Sánchez Fierro
Génesis y dinámica. No importan los riesgos. Habilitación de la prudencia.

¿Qué es ser torpe? El significado de esta palabra va más allá de hacer las cosas sin cuidado o no comprender una indicación. Ser torpe es no tener la habilidad para apreciar lugares, momentos, personas, situaciones, acciones, música, arte, lecturas, conversaciones, deportes, emociones, sentimientos, pensamientos, entre otros aspectos; incluso cuando no existe el sentido común para tener la pertinencia en el momento indicado.

Si hacemos un análisis a profundidad podríamos notar que todos somos torpes, unos más que otros (incluso sin la intención de serlo), muchas personas están en algún lugar deseando estar en otro, quieren que pase rápido el tiempo, hieren a personas (mintiendo, engañando o simplemente no valorando lo que son), se deshacen de situaciones que no son agradables, justifican las acciones que llevan a cabo a pesar de saber que no son correctas, les da sueño cada vez que escuchan algún estilo de música distinto al que acostumbran, les da flojera leer, las conversaciones que se tienen son de poco contenido, el deporte lo ven como la fuga del momento (no hay intención de conocerlo a fondo), son incapaces de decir cómo se sienten, qué piensan, qué desean, se está a la defensiva para evitar la burla; eso es ser torpe, no saber externar, escuchar o defender lo que se quiere.

Apreciar es saber responder en el momento, ser astuto, valorar lo que se vive y de lo que se está rodeado, perfeccionar la mente para ser y dar lo mejor de sí, hacer a un lado el temor de experimentar nuevas cosas, ser cuidadoso, hacer las cosas con delicadeza.

Todos conocemos a  alguna persona poco cuidadosa, que todo rompe, destruye, tira, pierde, olvida… ahora pensemos ¿cómo será en otros aspectos? Y peor aún, ¿qué ocurre cuando nosotros somos esa persona? ¿Qué hacer para desarrollar nuevas habilidades? ¿Cómo ampliar nuestra capacidad para saber ser prudentes? El sentido común es algo que se construye, se va formando de acuerdo a nuestro estilo de vida y definitivamente el estilo de vida lo eliges, y este pocas veces se construye de manera consciente; los papás formamos hijos con metas: ir a la escuela, tener buenas notas, tener una profesión, un buen trabajo, viajar, tener un auto, una casa, una familia, pero, ¿qué se hace para contribuir a que nuestros hijos tengan este sentido de apreciación por su realidad? Formamos hijos que sean la réplica de nuestro ser o que prolongan lo que uno piensa, no se forman personas libres, con un criterio propio, cumplimos sin satisfacer, limitamos su creatividad, su imaginación, y eso los hace torpes. No dejamos que tome un libro porque lo va a romper, que no tomen tijeras porque se van a cortar, que no se suban al columpio porque se van a caer, que no vayan a la iglesia porque hacen ruido, que no vayan a reuniones por que no se saben comportar, que no interrumpan las pláticas de adultos, que no griten… eso es lo que contribuye a la torpeza con la que se vive; se necesitan personas audaces, capaces, sin miedo a nada y con el valor necesario para enfrentar los resultados (buenos y malos), personas con decisión, con un criterio firme, que no se dejen influenciar, sobornar, controlar o dominar por nadie (padres, hijos, maestros, gobernantes, jefes, etc.), personas que sepan cómo comportarse de acuerdo a cada momento.

Concretemos la torpeza como la incapacidad de pensar y hacer las cosas correctamente, desde los aspectos más simples a los de mayor complejidad. ¿Por qué hay personas que leen y no comprenden? ¿Por qué existe el soborno, la infidelidad, los inconformes…? La respuesta, la tienes tú y seguramente la atribuirás (bajo tu propia razón) a lo que el texto expone.

Para saber apreciar, hay que saber pensar, dando oportunidad a nuevas ideas, entendiendo posturas distintas, abriendo la mente, la educación es vital pero en el contexto actual no lo es todo, ahora demos oportunidad de crear personas precisas, con deseos de aprender en todos los aspectos, vacunémonos contra la torpeza, hagamos cosas nuevas, aprendamos a ser sutiles, a expresar nuestra opinión sin transgredir a nadie…; aprende a bailar, a conocer un tema diferente, un nuevo deporte, cambiar tu letra, mejorar tu ortografía, remodelar tu casa; tener una nueva actitud, encontrar soluciones en lugar de engrandecer problemas, viajar... eso es lo que te genera un estilo de vida y ahora puedes decirlo y dejar de ser consecuencia de lo que formas parte. Desarrollemos nuestro sentido de apreciación. 

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Nyx Diahann Sánchez Fierro

Licenciada en Psicología Social UAT. De 2011 a la actualidad se ocupa en la labor docente en distintos niveles educativos, debido a esta trayectoria estudio la maestría en Pedagogía en la UPAEP