Dar seguimiento a la operación del nuevo modelo educativo

  • Teresa Brito Miranda
Escasa atención por parte del sistema educativo al desarrollo de habilidades sociales, emocionales y

El nuevo modelo educativo plantea elementos importantes que no han sido considerados anteriormente. Es importante no quitar el dedo del renglón para seguirlos en su operación. Sabemos de antemano que en la implementación de los proyectos se traslapan muchos intereses y lógicas de distinto tipo que interfieren en la práctica de lo planeado. De cualquier manera, el que después de un proceso de consulta se exponga públicamente este modelo, es algo positivo. Es responsabilidad de todos conocerlo, analizarlo y exigir una operación clara, transparente y responsable por parte de todos los ciudadanos y de las autoridades correspondientes.

El modelo considera cinco ejes: el planteamiento curricular; la escuela al centro del sistema educativo; la formación y el desarrollo profesional docente; la inclusión y la equidad; y la gobernanza del sistema educativo.

En su fase de planeación parece partir de la confianza en las escuelas, sus directores y profesores. Parece apostar a lo que pudiera ser un inicio de democratización de la escuela, institución que en nuestro país se ha caracterizado por su rigidez, anquilosamiento y escasa vinculación de sus contenidos con la vida y la desatención de las condiciones de sus estudiantes y maestros.

La orientación del modelo está centrada en los aprendizajes. Esto que parece obvio no lo es, pues la educación formal actualmente se centra en los contenidos de la enseñanza. Puede causar desconcierto a los padres de familia el hecho de que se anuncie el abandono de aprendizajes memorísticos, que muchas de las veces, ni siquiera se logran. Y que estos aprendizajes se cambien por el desarrollo de otro tipo de estrategias que lleven a aprendizajes más significativos vinculados con la vida de los alumnos y sus necesidades. La memoria es la base de los aprendizajes y en ese sentido, la repetición es una manera de trabajarla. Pero no tienen razón de ser en sí mismas.  La forma de aplicarlas será distinta a la repetición y memorización sin sentido, haciendo los aprendizajes sólidos, duraderos y significativos para la vida de los alumnos.

Por otro lado, el sistema educativo no ha podido resolver situaciones de exclusión en los procesos educativos en el día a día de las escuelas. El trato que reciben los alumnos de sus compañeros, maestros y directivos, en ocasiones son motivo suficiente para abandonar la escuela, especialmente cuando se trata de alumnos adolescentes y jóvenes. Estas problemáticas se relacionan con la escasa atención por parte del sistema educativo al desarrollo de habilidades sociales, emocionales y al desarrollo moral. El trato equitativo, incluyente y  cuidadoso, como experiencia vivida en la escuela es una oportunidad de aprendizaje de una convivencia sana que fortalece el tejido social. La convivencia en este modelo educativo ya tiene un lugar y eso es una ganancia. Hay que darle seguimiento.

Las condiciones de aprendizaje desde la diversidad tienen que ser atendidas porque la educación de calidad con equidad es un derecho. Esta diversidad no solamente se refiere a condiciones de aprendizaje, necesidades educativas especiales, sino a la diversidad cultural. Por ello darle un espacio a esto, es un acierto. El INEE hizo observaciones importantes en este sentido que han sido atendidas. Falta conocer la forma en la que se implementarán.

Considerar las habilidades sociales como meros contenidos no es garantía de su desarrollo. Es necesario su abordaje considerando situaciones específicas de la vida diaria en la escuela, como una experiencia, acompañada de espacios de reflexión que desarrollen aprendizajes asumiendo los conflictos y planteando soluciones. Para que esto pueda suceder en las escuelas es necesario apoyar la formación de los profesores con herramientas para que puedan gestionar las tensiones que día a día les presenta su trabajo docente. Es necesario que aprendan a analizar su propia práctica y el impacto que tiene ésta en aprendizajes de los alumnos por la vía del ejemplo y de las propias experiencias.

La formación docente tendrá que incluir el desarrollo de herramientas de análisis de aspectos pedagógicos prácticos, el dominio de los contenidos de los aprendizajes desde las diversas áreas y disciplinas del conocimiento, así como herramientas para trabajar las relaciones y el fortalecimiento de ambientes y procesos de convivencia. Por esto es importante el eje del desarrollo profesional docente.

Se plantea por primera vez un margen de autonomía a las escuelas para incluir contenidos pertinentes y relevantes de acuerdo con las necesidades muy particulares de cada escuela. En este punto el trabajo colegiado entre los directivos, profesores, padres de familia y los miembros que conforman la comunidad son vitales. Esto significa dar los primeros pasos para valorar la diversidad de condiciones de las escuelas tanto físicas como culturales de nuestro país y su potencial educativo para todo el sistema.

Es responsabilidad de todos darle seguimiento al modelo educativo para hacerlo nuestro y poder exigir las modificaciones pertinentes y de esta manera exigir el derecho a una educación de calidad y equidad para todos. El funcionamiento de un modelo educativo depende de la participación de todos los actores, las autoridades y los ciudadanos.

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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