Huachicoleros, ¿rebasaron al estado?

  • Carlos Flores Mancilla
Dada la magnitud del problema, sin voluntad política es imposible frenarlos.

El robo de hidrocarburos no se puede entender sin la complicidad de funcionarios y directivos del Sindicato de Petróleos Mexicanos, pero también sin la confabulación de  perversos y siniestros presidentes municipales y elementos de la policía de Puebla, quienes -está demostrado- se han coludido con mafiosos. Lo grave es que ya han involucrado, mediante amenazas y por conveniencia propia, a la población activa de los diferentes municipios. El robo de la gasolina, que se inició con muy baja escala y que nadie daba importancia, ahora se ha tornado incontrolable, al grado de que prácticamente los huachicoleros han rebasado al Estado.

El descaro de los huachicoleros no tiene límites, es tan así  que la gasolina robada la transportan a cielo abierto en vehículos hurtados y la venden por todas partes de la geografía poblana, lo mismo a pie de carretera, que en domicilios particulares y en tianguis de diferentes municipios. Los chupa ductos saben del  riesgo que corren en caso de ser detenidos por la policía, pero también los mueven las enormes ganancias que obtienen por la comercialización del hidrocarburo.

Las pérdidas que sufre PEMEX por el robo de hidrocarburos son enormes. Lo saben los directivos de la paraestatal, pero entre la honestidad y la corrupción, existe una verdadera muralla de intereses, que impide frenar la ilícita actividad. El gobierno federal puede y tiene los instrumentos para detener el robo de combustible, pero falta voluntad política. ¿Qué nos pasa….? Tal parece que ante este grave problema, Peña Nieto y Romero Dechamps, ni se afligen ni se aflojan.

El llamado triángulo rojo poblano -por allí pasan los ductos de PEMEX- se ha convertido en la antesala del infierno. Las mafias que roban y venden a gran escala los hidrocarburos, tienen como escudos humanos a familias completas. Ellos con su silencio protegen a la delincuencia organizada y hacen frente a elementos del Ejército Mexicano, Policía Federal y Estatal. A cambio de sus servicios se les colma de dinero y atenciones en especie.

El caso de Palmarito Tochapa, localidad perteneciente al municipio de Quecholac, una buena parte de la población colabora con los huachicoleros. Su participación es correspondida con dinero y generosas prebendas, como  aparatos electrodomésticos. El 6 de enero, en Navidad y Año Nuevo llegan de manera generosa los Reyes Magos y llenan de regalos a los niños y proporcionan bebidas y alimentos a los habitantes del lugar.

Entre la población ya prendió la versión difundida por los chupa ductos, que dicen: Los funcionarios divulgan a través de los medios de comunicación que el petróleo es de los mexicanos, nosotros solo estamos tomando la parte que nos corresponde.

Pero bueno, el robo de hidrocarburos ha tenido un sesgo peligroso, al grado que los habitantes de las diferentes localidades del triangulo rojo se han enfrentado al mismo Ejército Mexicano y ejecutado a policías ministeriales. El grave asunto también ha penetrado a alcaldes, regidores y policías.

Durante el sexenio morenovallista, ya lo dijo el mil usos y hoy señalado como “traidor”,  Mario Rincón, faltó orden y organización para combatir a los huachicoleros a quienes se les toleró y dejó crecer, pero también, el anterior gobernador, Rafael Moreno Valle solapó y sostuvo al máximo  a  Facundo Rosas Rosas, Alejandro Santizo altos funcionarios de Seguridad Pública Estatal señalados por amafiarse con los huachicoleros.

Ahora, con la presencia e incorporación de 500 elementos de nuestros Ejército Mexicano,  Tony Gali, Gobernador del Estado, está enfrentando de manera decidida a los huachicoleros.

Lo que falta decir, son preguntas que se hacen una y mil veces los ciudadanos: ¿Dónde van a parar los miles de litros de gasolina que se decomisan? ¡ SALUCITA DE LA BUENA…¡

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