Los nuevos tiempos para México y para el Mundo

  • José Pascual Urbano Carreto
Ante el aislacionismo de Trump, la unidad incluyente de los mexicanos y la revisión de las reformas

Parto de considerar que, de acuerdo a la situación Geopolítica, el mundo se encuentra dominado por grandes bloques de países desarrollados en el plano Europeo, tal característica la comparte la Comunidad Económica Europea que es liderada por Alemania. En el espacio Asiático destaca el liderazgo de Japón. En  América es claro el predominio de los Estados Unidos. En ese gran bloque destaca como primera potencia económica y militar Estados Unidos.

En un contexto de Globalización creciente, es muy pertinente considerar que hay cambios en marcha que son innegables pero que los bloques dominantes han querido presentar como con una dinámica inercial única y claro en una situación de beneficio innegable para sus intereses, la globalización que tiene como protagonista estrella a las grandes corporaciones financieras, industriales, comerciales y a los gobiernos de los países dominantes.

En EU, hoy más que antes con la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese País. El proceso de Globalización protagonizado e impulsado por los intereses privados solo ha encontrado una respuesta espontánea en los grupos conocidos como Globalifóbicos que se han enfrentado a los Globalifílicos. La confusión en mi opinión es que se deja de considerar lo esencial del proceso. El proceso de Globalización es inevitable, lo que debe quedar claro es que lo que está sucediendo no es la única forma de globalización. La modalidad que estamos viviendo es la que tiene como protagonistas principales a las grandes corporaciones privadas y a  los gobiernos de los países dominantes, eso se ha presentado como inercial porque las grandes empresas tienen presencia y poder en las regiones que están compuestas por muchos países, tal es el caso de las transnacionales europeas, asiáticas, americanas que frecuentemente tienen influencia a nivel mundial, ellas pueden, sin dificultad, hacer valer sus intereses aún por encima de los países más poderosos. Lo que  no debemos pensar es que el Sr. Presidente de EU actúa como un gobernante agresivo y autoritario de manera gratuita, responde a la dinámica de conservación de los privilegios de los grandes consorcios internacionales, principalmente de los estadounidenses. Su agresividad es afín a los intereses de los capitales financieros industriales y comerciales de carácter privado transnacional.

La respuesta a esa conducta la debemos orientar a fortalecer el proceso de integración de las naciones en uniones, comunidades, mercados comunes, tratados comerciales y otras modalidades de cooperación se deben impulsar para conformar la posibilidad de que organismos como la ONU, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros organismos regionales se consoliden y se integren de manera plural y representativa,  y de ese modo cuenten con autoridad institucional para moderar los actos arbitrarios e irresponsables de las grandes corporaciones transnacionales. A  partir de ello enfocarse en la solución de los grandes retos en un ambiente solidario y cooperativo.

 La crisis de 2008 en EU fue causada por las políticas irresponsables de las grandes transnacionales del ámbito financiero. El estado del país más poderoso del mundo no podía poner freno a las prácticas de esas instituciones financieras. Eso solo se puede remediar constituyendo aparatos de poder supranacionales por la vía de auspiciar las tendencias integracionistas incluyentes y democráticas propias de la etapa de la globalización.

Trump quiere conservar el paraíso de los intereses corporativos privados, generando la ausencia de un proyecto con nuevas características; nosotros, debemos responder con un proyecto globalizador incluyente para enfrentar los propósitos excluyentes de los magnates como Donald Trump. Con alternativas que se enmarquen, en el ritmo de los tiempos de la cooperación la solidaridad, el respeto, la democracia incluyente y representativa. Nuestra estrategia debe contemplar también lograr aplicar medidas que permitan discutir las diferencias que hoy existen en las formas para resolver los problemas de México, de manera importante tender a armonizar en nuestro sistema político la forma de acceder al poder (sistema electoral) con la forma de gobernar (la democracia plural incluyente y representativa), bajo ese compromiso, juntos muy unidos,  salir a enfrentar a las asechanzas externas.

Por eso, ahora que se nos convoca para enfrentar a la política de Trump en contra de México, a la unidad nacional en torno a nuestro gobierno, es necesario que se realice en función de un proyecto nacional que incluya a los mexicanos que viven en el territorio nacional y los que habitan en los EU, un proyecto así se acercaría a la alternativa frente a la  pretensión del presidente Trump, el nacionalismo aislacionista. Así que los mexicanos debemos unirnos como mexicanos a un proyecto nacional que conecte a los demócratas mexicanos, radicados en nuestro territorio y los que habitan en el extranjero -principalmente los que viven en EU-  con la mayoría de demócratas estadounidenses y de todos los países de América, para que re-discutan sus relaciones como países soberanos orientándonos a lo pensando en la perspectiva de marchar hacia una más intensa cooperación en lo económico, en lo  político, en lo social y en la consolidación de las expresiones culturales que nos dan un espíritu solidario y una convicción de carácter integracionista como sociedades americanas. En un ámbito así podríamos construir un proyecto de nación que dé cobertura a los mexicanos que viven en nuestro territorio y a los que se encuentran viviendo y trabajando en los países de norte de nuestra América. Tendremos que complementar lo que los inmigrantes en EU ya están haciendo, se  han movilizado millones de demócratas, humanistas y migrantes para rechazar las pretensiones del presidente Trump y, junto con ellos, ya se perfila una conducta solidaria de resistencia de los gobiernos de las ciudades importantes de EU, las denominadas ciudades santuario, nosotros debemos acompañarlos pidiendo que el gobierno de EU se oriente al respecto a formular un tratado migratorio que considere: los intereses de EU pero que también tome en cuenta la importancia del trabajo de los migrantes, sus derechos laborales y sus derechos humanos.

 En ese marco se podría perfilar la solución de los problemas de todo tipo y de manera especial el de la migración, la seguridad, el comercio, y la estrategia para parar la situación de la violencia relacionada con el tráfico de drogas y general con el crimen organizado.

La unidad nacional a la que se nos convoca por parte de las autoridades de nuestro país debe acompañarse de un conjunto de cambios que den idea inequívoca de que se va a corregir lo que hasta ahora ha fallado, que pasa, en mi opinión, por reformar nuestro sistema político para lograr armonizar la forma en que se ha definido para ganar el poder con la manera en que este se ejerce. No se puede mantener el sistema con el que se ejerció del poder vigente durante el periodo en que dominó el sistema político, lo relacionado con el sistema de partido dominante casi único, se tiene que hacer una gran reforma que establezca el federalismo moderno para democratizar a la república y para poner contrapesos al poder desmedido.

En pocas palabras le debemos oponer al nacionalismo aislacionista de Trump el nacionalismo solidario integracionista y respetuoso de las identidades culturales, es decir,  del espíritu nacional.

Debemos unir a México a condición de que se apliquen correctivos a lo que se ha realizado pensando en un proyecto que privilegia a los que saquean al país, se tendría que revisar el Tratado de libre comercio, en eso se debe aplicar una orientación que profundice las tendencias solidarias y cooperativas, además se debería revisar el TLC para orientarlo a marchar a lo que se pudiera aproximarse a la constitución de una comunidad económica en la línea de lo que han realizado los países europeos, lo que pasaría por la construcción de instituciones como el parlamento Americano y del Banco Central de América, entre otras. Con eso se aseguraría la mejor distribución de los recursos financieros que fluyen en América y habría recursos para más inversión a lo largo y ancho de toda América y, con ello, los miembros de las sociedades de las naciones americanas tendrían mayor estabilidad en sus lugares de origen, en el plano del parlamento se podrían diseñar políticas para superar diversos problemas como el de la inseguridad y el de un sistema de movilidad de los ciudadanos americanos. Con eso tendríamos algo mejor que cualquier muro para detener la migración forzada. 

 Se iniciaría el trabajo con los países miembros del tratado y buscar la integración de los países que aún no se integran a éste. En tanto se logra la meta de marchar en el rumbo descrito, podríamos convocar a los países de nuestro continente a fortalecer nuestras relaciones en todos los planos con el mismo propósito y esperar al momento en que el gobierno de EU modifique su conducta y se enfile en el rumbo solidario y cooperativo, es decir aprovechar la oportunidad para diversificar nuestras relaciones y nuestras dependencias para estructurarlas con una mayor simetría.

Para conseguir un ambiente de legítima unidad nacional, se debería abordar la reconsideración de las reformas estructurales en sus aspectos más controvertidos, reestructurar a nuestro sistema político para democratizar la forma en que se gobierna y armonizarlo con la manera en que se accede al poder. En fin, diseñar un proyecto de país que se abra a la moderna concepción del nacionalismo y que se proyecte como cooperativo y solidario al exterior, al tiempo que consolida la democracia con una ampliación de los derechos ciudadanos propios de un sistema democrático, y en lo económico lo que llamaría la ampliación de los mercados internos de todos los países consolidando una mucho más equitativa distribución del poder de la riqueza y del ingreso.  Así el mercado interno de todos los países se consolidaría y las empresas contarían con una demanda suficiente para que sus capacidades productivas se usaran de manera más plena y eficiente.

Por un proyecto así los mexicanos y los americanos incluidos los de EU, tendríamos un gran espíritu solidario y por tanto de unidad. Con eso si podríamos enfrentar a Trump y sus seguidores, y pacíficamente derrotarlo.

En nuestro país procede instalar de manera real y plena el Estado de derecho, para ello es prudente hacer los cambios que estructuren el nuevo federalismo constituyendo un órgano colegiado para cada nivel de poder republicano, la asamblea suprema de la nación, la asamblea soberana del estado o entidad federativa y en la instancia municipal consolidar los ayuntamientos. Desde allí impulsar las discusiones, el diseño de políticas para resolver los problemas más urgentes de nuestro país, y con esa estructura generar la independencia de los órganos autónomos y los de supervisión y vigilancia. Desde esa plataforma podremos hacer una revisión de las reformas estructurales para reestructurarlas y al consensuarlas darles viabilidad y fuerza.

Con el objetivo de generar la más amplia unidad en México es pertinente sumarse a las pretensiones gubernamentales de unir a los mexicanos para enfrentar a Trump, con base en un compromiso de cambio en el sentido perfilado anteriormente, diseñar la estrategia que concilie la acción de las fuerzas democráticas del país en coordinación con todas las de América emprender nuestra lucha histórica por el progreso y la soberanía.

En esa dinámica definir como foro de discusión de un proyecto de País a la estructura del poder ejecutivo a nivel de la federación, es pertinente considerar como espacio para tal propósito a la CONAGO en la que se debe depositar la confianza para definir las formas en que se deben abordar los grandes problemas del país, claro está con previa discusión en el Congreso de la Unión de la República para reglamentar su funcionamiento y definir sus alcances en la discusión y en la elaboración de políticas para actuar en las políticas tendientes a la solución de los problemas. Además definir a esa instancia como la representación ejecutiva de la república y desde allí definir la integración de los órganos autónomos y los de vigilancia- supervisión integrando a esta situación la definición de los elementos del poder Judicial.

Tendremos que marchar hacia la pluralidad, la alternancia, la inclusión, es decir hacia una etapa más madura del sistema democrático que los mexicanos hemos construido.   Considero que, si nuestros gobernantes toman en cuenta lo que los mexicanos queremos para superar los problemas, vale la pena otorgar a nuestros gobernantes un apoyo total.    

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José Pascual Urbano Carreto

Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.