Memoria: identidad y continuidad

  • Nyx Diahann Sánchez Fierro
Necesidad de la memoria. Preciso para conocernos. Para una familia. Una sociedad.

Se le llama memoria a la capacidad cognitiva que posee el ser humano y que es un proceso en el cual se permite aprender una nueva información, almacenarla y recuperarla cuando se necesita.

A veces es ventaja tener “buena memoria” sobre todo cuando se obtiene un beneficio de por medio, pero tener “mala memoria” ¿es bueno o malo? No se tiene mala memoria, simplemente se decide olvidar, se olvida lo que destruye, lo malo, lo doloroso, lo vergonzoso, lo inmoral… se olvidan acontecimientos cuando no existe comprensión de las causas, pero no siempre debe haber un entendimiento, existen sucesos que simplemente pasan y no necesariamente como un castigo o un premio; se debe aprender a entender realidades con sensatez, sin necesidades de encontrar los por qués; la memoria, o sea, el conjunto de los recuerdos, debe ser parte de la construcción del hombre. El ser humano está formado de manera inconclusa cuando decide no recordar, no enfrentar, no opinar; pero la vida se trata de sucesos y recuerdos. Y si biológicamente se tiene la capacidad de tener memoria, solo hace falta que se enfrente socialmente.

Un acto de conciencia que proviene de cualquier suceso presente, un paseo, un encuentro, reencuentros, amenazas, advertencias, el primer beso y el último adiós, un acontecimiento con significados compartidos «memoriosos», a tal grado que uno podría pensar que alguien que  no recuerda no es parte de la sociedad. Por ello no será errado decir que la memoria colectiva se sustenta en la sociedad (Arciga, p. 93).

La memoria colectiva define a qué contexto se pertenece, cuál es la cultura de origen, la historia, quién se es como persona, y quién se deja de ser para favorecer al entorno. La memoria colectiva sugiere hacer una reconstrucción del pasado para poder construir el presente y no decidir olvidar el futuro (como consecuencia de vivir en disgusto con la realidad).

Los recuerdos son parte de un pensamiento continuo, tejido de varias versiones y de múltiples sujetos, grupos, argumentos y sentimientos desprendidos de un acontecimiento. Un recuerdo nos remite a algo ocurrido, que sin quedar registrado en los anales históricos se puede decir que fue parte importante en la construcción  de la sociedad actual. Y sin embargo uno necesita de ciertos elementos que anclen los conocimientos, desde los cuales pueden evocarse, palparse y dar cuenta de ellos (Arciga, p. 94)

La memoria colectiva es el sustento de un grupo de personas, que les permite entender ciertas conductas y comportamientos, no es bueno resistirse a los recuerdos, al contrario, recordar y revivir son sucesos que favorecen el conocer la identidad personal, el proceso de saber por qué las personas se ubican en este momento en esta etapa de la vida; qué les daña, qué daña su contexto; las carencias, la situación financiera, el trabajo, la familia, el país, sus pertenencias, no son casualidad, son el resultado del compromiso, de los valores, de la memoria, de la actitud o del desempeño como persona.

Culturalmente los seres humanos carecen de historia, no dan seguimiento a los valores, a la educación, a la trascendencia. Se actúa a través del común estimulo-respuesta; no se conoce a la familia de más de dos generaciones, no se saben las costumbres o tradiciones del lugar donde se vive (se siguen modelos de lo que se imaginan que es o como suponen que debe de ser), no se profesa una religión con fe (solo se da continuidad a algo establecido), no se estudia por aprender (solo se persigue un número), y si en las dimensiones básicas de la persona no hay satisfacción, mucho menos se podrá lograr de manera individual, es importante recordar, tener “buena memoria” traspasar limites, enfrentar realidades, corregir con fundamento, hablar con seguridad, defender con pasión, memorizar para no olvidar qué se quiere lograr, aprender de lo malo, actuar con resultados, vivir con valor.

¡Haga memoria! En realidad… ¿quién es usted?

 

Referencia bibliográfica:

Arciga, S. (2004): “Del pensamiento social a la participación” en Estudios de psicología social en México.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Nyx Diahann Sánchez Fierro

Licenciada en Psicología Social UAT. De 2011 a la actualidad se ocupa en la labor docente en distintos niveles educativos, debido a esta trayectoria estudio la maestría en Pedagogía en la UPAEP