La invitación programada parcialmente atendida

  • José Pascual Urbano Carreto
Al analizar la famosa visita a México, de uno de los candidatos a la presidencia de EUA

Al analizar la famosa visita a México, de uno de los candidatos a la presidencia del país más poderoso del mundo, con parámetros de la vieja situación política del siglo pasado es obvio que se traduce en un enjuiciamiento sumario que pone al anfitrión en situación de considerarlo como un ingenuo, por decir lo más generoso.

Para la mayoría de los articulistas de los medios de comunicación mexicanos lo hecho fue una tontería injustificable. El señor Donald Trump ha sido el personaje que, para ganar el voto de la franja más conservadora de los electores de los Estados Unidos, viene planteando aplicar la legislación de ese país de manera implacable. Propone pasar a deportar masivamente a los migrantes indocumentados, lo que él no quiere entender es que ellos han aportado mucho a la economía de los EU, no quiere admitir que los inmigrantes documentados e indocumentados en su inmensa mayoría son gente honesta y trabajadora que con su mano de obra eficiente y barata han ayudado a que la economía de los EU sea más competitiva.

También de manera destacada plantea la necesidad de revisar el TLC de América del Norte, “para corregir” lo que a su juicio está funcionando mal, él considera que la solución es encerrar a EU y con un enfoque aislacionista, y así lograr superar las casi crónicas dificultades del crecimiento económico y lo que lo acompaña: el desempleo, el deterioro de los niveles de vida de sus ciudadanos, en fin, las crisis que casi son permanentes por su frecuencia incontenibles.

Se equivoca con la presunción de que ese es el camino. El verdadero reto es comprender que la tecnología, la ciencia, la producción y los valores y creencias se han modificado al ritmo de ese conjunto de elementos de modernidad, lo que ha sucedido es que los que constituyen la franja dominante de la sociedad en el mundo, y en cada uno de los estados nacionales, no han comprendido que el fenómeno de la globalización no está sujeto a discusión, lo  que sí está sujeto a discusión es la forma en que se está encauzando el citado fenómeno mundial,  los que dominan el poder en la economía, en la cultura y las finanzas han desarrollado redes que se organizan institucionalmente a nivel privado para asegurar que se integren los flujos de su capital, su comercio y sus valores y creencias de manera integrada regionalmente, supranacionalmente, en tanto que los valores y creencias e intereses de las clases medias y de los trabajadores en general quedan sujetos a las dinámicas locales de los estado nacionales, por ello no se dedican recursos a prever los cambios que se dan en el entramado de la región y los que se canalicen para la capacitación de la gran mayoría de ciudadanos para desenvolverse con éxito en las nuevas circunstancias.

Entre otras cosas, los representantes de la fracción dominante se oponen abiertamente o de manera subrepticia a que los flujos de personas trabajadores se movilicen con libertad, igual que el capital y el dinero, en resumen lo que se está haciendo con la globalización es encauzarla con un modelo globalizador excluyente. Frente a eso la respuesta espontánea ha sido lógicamente la expresada por los llamados globalifóbicos, como si lo que se debiera combatir es a la globalización. No, lo que se debe combatir es que el modelo que se aplique se oriente sólo a resolver los desajustes que favorecen a los grandes magnates. Se tiene que diseñar un modelo alternativo democrático, representativo e incluyente en el manejo del comercio de las inversiones, de las finanzas, de la cultura y su forma de organización nacional y regional, del mismo modo definir tendencias integracionistas en el ámbito del flujo de trabajadores. En un primer momento establecer tratados migratorios que aprovechen la presencia de los migrantes, pero que lo hagan respetando los derechos de estas personas,

Si juzgamos en la perspectiva enunciada anteriormente, el asunto de la invitación a los candidatos a la presidencia de EU puede tener otro significado y otros alcances. Se invitó a los dos contendientes pero sólo uno de ellos aceptó la invitación: Donald Trump, el del Partido Republicano; en tanto que la candidata Republicana, Hillary no atendió la invitación.

El candidato que sí aceptó la invitación para visitar México, recordemos que en su campaña, con el propósito de conquistar a los conservadores radicales de su país, entre otras cosas, se ha dedicado a denigrar a los migrantes en general y particularmente a los de origen mexicano, el señor venía con el propósito de demostrar la autenticidad de su postura antinmigrante y qué mejor lugar, para ser convincente frente a sus seguidores, que hacerlo en México y frente a su máxima autoridad.

Sin embargo, en la conferencia de prensa él no sostuvo que todos los migrantes sean criminales y, además, tuvo que escuchar en voz del presidente que los mexicanos tenemos un gobierno que nos dirige y protege donde nos encontremos, en el país y fuera de él. Que los mexicanos somos gente honesta, trabajadora, y que con nuestra labor y eficiencia hemos contribuido a consolidar la economía y el desarrollo de los EU.

Sólo a los que simulan un radicalismo sin sustento les pudo parecer intrascendente que el presidente le expresara al Sr. Donald Trump lo que supuestamente ya sabía, el presidente se lo dijo para hacerlo patente, no para informarle, lo que sí le informó es que no estábamos de acuerdo con la manera en que se expresaba y con las soluciones extremas que propone para resolver las red de relaciones entre los EU y México, así como sus modificaciones en todos los órdenes trascendentes. Tan no consiguió el propósito que perseguía, que de inmediato quiso enmendar su error de cálculo al regresar a su país, y en un mitin de su campaña afirmó lo que es menos significativo de la problemática migratoria: que sí se iba a construir el muro y que lo pagaríamos los mexicanos.

Si reflexionamos la construcción del muro tendría poco efecto en la contención de los flujos migratorios, los dificultaría quizá, algunos dicen, medio en broma y medio en serio,  que  el efecto positivo, para ellos y para nosotros, sería que se generarían muchos empleos que, dicho sea de paso, los necesitan porque padecen un desempleo estructural muy significativo y que hace pocos años los sumió en una crisis. Está claro que a Trump se le tendrá que derrotar con una estrategia inteligente, con habilidad política a pesar de que gane la presidencia de EU.

El señor Trump, ni comprende ni entiende, que para resolver la problemática económica que vivimos, ellos y nosotros, se tiene que pensar en una senda global integracionista democrática incluyente y, además, que debe reflexionarse en hacer caso a las nuevas formas de realización de las actividades productivas producto de las nuevas tecnologías y atender la distribución del ingreso más allá del ámbito fiscal y monetario, pensar en la duración de las jornadas laborales como un asunto de justicia para los trabajadores, pero también como una forma sólida de redistribuir el ingreso y por esa vía de creación de empleos y de ampliar la oferta y la demanda agregada, todo eso en el marco de una economía global.

Que no vino la candidata demócrata, la mayoría de los periodistas se lo atribuyen a que el hecho se significó en una falta de pericia o de una intención de ayudar al candidato republicano, si alguien hizo eso con el afán de impulsar al señor Donald se equivocó, a la luz de los resultados de su visita, lo perjudicó. Los derechistas Estadounidenses radicales le creen menos y los inmigrantes documentados e indocumentados lo odian sinceramente.

El verdadero problema urgente con nosotros es el trato a nuestros connacionales y eso sólo se puede definir en un tratado migratorio y tenemos que admitir que ni el republicano ni la demócrata quieren hablar seriamente de eso. En cuanto al tratado de libre comercio se debería revisar con criterios adecuados a la globalización democrática e incluyente en donde el tratado migratorio ocuparía un primerísimo lugar, si aceptamos el libre flujo de mercancías y de capitales bueno es que se acepte el libre flujo de trabajadores.

El primero creyó que podía eludir el tema migratorio e imponer sus frivolidades, locuras y ocurrencias,  la segunda no se quiso arriesgar. Pero de todo esto qué podemos concluir, que aunque el propósito de la invitación fue muy modesto, ese fue el problema, pero como la realidad es más poderosa que el voluntarismo, se impuso la realidad y ahora en el país más poderoso del mundo, nuestro vecino, donde viven millones de inmigrantes de origen mexicano, el tema de la inmigración es tema central de las campañas para llegar a la presidencia de los EU. ¿Qué les parece, les parece poco?

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José Pascual Urbano Carreto

Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.