“Los dioses me concedieron casi todo. Tuve genio, un nombre distinguido, alta posición social, brillantez, audacia intelectual; hice del arte una filosofía y de la filosofía un arte; cambié las ideas de los hombres y los colores de las cosas; ninguno de mis actos ni de mis palabras dejó de asombrar a la gente.”

Oscar Wilde fue el personaje grandioso de la historia del Londres de la época victoriana tardía. Nombrarlo apela a la genialidad y… a la tentación del placer. Wilde tejió la premisa que gobernó su vida: “Para un artista toda experiencia es buena”, y la excedió.

“Recuerda que el necio a los ojos de los dioses y el necio a los ojos de los hombres son muy distintos… El verdadero necio, ése del que los dioses se ríen o al que arruinan, es el que no se conoce a sí mismo”

Oscar Wilde fue hijo de destacados intelectuales aristócratas de Dublín. Se licenció en  Oxford con los reconocimientos más altos. Se trasladó a Londres donde se movió en  círculos culturales y sociales de altura. Su talento y contactos en la universidad británica le permitieron llegar sin dificultad a la cima y mantener una influencia predominante en su tiempo. Pero Wilde se vio dominado por su propia celebridad...

“El deseo se convirtió al final en una terrible enfermedad, en locura, o en ambas cosas. Cada vez me importaban menos las vidas ajenas. Disfrutaba del placer allí donde lo encontraba y continuaba mi camino.”

Autor de obras clásicas como “El retrato de Dorian Gray”, “Salomé”, “El Marido Ideal” y su obra maestra “La importancia de llamarse Ernesto”, lo convirtieron en uno de los más exitosos dramaturgos de Londres de la segunda mitad del siglo XIX.

“En cada momento de nuestra vida somos lo que vamos a ser no menos que lo que hemos sido. El Arte es un símbolo, porque el hombre es un símbolo.”

Mantuvo numerosas relaciones homosexuales, fruto de su hedonismo innato quizá no motivadas por una orientación sexual predominante o por razones fundamentales de su existencia, sino por jugar a ser dandy, a vivir una vida disoluta en contacto con placeres superficiales que aireaban su gravedad intelectual, y de no poder renunciar a las enormes expectativas que generaba su enorme popularidad

“He dicho que tras el Dolor hay siempre Dolor. Aún más sensato sería decir que tras el dolor hay siempre un alma. Y burlarse de un alma dolorida es una cosa horrenda.”

Y la tentación del placer lo llevó del éxito y la gloria, al escándalo y la desgracia. Su relación con lord Alfred Douglas, hijo del 9º Marqués de Queensberry lo llevó al infierno

“A tus ojos seguías siendo el príncipe gentil de una comedia trivial, no la figura sombría de un espectáculo trágico”.

El Marqués confrontó a Wilde en una carta por la relación que suponía mantenía con su hijo. Alfred animó a Wilde a denunciar a su padre por calumnias, esgrimiendo la amoralidad del arte como defensa. El Marqués quedó libre y Wilde se enfrentó a un 2º juicio en el que se le acusó de sodomía y de grave incidencia. Perdió. Fue condenado a dos años de trabajos forzados.

“Yo también me forjé ilusiones. Creí que la vida iba a ser una brillante comedia y tú uno de sus encantadores personajes. Me di cuenta que la vida era una tragedia asquerosa y horrible, y que la ocasión siniestra de la gran catástrofe eras tú mismo, sin esa máscara de alegría y placer que a ti y a mí nos sedujo y nos descarrió”

Alfred desapareció del escenario dejando solo a Wilde, quien, en prisión, le escribió una larga carta donde describe el punto de quiebre de su anterior filosofía hedonista, De Profundis.

“Me agotabas. Era el triunfo de la naturaleza pequeña sobre la grande. Era esa tiranía de los débiles sobre los fuertes que en no sé dónde de una de mis obras describo como ‘la única tiranía que dura’”.

Tras su liberación, partió a Francia donde murió indigente en París, a los 46 años.

“Tengo que conservar hoy también el amor en mi corazón, de lo contrario ¿cómo soportar el día?”

alefonse@hotmail.com

Fuentes: De Profundis. Oscar Wilde.

http://jimarino.com/2008/09/26/oscar-wilde-de-profundis/

https://es.wikipedia.org/wiki/Oscar_Wilde - cite_note-Villena4-22