Todo hombre fue un niño

  • Rafael Gómez Olivier

Un despierto e inquietante niño decide soñar con ser algo extraordinario, ha crecido casi como todos lo hacen, la diferencia es que sus ojos reflejan triunfo y un hambre casi insoportable por lograrlo, seguramente fue algo que escuchó o vio, no importa, ahora está metido en su cabeza y la historia nos demostrará que gracias a esa gran imaginación el mundo tuvo el honor de contemplar la existencia de algo que no se puede llamar una vida más, los que lo vimos pelear sabemos que no es casualidad todo lo que vino después, los que lo ignoraron solo fue por la envidia de verlo tan determinado y los que lo acompañaron saben que no había un mejor lugar donde estar en ese momento, algunos soñaron tanto como él pero las garras de una vida cómoda y tranquila terminaron por desalmarlos, al grado de ya no creer posible nada de lo que sus mentes decían.

Caminaron evitando el sufrimiento y huyendo de los problemas, haciendo caso omiso al dolor, pero él no, él enfrentó todo aquello que lo hacía temblar, sintió en el mentón a ese aire repudiable que hace doblarse las piernas, su sueño se convirtió en su único amor y sentido, en aquello que lo acompañaba, la suerte algunas veces se insinuó a ayudarlo aunque creo que la mayoría de ellas se dio media vuelta para no manchar tan emblemática historia, conforme creció entendió que su cabeza era su realidad y aunque nadie lo aprobara hasta mucho después, poco le importó porque sus oídos nacieron sordos a la mediocridad. La frustración y la derrota podrían ser llamadas las amigas perfectas en su trayecto, le mostraron una fidelidad casi demente, rara vez lo olvidaron, rara vez lo dejaron solo de hecho aún lo a lo lejos están esperando el momento para platicar una vez más, lo esperan justo subiendo, para intentar aplastar a su mejor amigo, a aquel que a diferencia de todos las entiende y pocas veces les ha temido realmente en algunas ocasiones cuando recién se conocieron, pero ahora se han convertido en su motivación el único aliciente que abre su mente e inicia sus latidos en las madrugadas, en lo único que lo ha hecho temblar y tener las manos sudorosas por la presión excesiva de alguien que le exige casi tanto como lo ama, ellas sin él no tendrían sentido ya que es paradójico que la derrota de la derrota sea lo que la hace existir, y él es el único que se ha atrevido a visitarla en donde nace, en el suelo, en la soledad y dentro de esa hiriente amargura la aprendido a conocer sintiendo cómo la desesperación e incertidumbre lo atraviesan una y otra vez, ahí en su hogar es donde ha entendido que solo es un sentimiento más, uno mal comprendido, uno que jamás deberíamos despreciar, porque en el tiempo es el único que nos dejará un regalo imprescindible para vivir “EL CARÁCTER”.

Cada niño tuvo la oportunidad de soñar tanto como él y cada niño fue despreciando ese regalo al dejar de serlo, la madurez y adultez aniquilo su entusiasmo y lo sustituyo por monotonía, esa que relaja los músculos y el pulso, esa que da tiempo de pensar la mayoría del tiempo en cosas intrascendentes, casi toda la humanidad la ha preferido porque brinda una existencia más barata, tan barata que se puede comprar con dinero y tan nefastamente prostituta que se puede alcanzar sin esfuerzo, en ocasiones se disfraza de éxito, pero de uno que no transforma nada, de uno que vuelve ingenuos e incluso pendejos a quienes lo profesan, estoy seguro de que la mayoría de ellos tuvo aún más oportunidades que el de hacer realidad aquella fantasía, pero la fuerza de un corazón decidido a dejar una huella profunda no tiene nada que ver con lo que está afuera, si así fuera las grandes historias nacerían de lugares cómodos y previsibles, los rostros no se compran se ganan, algunos caminan con el que les han regalado, él con el que ha construido, uno que no presume porque sabe lo que es anhelar todo y no tener nada, uno que no mira hacia abajo por que en innumerables ocasiones ha estado ahí y probablemente lo vuelva a estar, uno que mira hacia adelante porque atrás inevitablemente va dejando dolor e historias que no tendrían que repetirse, un rostro que es cálido dentro del caos porque es precisamente donde se forjó, donde lo construyeron, uno que ha merecido cada aplauso y cada desprecio.

El arte y los artistas, las empresas y los empresarios, el deporte y los deportistas la ciencia y los científicos, unos dándole significado a los otros eternamente, con base en equivocaciones y biografías en ocasiones hasta trágicas con dramas dignos de hacerse películas, libros, pinturas o simplemente contarse como rumor entre la gente, cualquiera que se esté atreviendo de manera sincera y comprometida a crear algo distinto jamás será ajeno al dolor y la confusión y si pretendiera lograrlo sin pasar por esos agujeros, deteniéndose en las esquinas donde sabe que topará estas sensaciones no tendría que llamarse emprendedor, empresario, artista, científico o deportista, no tendría que ser una vida relevante, no tendrá que tomarse como ejemplo.

Existe una frase o dicho que da un ejemplo de vida perfecta; antes de morir, escribe un libro, planta un árbol y ten un hijo. Esencial explicar que para escribir un libro primero debes leer 100, para plantar un árbol primero debes ser capaz de cuidar todo el entorno y para tener un hijo es mejor que te esfuerces en ser un increíble ser humano uno que pueda hablarle de valentía y logros y no de mentiras que solo tapen una existencia de cobardía y pocas decisiones trascendentes.

Scott Fitzgerald lo describe perfecto: “Muéstrame un héroe y te escribiré una tragedia”.

Me encanta el saber que mexicanos hacen historia en el mundo del cine, Iñarritu, Lubezqui, Cuarón, podemos o no saber de este arte pero sin duda los admiramos y no por ser mexicanos si no por ser héroes que respondieron a sus tragedias con acciones y grandes mensajes. No creo que alguno de ellos diera vuelta ante las adversidades o tomara las decisiones con respuestas más fáciles, tampoco creo que sean el reflejo de México, son solamente una muestra de la mejor versión que podemos llegar a ser.

Todo hombre fue un niño, un despierto e inquietante niño que con el paso del tiempo solo tiene un objetivo, “seguirlo siendo”.

 

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Rafael Gómez Olivier

Presidente y CEO Social Business, conferencista sobre emprendimiento. Cocreador del concepto IdeasParty.  Creador del concepto Mundo emprendedor: Congreso que llevó educación empresarial a más de 12 municipios en Puebla. Creador de Unfollow