Amigos y amigas, los saludo de nueva cuenta desde la majestuosa Cracovia, que ya se viste de un espectacular otoño y como siempre, para relatarles una historia más del sobresaliente actuar de nuestros queridos connacionales.

Es poco probable que al hablar de los polacos, pensemos que el idioma español sea menester de sus intereses, o que sea mínimamente necesario en sus vidas, en gran parte esto corresponde al bajo conocimiento que los mexicanos y quizá todos los latinos tenemos sobre Polonia y que según algunos estudios, el mexicano en su mayoría asocia únicamente a Polonia con el Vodka (aunque en realidad la cerveza es la bebida más consumida), sin embargo Polonia a la que la revista FORBES denominó “el tigre de Europa” por su impresionante despunte económico en los últimos 20 años, hoy más que nunca está experimentando una gran culturización, es la nación con mayor número de estudiantes de intercambio del Programa Erasmus, múltiples transnacionales están llegando, y otras tantas locales, abriéndose camino en el mercado hispanoparlante, por lo que el idioma español y la cultura en general, se están ganando un lugar importante dentro de este país y sus ciudadanos.

Lo anterior no ha pasado desapercibido por los connacionales que llegan a Polonia por “x” o “y” razón y al momento de encarar las circunstancias laborales, ven la enseñanza de los idiomas como una opción viable de trabajo. No obstante, Polonia es un país en el que la seriedad forma parte importante de la personalidad de sus ciudadanos, dónde la improvisación tiene poca probabilidad de éxito y cualquier producto o servicio debe cumplir lineamientos y características muy exigentes y es aquí adónde nuestro siguiente protagonista ha encontrado el punto medio, para ofrecer un servicio de alta calidad, diseñado para las necesidades particulares de cada uno de sus clientes, dando como resultado un proceso de enseñanza-aprendizaje del idioma español innovador y exitoso.

Gunter, defeño de nacimiento, pero radicado la mayor parte de su vida en Baja California, es un hombre de aspecto sumamente amable, con la chispa y el humor que sólo los mexicanos tenemos, que cuenta las historias de su vida en Polonia como si se trataran de un stand up de comedia, pues pasan las horas y su carisma y gracia conquistan a cualquiera que lo escucha.

Gunter llegó a Polonia hace más de 5 años debido a que su esposa es polaca y aunque intentaron estar en México, al final decidieron volver a Polonia. Por lo anterior se vio obligado a buscar opciones que le permitieran desarrollarse profesionalmente en este país, pues pese a contar con una exitosa vida laboral en México, esta nueva faceta en su vida lo obligó a replantearse el camino a seguir, y como siempre, los ya normales problemas de adaptación y el lenguaje como piedra angular de los mismos, sin embargo Gunter ha hecho de esta barrera, una oportunidad, pues sin siquiera dominar el idioma polaco, enseña español, tanto a polacos como a extranjeros que por una u otra razón necesitan aprender nuestro idioma.

Como Gunter nos cuenta, comenzó a impartir clases de manera informal, pero la misma aceptación que tuvo (seguro que su carisma es su cómplice), lo llevaron rápidamente a formalizar su servicio y convertirse en una escuela de lenguas, que paso a paso va abriéndose camino entre el muy competido campo de los idiomas y su enseñanza.

Emprender un negocio siempre es un acto valiente, pues aunque se tengan los elementos de calidad para salir adelante, también la suerte juega su papel, sin embargo si algo caracteriza a los mexicanos, es esa gallardía para enfrentar retos sin importar el lugar o las circunstancias y es como al final, nuestro paisano se encuentra avanzando día con día con firmeza.

Gunter ya completamente acostumbrado a la vida en Polonia, desarrollando una actividad que le apasiona, también nos habla de México y las diferencias que a su juicio existen con Polonia. En primer lugar la paz social, pues asegura al igual que quien esto escribe, que es incomparable el sentimiento de seguridad que se vive en Polonia y que por desgracia en México ya no se tiene. Formar a una familia, interactuar con la gente, vivir el día a día es algo mucho más llevadero en Polonia y aunque en México él tenía un confort económico más elevado, no se equipara con lo que aquí ha encontrado.

“No he visitado México desde que me mudé a Polonia, en gran medida debido al desastre en el que hoy se encuentra nuestro país gracias al gobierno” Gunter considera que pese a las innumerables reformas que se han aprobado, la primordial debería ser una reforma de honestidad de los servidores públicos y recortar sus exorbitantes salarios y beneficios a costa del pueblo, cosa que se ve lejana por cierto y han hecho de nuestra sociedad un verdadero polvorín debido a tanto hartazgo.

Y más allá de todo, Gunter también nos habla de lo que es estar tan lejos de su tierra, extrañando a la familia, la comida etc. Por lo que aunque recomienda que si se tiene la oportunidad de experimentar la vida en otro país, lo hagamos, pero debemos ser conscientes de que si estamos muy apegados a lo anterior, pesa y mucho.

Para finalizar, Gunter nos comparte un poco de sus sueños presentes y a futuro “Quiero seguir disfrutando a mis hijos que ahora son pequeños y prepararme más para mejorar mi servicio, crecer, establecer alianzas y diversificar mi oferta”. Sueños que confirma día a día con su dedicación, esfuerzo y valores que seguro lo llevarán muy lejos en el camino del éxito.

Conocer cada historia de nuestros connacionales en Polonia, que es ahora adónde coincidimos, es un shot de energía que me motivan a seguir descubriendo esos anhelos y esfuerzos de superación, son una dosis de esperanza por sobre las adversidades, que demuestran nuestra capacidad de reinventarnos, de adaptarnos y salir triunfadores. Quizá aún pocos en número, pero demasiados en talento, así son los paisanos en Polonia, gente que a diario hace que en Europa se diga en voz muy alta que los mexicanos somos personas muy valiosas y nuestros verdaderos valores se imponen por sobre cualquier prejuicio.

Amigos y amigas, es así como me despido de ustedes por esta ocasión, deseándoles un maravilloso fin de semana. Y como siempre:

Nos vemos cuando nos leamos…

Muchas gracias.