Reflexiones desde Polonia sobre la celebración del día de la Independencia

  • Alberto Pacheco Márquez
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Amigos y amigas, como ya es habitual, los saludo con mucho afecto desde la ciudad de Cracovia, para relatarles algo de la cotidianidad de nuestra comunidad en Polonia. Y con motivo de la celebración de un aniversario más de nuestra independencia, se me ocurrió recoger algunas de las opiniones de un pequeño grupo de paisanos destacados. Espero sea de su agrado y solo cabe recalcar que no son absolutos, simple y sencillamente opiniones personales que no buscan de ninguna manera atropellar el sentir de nadie.

Más allá de discutir la veracidad de la historia oficial, así como el rol de sus protagonistas y antagonistas, la celebración del día de la independencia tiene aspectos positivos y otros tantos negativos. Quizá el más positivo de todos sea la capacidad del mexicano de celebrar, de convivir, de olvidar diferencias sociales, de creer en la patria como madre única de los anhelos de un colectivo harto de traiciones, pero que este día refleja en la mirada de sus hijos e hijas,  la esperanza de un mejor mañana, cimentado en los valores de los “héroes” que alguna vez dieron patria.

Y es así como este día no puede pasar inadvertido incluso en la más lejana latitud adónde exista al menos un mexicano y Polonia no es la excepción, aunque claro, con una nutrida comunidad de connacionales que va en aumento día con día.

Por lo anterior, quien esto escribe se dio a la tarea de recoger las opiniones de un grupo de paisanos que hoy residen en distintas partes de Polonia, con puntos de vista sumamente polarizados y con algunas otras perspectivas en común también sobre lo que a su juicio personal, es o debería ser la celebración del día de independencia y por supuesto de la opinión sobre la unidad de la comunidad mexicana en Polonia en torno a esta celebración.

Voy a comenzar con una paisana a la que solo llamaré Lupita, y es que por la naturaleza de los comentarios, consideramos apropiado omitir los nombres de quienes opinaron, para no generar ningún tipo de controversia entre la comunidad de mexicanos en Polonia.

A su juicio, la celebración del día de la independencia es meramente el eufemismo perfecto de la desgracia de sistema que tenemos hoy en día, políticos reconciliándose con los ciudadanos a través de pan y circo, un día de amnistía hacia los saqueadores que ondean con júbilo la bandera y se atreven a ensalzar valores de los que ellos padecen en su cotidianidad. Por otra parte y respecto a los que aquí vivimos, comenta que aún estamos muy segregados y por sí misma la embajada no ha sido capaz y ni ha querido  generar los lazos de integración entre nosotros y pocos son los que de manera personal lo intentan. Aunque también culpa al carácter ya tradicional del mexicano, poco participativo, nada comprometido y muy demandante, “queremos todo de a pechito y en la mano, quizá somos de los más renuentes a salir de nuestra zona de confort”.

Del otro lado de la moneda está a quien llamo “compadre” pues hemos hecho buena química para desarrollar ideas y proyectos. Y quien de manera categórica afirma que la celebración de independencia es simple y sencillamente una celebración común y corriente, para como en todas las otras celebraciones que tenemos, justificar la profunda ingesta de alcohol y antojitos y de disfrutar de algunos eventos. “Todos celebran y casi nadie sabe algo significativo al respecto. Aquí en Polonia todos publican en redes sociales el orgullo de ser mexicanos, sus sueños de estar unidos y de hacer cosas trascendentes, pero la realidad dista mucho de eso, a varios te los encuentras y apenas y te saludan, los invitas a hacer algo y ni sus luces y algunos otros ni la atención de responder un mensaje cuando les llegas a escribir, así que no se puede culpar a la ignorancia  y la manipulación de la misma como causa de todas nuestras desgracias como nación, pues aquí a muchos les sobran títulos y les falta toda la cortesía y al final no sé hasta qué punto una es peor que la otra, pero ambas destruyen”

Y por último una connacional, “Mary” que pese a lo adverso que a veces resulta tener iniciativa, no se rinde y quizá de a poco, pero con constancia, ha logrado convocar y generar unidad entre un grupo de paisanos que convergen alrededor de un ideal. “Poner el nombre de México muy en alto, no con celebraciones coloridas ni con publicaciones sobre cuanto aman al país que los vio nacer, sino a través de las muchas iniciativas que han emprendido en diversos ámbitos y su siempre amable trato hacia todos y en especial hacia los paisanos con los que se cruzan en el camino que todos pisamos hoy, Polonia.

“Polonia es hoy nuestra casa, a la que nos debemos, porque gracias a esta gran nación hemos o estamos realizando nuestros objetivos, pero no dejamos de ser mexicanos un solo momento y no solamente porque así lo digan nuestras actas de nacimiento, amén de que no podemos negar nuestra cruz (risas y por supuesto refiriéndose a nuestros rasgos físicos) sino porque el ser mexicano tiene un significado que no se puede definir con palabras o celebraciones, más bien es un estado del alma, de nuestros corazones que se expresan a diario por medio de nuestras actitudes, de la manera en que interactuamos con el mundo, entonces es cuando realmente puedes celebrar a tu patria, cuando das lo mejor y la gente dice: México debe ser un gran país, porque los mexicanos son excelentes personas, eso es celebrar a la nación, lo demás es pura parafernalia y que claro, a todos nos gusta, es parte de nuestro carácter dicharachero, somos fiesteros, no necesitamos más que una buena convivencia para olvidarnos de todo lo que sucede alrededor, pero en definitiva creo que celebrar el ser mexicanos es mucho más que dar el grito y comer cuanto antojito nos pongan enfrente”.

Por otra parte señala que en efecto, es muy difícil conciliar y generar unidad entre los mexicanos, lo atribuye en parte quizá a la situación burguesa de algunos y a las limitaciones de otros, “resulta difícil trabajar en conjunto, cuando unos aquí ya tienen una vida cómoda y lo que buscan ahora es estatus y  los otros que buscan a toda costa sobrevivir, entonces no les queda cabeza para pensar en integrarnos como minoría y a veces los festejos de la independencia se vuelven meramente una pasarela de egos”.

Sin duda opiniones diversas y muy válidas todas ellas, pues son el reflejo de lo que las circunstancias les han dejado a través de los años que llevan en Polonia. Y como se dice por ahí, CADA QUIEN HABLA DE COMO LE VA EN LA FIESTA.

Lo cierto es que nos falta mucho como minoría para realmente tener un impacto más allá de lo particular, nos falta mucha capacidad de creer en nosotros, de lo que en conjunto podemos lograr, de dejar de lado prejuicios y egos, pues definitivamente para trascender es imprescindible generar una simbiosis con los muchos talentos que tenemos en la minoría de connacionales que hoy residimos en Polonia.

Amigos y amigas, espero hayan pasado unas magníficas fiestas patrias, pero sobre todo, no olvidemos que celebrar a nuestro bello país es una actividad diaria a través de nuestras acciones.

Nos vemos cuando nos leamos…

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Alberto Pacheco Márquez

Especialista en Desarrollo Regional y Gestión de Inversión Extranjera y Conferencista. Se desempeñó en el sector público y privado en México como en el extranjero. Dedicado a la vinculación entre México y Polonia