Perfil de los primeros presidenciables

  • Raúl Espejel Pérez
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Aún no se conocen los resultados definitivos de las elecciones intermedias de 2015 (porque algunos partidos han presentado impugnaciones ante el TEPJF) ni el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto llega a la mitad del camino, cuando empezó el destape y el auto destape de precandidatos a la Presidencia de la República.

De los cinco aspirantes visibles a la candidatura presidencial, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard Casaubón, Rafael Moreno Valle Rosas, Margarita Zavala Gómez del Campo, Miguel Ángel Mencera Espinosa, tres son francamente impresentables, dos de ellos salieron de las cañerías del PRI para hacer escala en el PRD.

Uno (López Obrador) fundó su propio partido, donde es el hombre orquesta y el otro (Ebrard Casaubón) aterrizó en el Partido Movimiento Ciudadano en busca de fuero para evitar su encarcelamiento por las tropelías que cometió siendo jefe de gobierno del Distrito Federal. El tercero (Mancera Espinosa), no está reciclado como AMLO y Ebrard, pero es igualmente nocivo que ellos. En los dos años y medio que tiene al frente -o mejor dicho, a la retaguardia del gobierno de la ciudad de México-, ha demostrado que es la ineptitud gubernamental hecha persona.

Margarita Zavala es una mujer discreta, nada ostentosa, con sólida formación partidista y preparada. Siendo esposa del presidente Felipe Calderón, nunca aceptó que se le adjudicara el anacrónico y zalamero término de primera dama del país. Muy diferente a la frívola esposa del presidente Peña Nieto.

Zavala es abogada, egresada de la Escuela Libre de Derecho. Ha ocupado diversos cargos en el PAN y ha sido diputada local y federal. El 14 de junio anunció su pretensión de buscar la candidatura para la Presidencia de la República.

Rafael Moreno Valle que fue destapado por el senador Javier Lozano, militó en el PRI y ahora en el PAN. Fue secretario de Finanzas del gobernador Melquiades Morales, diputado local plurinominal y federal, así como senador de la república por el estado de Puebla. Desde el inicio de su cargo como gobernador de Puebla se ha caracterizado por promover exageradamente su imagen personal. Se dice que en el primer año de su gobierno dilapidó 180 millones de pesos en publicidad.

López Obrador tiene una obsesión enfermiza por la Presidencia de la República. Las derrotas sufridas en 2006 ante Felipe Calderón y Enrique Peña en 2012 no lo amilanan en su búsqueda por la titularidad del poder Ejecutivo Federal. En 2018 irá por su tercera postulación, envuelto en la bandera del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, cuyo propietario único es él. Teóricamente se autodefine como demócrata, pero en la vida real es autoritario. En dos ocasiones impuso arbitraria y antidemocráticamente su candidatura al PRD. En 2018 hará lo mismo al PMRN.

En febrero de 1996, la PGR, por instrucciones del entonces presidente Ernesto Zedillo, obsequió a López Obrador la cancelación de 17 averiguaciones previas, con órdenes de aprehensión, que se abrieron en contra de él por bloquear pozos petroleros en Tabasco.

El año 200, al finalizar el sexenio de Zedillo, AMLO ganó la gubernatura del D. F. después obtener ilegalmente la candidatura por el PRD para ese cargo, sin reunir el requisito de residencia que establece la ley electoral. Esa candidatura fue objetada por sus compañeros de partido, Pablo Gómez Álvarez y Demetrio Sodi de la Tijera.

En 2004, AMLO, fue acusado penalmente por desacatar un mandato judicial que posteriormente originó que el pleno de la Cámara de Diputados acordara su desafuero. Sin embargo, por indicaciones del entonces presidente Vicente Fox, la PGR se desistió de la acción penal contra López Obrador. Y su transgresión a la ley quedó sin castigo.

La laxitud de Zedillo y Fox dio oxígeno a la vida política de López Obrador, manteniéndolo vivo políticamente.

Marcelo Ebrard, por su parte, además de dar muestras de corrupción e ineptitud durante los seis años que fue jefe del Gobierno del Distrito Federal, es cínico. Tiene la desvergüenza de manifestar públicamente su deseo de competir por la Presidencia de la República en 2018, después que durante su mandato se cometió el mayor fraude que se haya registrado en toda la historia de la administración pública del D. F., con la construcción de la Línea (12) Dorada del Metro. Fraude al que, obviamente, no es ajeno y podría conducirlo a la cárcel.

La construcción y operación de esa línea se proyectó totalmente subterránea con una inversión de 17 mil 583 millones de pesos. El proyecto inicial contemplaba 23 estaciones pero únicamente se construyeron 20, al modificarse el proyecto por insuficiencia de fondos. Se canceló un tramo subterráneo para convertirlo en elevado para reducir costos. No obstante esa reducción el monto de la inversión fue 26 mil 274 millones de pesos, lo cual representa un incremento del 66.92%. Cifra que ahora rebasa los 30 mil millones de pesos por los gastos adicionales que se están erogando después de su inauguración.

Esta línea fue inaugurada y puesta en servicio irresponsablemente por Marcelo Ebrard sin estar terminada. Antes de cumplir el primer año de su funcionamiento empezaron a manifestarse diversas y graves fallas de carácter técnico que de no suspender, hace 15 meses, el servicio en 11 de sus 20 estaciones se habría puesto en riesgo la seguridad de los usuarios. Ahora esa línea del Metro sólo opera en 9 líneas. O sea, trabaja al 45% de su capacidad instalada.

No obstante el fraude cometido por el gobierno de Marcelo Ebrard Casaubón en esa obra pública que debió ser útil e importante para los habitantes del Distrito Federal, este individuo todavía tiene el descaro de pretender la Presidencia de la República.

Miguel Ángel Mancera, no es político mañoso ni reciclado como López Obrador y Ebrard Casaubón, pero sí frívolo e inepto. Sus principales actos de gobierno tienen que ver con su frivolidad y sus disparatadas ocurrencias. Promueve paseos ciclistas en las principales avenidas de la ciudad de México, que podrían efectuarse dentro del bosque de Chapultepec o en los viveros de Coyoacán, para que los paseantes respiren aire puro y no smog. Ordena el cierre de la emblemática avenida Paseo de la Reforma, construida en la época del emperador Maximiliano, para practicar el yoga y llevar a cabo espectáculos musicales. Los congestionamientos viales que producen estos espectáculos son descomunales. Alteran la vida de un importante sector de la ciudad.

La Plaza de la Constitución, que está enmarcada por el Palacio Nacional, el Palacio del Ayuntamiento, la Catedral de México y algunos edificios coloniales, Mancera la ha convertido en un tianguis donde reparte pequeños trozos de una mega rosca de reyes, que de un macro taco o de un super tamal. Hace apenas unos cuantos días, se le ocurrió instalar en la emblemática plaza un campo de béisbol para conmemorar el 90º aniversario de la liga mexicana de ese deporte. Ahora planea efectuar una pelea de box. El pan y circo en todo su esplendor.

Igual que sus perredistas antecesores, anualmente instala en ese sitio, una playa artificial, con arena proveniente de alguna playa y agua reciclada.

En cambio, la mayoría de calles y avenidas del D. F. están destrozadas. Abundan los baches y hoyancos. Mancera ha permanecido indiferente ante este problema que se agudizó a partir del inicio de la temporada de lluvias.

Ayer, integrantes del Cuerpo de Bomberos efectuaron cuatro plantones en igual número de estaciones de servicio de ese cuerpo. No solicitaron aumento salarial, tampoco mejores o más prestaciones laborales, como podría suponerse. Exigieron al jefe de gobierno Mancera más y mejor equipo de trabajo. El que tienen es deficiente e insuficiente para atender eficientemente las necesidades de la ciudad.

El sistema de transporte público de pasajeros es pésimo. Los microbuses son auténticas carcachas. Las 12 líneas del Metro funcionan deficientemente. Desde que el PRD arribó al gobierno de la capital del país, no se han efectuado labores de mantenimiento al Sistema de Transporte Colectivo. Hoy el servicio del Metro es de pésima calidad y pone en riesgo la seguridad de los usuarios.  

Cada una de las 12 líneas del Metro cuenta con 30 trenes para dar servicio. Actualmente se encuentran fuera de uso 105 trenes por falta de refacciones. Lo que representa, en términos aritméticos, que 3.5 líneas están inactivas y solamente 8.5 líneas funcionan, aunque de manera deficiente. Esto significa que mientras la población capitalina se incrementó, 28.76%, entre la fecha de su inauguración (septiembre 4 de 1969) y el levantamiento del Censo de Población y Vivienda 2010, el Sistema de Transporte Colectivo Metro disminuyó su oferta de servicio a los usuarios 70.83%. Así de pésimas andan las cosas en el D. F. con el gobierno de Miguel Ángel Mencera y con las administraciones gubernamentales de sus antecesores perredistas.

La corrupción es creciente en muchas áreas de gobierno donde se atiende al público. Particularmente en las oficinas policíacas y de tránsito, así como en las jefaturas delegacionales. Los centros de verificación vehicular son sitios de expoliación.

El suministro de agua para consumo humano es deficiente e insuficiente. En algunas zonas de la ciudad el agua tiene un color café.

Mancera no ha hecho nada para que los servidores públicos responsables del macro fraude en la construcción de la Línea (12) Dorada del Metro sean juzgados en los términos de ley.

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Raúl Espejel Pérez

Ha colaborado como articulista en la revista Jueves de Excélsior, El Universal de México, El Universal Gráfico, El Universal de Puebla, El Día, Nueva Era de Puebla y la revista Momento de Puebla (versión impresa y digital).